"La Plaga" y la adversidad en una provincia catalana
7 de febrero de 2013La preparación lenta a la que se ven a veces obligados jóvenes cineastas debido a la falta de recursos ofrece grandes ventajas como se ve en la ópera prima “La Plaga” de la joven cineasta catalana Neus Ballús, que retrató a manera de documental a cinco personajes provenientes de su pueblo natal. La larga preparación permitió desarrollar una situación de confianza con los personajes que no son actores profesionales y se interpretan a sí mismos ante la cámara. Los cinco protagonistas de la cinta viven en las afueras de Barcelona y sus caminos se cruzan a diario. Los une una rebeldía ante la adversa situación que les ha tocado vivir. La cinta de Ballús, joven cineasta premiada por sus cortometrajes, es la única aportación española que figura en la sección de cine joven Forum y Forum Expanded. Neus Ballús y el productor de la cinta y su pareja sentimental, Pau Subirós, hablaron con DW previamente al estreno de la cinta.
DW: ¿Como llegaste a la idea de hacer esta especie de documental que narra de manera muy humana la vida de estos personajes?
Neus Ballús: El punto de partida era este espacio ubicado en la periferia de Barcelona pero que podemos encontrar en tantas ciudades, un lugar en medio de autopistas pero donde todavía se cultiva la tierra, en donde todavía quedan algunos grandes edificios. Yo nací al lado y lo conozco desde siempre y creí que en este espacio debería haber personajes interesantes. Tenía la intuición que podía encontrar a personajes que reflejaran un poco este paisaje y este aislamiento del barrio donde viven. Poco a poco se fue convirtiendo en una película de personajes, de sentimientos, de emociones, que reflejan los problemas que ellos tienen.
Has dejado que los personajes se desarrollen por sí solos, sin un relato que cuente la historia. ¿No se te dificultó armar el guión de esta manera?
Neus Ballús: El trabajo ha ido siempre oscilando entre la construcción como de una película de ficción y la improvisación, el dejar las cosas abiertas a lo que la realidad pueda sugerir. Siempre oscilamos entre estos dos polos opuestos y hemos ido haciendo un acto de equilibrio. Pensábamos que otorgar una estructura como si fuera una ficción podía hacer interesante la película.
¿Cuál fue la dificultad desde el punto de vista de la producción para acercarse a los personajes?
Pau Subirós: Lo más complicado era conseguir una gran implicación personal de todos los personajes porque en realidad la película muestra cosas muy íntimas de su vida por tanto era muy importante que ellos estuvieran muy implicados y tuvieran plena confianza en que la película era algo que estaba bien. Esto se consiguió gracias a un proceso muy largo de trabajo. Neuss los conoció hace ya muchos años y antes de empezar a filmar pasaron años en los que se construyó una relación muy fuerte con ellos y gracias a esto se pudo filmar cosas que hubiera sido imposible de filmar si se hubiera hecho con un esquema tradicional de producción rápida.
Uno de los personajes que más le queda grabado al espectador es el de María Ros, a quien le dedicas la película.
Neus Ballús: Desde que conocí a María y me enamoré de ella como persona y como personaje, tuvo un papel muy importante en el proceso de desarrollo. Vi claramente que ella era un pilar de la película; expresa muy bien sus emociones, tiene muchas caras, y muchas facetas, puede enfadarse y un minuto después te abraza, te pide perdón y es una persona absolutamente tierna a la vez. Esta seducción por ella y esta relación que he mantenido con ella durante este tiempo ha sido una base emocional para toda la película. Es como el alma de la película, María expresa los sentimientos y las cosas que muchos otros de los personajes no son capaces de decir. Sabíamos desde el principio que María no iba a vivir mucho tiempo porque ya estaba muy enferma, pero aún así quiso que filmáramos. Decía "porqué no me filmas en el hospital, pero date prisa porque me voy a morir y yo quiero terminar esta película". Esta era su actitud y finalmente murió cuando habíamos terminado el montaje.
¿Por qué el título, La Plaga?
Neus Ballús: La Plaga es una de las líneas narrativas que afecta a uno de los personajes: el agricultor un verano, como sucede muchos años, una plaga asola sus campos y sus cosechas. Se pasa la película esperando que llegue la lluvia que le va a salvar de que su cosecha se pierda. Esta plaga acaba siendo un símbolo de la situación en la que se encuentran todos los personajes, de incertidumbre frente al futuro, de no poder controlar aquello que les sucede y estar dejados de las manos de Dios, como si este sistema macroeconómico, político, los hubiera dejado de lado. Es la sensación que tenemos mucha gente que vivimos en España y seguramente en muchos otros países.
¿Filamaron y produjeron cuando ya imperaba la crisis económica?
Neus Ballús: La película no estuvo pensada como un reflejo de la crisis. No era ese el punto de partida, pero al final como tratamos la realidad y la crisis impregnó de todas formas a los personajes a quien retratamos, esta incertidumbre acabó contagiando toda la película porque es lo que los personajes están viviendo y por tanto, es lo que hemos tenido la responsabilidad de explicar.
Mencionaban las limitantes de la producción, que ha tenido un presupuesto muy limitado. ¿Cómo se las ingeniaron y cuánto tiempo duró la producción?
Pau Subirós: Esto ha sido un proceso muy largo, justamente porque es muy difícil encontrar recursos para hacer este tipo de películas. El proceso de producción ha durado más de cuatro años desde que se empezó a pensar la idea hasta que finalmente hemos terminado la película. Ha acabado siendo positivo porque justamente es lo que ha permitido la relación tan profunda con los personajes y también la filmación se fue alargando durante un año aunque hubo períodos de más intensidad y otros de menos. Esto se acaba viendo en el material. Cualquiera puede darse cuenta de que no se graban el primer día que estás con una persona. Qué es realmente mucha intimidad y que esa persona tiene que estar muy acostumbrada y tener mucha confianza con todo el equipo.
¿Cómo fue que llegó la película a la Berlinale?
Neus Ballús: Nosotros ya teníamos una relación con el Festival porque hace dos años el proyecto fue seleccionado en el Doc Station en el Talent Campus. Estuvimos aquí hace dos años haciendo un workshop en donde varios tutores nos asesoraron. Eso nos dio la motivación que necesitábamos para terminar y para ponernos a filmar. Conocían el proyecto y había una expectativa de que algo iba a salir. Cuando terminamos contactamos con la representante de las películas españolas del festival, así como con la gente que conocíamos del Talent Campus y poco a poco se vio que tenía posibilidades hasta que finalmente fuimos seleccionados. Es algo que ni nos atrevíamos a soñar al principio del proceso.
¿Qué expectativas hay ahora?
Pau Subirós: Esa es la gran pregunta. Nos encantaría poder tener una distribución cinematográfica, primero en España y luego en otros países. Estamos trabajando para que así sea y la Berlinale es un momento muy importante para la película porque en función de como se reciba aquí habrá opciones de que la distribución pueda hacerse en mejores condiciones. Es difícil siempre, pero estamos seguros de que vamos a conseguir que la película llegue a mucha gente.
¿Hay alguna cuestión que quisieran añadir?
Neus Ballús: La proyección del estreno el viernes más la del sábado incluirá una sesión de preguntas y respuestas con el público y con nosotros pero también con todos los protagonistas de la película, por lo que será interesante que el público pueda preguntar directamente a los protagonistas qué es lo que ellos opinan y que ellos puedan defender su punto de vista.
Autora: Eva Usi
Editora: Claudia Herrera Pahl