La ONU pide el cierre de Guantánamo
19 de mayo de 2006
El organismo de la ONU con sede en Ginebra presentó a la administración Bush sus recomendaciones tras evaluar el informe que Washington le presentó sobre la manera como cumple la Convención Internacional contra la tortura, que ratificó Estados Unidos en 1994.
El Comité contra la Tortura, integrado por diez expertos independientes, exhortó a Estados Unidos a que cierre el centro de detención en Guantánamo, Cuba, y las cárceles secretas que mantiene en el extranjero pues su existencia es una violación a la legislación internacional. El Comité exhortó a Washington a que juzgue a los prisioneros ante un tribunal o los ponga en libertad. La misma exhortación han hecho por separado ya, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, el Parlamento europeo y el gobierno alemán que dirige Angela Merkel.
Estados Unidos envió a Ginebra una delegación de 30 miembros a principios de mayo a las audiencias del Comité contra la Tortura. El asesor jurídico de la Secretaría de Estado, John Bellinger, argumentó que la demanda del organismo de cerrar la cárcel de Guantánamo es, desde el punto de vista jurídico y de la realidad, desproporcionada. Bellinger argumentó que el Comité verifica si Estados Unidos cumple con la Convención de la ONU contra la tortura, pero no tiene poder para imponer sus recomendaciones. "En todos nuestros centros de detención y en nuestras dependencias gubernamentales la tortura está absolutamente prohibida", dijo Bellinger.
La doble moral estadounidense
Otra cosa es lo que señala el reporte del Comité de la ONU de diez páginas, que dice contar con fuentes confiables que afirman que miembros del ejército y personal civil estadounidense utilizan la tortura y otros métodos crueles, denigrantes e inhumanos para interrogar a los sospechosos de terrorismo en Irak y Afganistán. La organización estadounidense pro derechos humanos, ACLU, afirmó que Estados Unidos ha violado dentro y fuera del país los principios universales contra la tortura y el abuso.
Bellinger reconoció la existencia de casos de abusos en el pasado y aseguró que se hacen grandes esfuerzos para que no vuelvan a repetirse. El portavoz del gobierno estadounidense, Tony Show, dijo que Bush ya se pronunció a favor del cierre de Guantánamo y que aguarda la decisión de la máxima instancia jurídica estadounidense sobre si los reclusos serán presentados ante un tribunal civil o militar.
En la base de Guantánamo, Cuba, el ejército estadounidense mantiene presos a 460 sospechosos de terrorismo. Muchos llevan ya cuatro años recluidos sin que se haya levantado una acusación en su contra ni reciban asesoría legal.
Motín en Guantánamo
El mismo día en el que el Comité presentó sus consideraciones en Ginebra, se produjo en Guantánamo un motín cuando un grupo de prisioneros atacaron a los guardias con objetos caseros como lámparas y ventiladores. Los guardias se encontraban en la celda colectiva tratando de impedir el cuarto intento de suicidio del día. Según el comandante Robert Durand, portavoz de la polémica cárcel, las fuerzas de seguridad controlaron la situación con "un mínimo uso de fuerza". Después de escuchar los argumentos de los estadounidenses en Ginebra, cualquiera pone en duda las declaraciones oficiales del gobierno.
El reporte del organismo de la ONU pide expresamente a Washington que adopte medidas inmediatas para impedir abusos a los derechos humanos en Irak y Afganistán. El comité enlista los métodos empleados por las fuerzas de seguridad para intimidar a los interrogados, entre ellos, por ejemplo, el llamado submarino, que consiste en sumergir la cabeza del detenido en agua hasta provocarle casi la asfixia, también señala el uso de instrumentos como grilletes o perros durante los interrogatorios para provocar pavor. Prueba de eso fueron las imágenes de la cárcel de Abu Ghraib, en Bagdad, que provocaron consternación en el mundo entero.
El informe reclama a Estados Unidos que se asegure de que ningún detenido sea recluido en una cárcel clandestina que se encuentre bajo control estadounidense. También pide a la administración Bush que se cerciore si existen o no las cárceles clandestinas y si es así, que lo admita abiertamente. "La detención de seres humanos bajo esas condiciones constituye de facto una violación a la Convención contra la Tortura", señalan los expertos.
Se cree que en las cárceles clandestinas se encuentran los acusados de haber planeado los atentados del 11 de septiembre, Khalid Sheikh Mohamed y Ramzi bin al Schib, sobre los que Estados Unidos se rehúsa a dar información.