Tiros en el Báltico

En el mar Báltico, autoridades aduaneras polacas dispararon contra una embarcación alemana. Aunque mucho indica que se trata de un pequeño incidente aduanero y que las autoridades polacas sostienen que se trató únicamente de tiros de advertencia, que no hubo armas de por medio y que se debió a que el barco en cuestión desacató a las autoridades polacas, del asunto sale un humo que hace tornar la vista a la región y pone, una vez más, de manifiesto que entre Polonia y Alemania hay cuestiones que crepitan. El comercio con cigarrillos y bebidas alcohólicas -que en Polonia son considerablemente más baratos- es uno de ellos.

Viajes por el Báltico

El vapor Adler Dania es una embarcación dedicada a las tradicionales Butterfahrten (viajes de mantequilla). Estos cortos viajes turísticos se destinan, en el mar que comparte Alemania con Dinamarca y Polonia, desde finales del siglo XIX precisamente a adquirir productos que los vecinos ofrecen a menor precio. Originalmente, el producto codiciado era la mantequilla danesa. Desde hace algunas décadas, el destino predilecto de este tipo de paseo comercial es Polonia y el objetivo es adquirir cigarrillos, bebidas alcohólicas y perfumes a menor precio que en Alemania.

El problema de fondo

Desde el ingreso de Polonia a la Unión Europea en 2004, sin embargo, existe expresa prohibición de vender este tipo de venta de mercancías, libre de impuestos nacionales. Es más, el volumen de compra para el consumo individual también se encuentra estipulada: un extranjero puede adquirir en Polonia y a precio nacional hasta 10 cajetillas de cigarrillos y 40 cigarros. Todo el resto, ya corre bajo el rubro de fines comerciales y es gravado.

Obviamente, la regulación se ve muy bien sólo en el papel; la realidad es otra. Si antes de que Polonia fuera miembro de la UE, el contrabando de cigarrillos era un quebradero de cabeza para las autoridades alemanas, la ausencia de controles fronterizos no le ha puesto precisamente piedras en el camino al comercio negro organizado.

Los Adler y el incidente

Frente a las costas del mar Báltico, la flota de los Adler se dedica desde 1950 a todo lo que se puede ofrecer el transporte turístico marítimo: paseos a las idílicas islas de Rüge y Usedom, fiestas y banquetes matrimoniales al ritmo de las olas, excursiones diversas a la tierra de los vecinos polacos y a las Butterfahrten.

En la tarde del 18 de octubre, algunos agentes aduaneros vestidos de civil habían embarcado en el Adler Dania en la costa de Polonia y habían detectado que los cigarrillos que se ofrecían no llevaban el sello aduanero e impositivo polaco. Llamaron la atención del capitán y le ordenaron retornar al puerto de Swinemünder. Éste accedió, pero pocos metros antes de alcanzar la costa, retornó hacia aguas alemanas. Los disparos de advertencia se produjeron en ese momento.

El capitán del Adler Dania se queja de confiscación ilegítima de su mercancía y la autoridad portuaria polaca ha declarado embarcación non grata al vapor alemán. De secuestro de sus agentes aduaneros habla Polonia, mientras que Alemania promete investigar el caso. Claro queda que en esta cuestión hay aún mucho trecho por desbrozar y que estos disparos no son más que la señal de que crepitan hogueras donde arden muchas historias de relaciones vecinales, no siempre cordiales.