Hillary: un acto de equilibrio
9 de marzo de 2016Todo sigue abierto. Hillary Clinton ganó en las elecciones del importante estado de Misisipi. Pero su rival, Bernie Sanders, se llevó el triunfo en Michigan. Un duro golpe para Clinton, porque Sanders logró debilitarla con incisivos ataques contra su política económica.
Michigan, sobre todo su capital, Detroit, ha perdido en las últimas décadas decenas de miles de puestos de trabajo bien pagos. Los sindicatos son muy fuertes en ese estado y sus miembros piensan que un mayor control del mercado defiende los puestos de trabajo en el país. Hay muchas razones por las que los perdedores de la globalización simpatizan con las promesas económicas de Sanders.
Los votos que perdió por ello Clinton aún no tienen que ponerla nerviosa. Pero sí que sus propuestas no sean muy bien recibidas entre los trabajadores blancos. No le será fácil desarrollar una estrategia política que por un lado le dé votos del bando ideológico de Sanders, pero, por otro, no decepcione a los empresarios que la apoyan.
Bernie Sanders no debe preocuparse en el tema de las lealtades. Fortalecido por este éxito en las primarias puede ahora pasar a la ofensiva frontal.
¿Al final un nuevo candidato?
También entre los republicanos son más las incertidumbres que las certezas. Donald Trump pudo ganar claramente las primarias en los importantes estados de Misisipi y Michigan. Pero es posible que al final de las primarias no haya logrado atraer para sí el número suficiente de votos que le asegure la nominación por el Partido Republicano. En ese caso, el partido podría nominar a otro candidato, aun cuando Trump sea el candidato que haya obtenido la mayoría de votos en las primarias y los caucus.
Es la hora de los cálculos matemáticos. Los titulares de los periódicos estarán dominados por la cuestión de si es mejor que Marco Rubio abandone la carrera por la nominación o que permanezca en la lidia aun cuando pierda las primarias en Florida, su estado natal. O si haría más daño a Donald Trump que también John Kasich, que tiene tan pocas posibilidades como Rubio, siguiera en carrera.
Y, naturalmente, también por la cuestión de quién será al final la promisoria figura que quite de en medio a Trump sin que ello provoque el colapso del partido. Dentro de una semana se votará en Florida. Todo parece indicar que tampoco después de esas primarias se podrá saber ya qué candidatos lucharán por ser presidente de Estados Unidos.