Latinos contra Trump
12 de marzo de 2016“En Alemania estamos horrorizados y sorprendidos de que alguien logre ganar popularidad con consignas demagógicas como lo ha hecho Donald Trump. Conjura el miedo y lo hace de manera masiva durante sus presentaciones en donde es expulsado todo el que protesta o lo contradice. Es un estilo autoritario que es muy preocupante“, afirma el politólogo Boris Vormann, investigador del Instituto John F. Kennedy para Estudios Norteamericanos, de la Universidad Libre de Berlin.
Sus diatribas contra la inmigración ilegal en Estados Unidos, su promesa de construir un muro en la frontera con México y sus calificativos de “violadores“ y “traficantes de drogas“ con los que insulta a migrantes mexicanos han provocado indignación. Trump ha verbalizado la ideología de grupos extremistas en Estados Unidos que le han ofrecido su apoyo. “David Duke, un alto miembro del Ku Kux Klan, le ofreció su respaldo, que no fue rechazado por Trump. También se han acercado a él grupos que promueven la supremacía blanca y ultranacionalistas“, destaca Vormann.
Movilización del voto latino
La altisonante campaña de Trump le ha ayudado a ganar un cierto liderazgo en las elecciones primarias, pero también ha movilizado a los residentes latinos a adoptar la ciudadanía estadounidense para votar en contra del magnate. “Se ha visto una ola de intentos por adoptar la ciudadanía estadounidense en los últimos días, como lo reportan medios como The New York Times“, señala Vormann. Según el Pew Research Center, entre los 8.8 millones de residentes legales que podrían naturalizarse, unos 2.7 millones son mexicanos, el grupo más grande. Las postulaciones a la ciudadanía aumentan en años electorales, pero en éste se espera hasta un millón de solicitudes, como nunca antes.
El politólogo alemán advierte que la razón por la cual Marco Rubio y Ted Cruz, ambos de raíces cubanas, se encuentran en la campaña es porque el Partido Republicano reconoció el potencial electoral del voto latino, cuya población ha aumentado claramente. “Desde el 2000 la población latina creció hasta constituir un 40% de la población estadounidense, por lo que el partido republicano reconoció que tenía que reformarse. Trump está haciendo todo lo contrario de lo que el partido se propuso no hacer desde el 2012, es decir, conjurar sentimientos xenofóbicos a costa de la inmigración“.
Resurgimiento de un movimiento nacionalista
Por su parte el politólogo Javier Corrales, de la Universidad Amherst de Massachusetts advierte que lo que se está viendo en el Partido Republicano es una campaña de mano dura contra la inmigración. “Tanto Trump como Cruz tienen un discurso antimigratorio que ha recrudecido un movimiento nacionalista y xenofóbico a favor de los nativos estadounidenses“, el experto destaca que ningún aspirante a la candidatura del Partido Republicano destaca las ventajas de la inmigración.
Corrales explica que desde los atentados del 11 de septiembre el entonces presidente George W. Bush promovió la idea de que las fronteras están poco protegidas y de que a través de ellas el país importa problemas. “Aunque el Partido Demócrata ha abanderado la idea de que somos un país diverso, hay grupos étnicos, blancos y anglosajones, que tradicionalmente han sido dominantes en la sociedad estadounidense, que se sienten desplazados y están muy asustados con la inmigración“, advierte Corrales.
El politólogo señala que hay una división muy grande entre la clase política estadounidense sobre la manera de enfrentar los cambios demográficos en el país y también una gran irresponsabilidad de figuras como Trump que conjuran el miedo a esos cambios.
Trump despertó el interés de los votantes
Para Corrales lo fundamental será superar el tradicional abstencionismo entre los votantes latinos. “Todos los indicadores apuntan a que van a salir a votar en contra de Trump, además hay muy pocos latinos que se están afiliando al Partido Republicano“.
Para Boris Vormann, la afluencia de mexicanos que quieren hacerse ciudadanos para votar contra Trump en las elecciones presidenciales, es ya una señal. El proceso puede demorar hasta ocho meses y las elecciones tendrán lugar en noviembre. “Pero incluso si no lo logran, lo que es interesante es que se esté formando una oposición a Trump entre la comunidad latina“.