Fin del "Acuerdo Multifibras": ¿China nos viste a todos?
8 de noviembre de 2004La fecha se acerca y parece que muy pocos han tomado noticia de ello. El 1 de enero del año próximo es prácticamente pasado mañana. Ese día finalizan los 30 años fijados en 1974 para proteger a la industria textil de los países industriales.
Ello significa que dentro de menos de dos meses en los mercados mundiales de telas y vestimenta se van a imponer los países que ofrezcan los mejores productos a los precios más reducidos. Y esos países son sobre todo China e India.
Esa expansión irá a costas de los productores medianos, como Portugal, Túnez, México y Bangladesh. Este último, por ejemplo, ya exporta hoy productos textiles a la Unión Europea (UE) sin cuotas ni aranceles aduaneros.
Todo se termina
Ello llevó a que la industria textil bengalí se desarrollara fuertemente en los últimos 20 años. Pero su fin parece estar también cercano.
A pesar que las cosedoras bengalíes no ganan más de 20 a 50 euros por mes, luego del fin del Multifibras, Bangladesh no podrá competir con los productos chinos, dice Ingo Ritz, gerente de NETZ, una iniciativa de apoyo al desarrollo de Bangladesh.
En parte la culpa la tienen los propios bengalíes. Trámites aduaneros morosos, un puerto de exportaciones deficiente (Chittagong) y frecuentes huelgas hacen que las prendas deban transportarse a menudo a Europa vía aérea. Además, Bangladesh, a diferencia de China, no produce algodón.
Otra desventaja bengalí es una deficiente administración pública: en la lista de corrupción de Transparencia Internacional, Bangladesh ocupa desde hace años siempre el último lugar.
Beneficios a corto plazo
"Mi impresión es, sin embargo, que lo empresarios bengalíes no han tomado conciencia del problema que se les viene encima sino en los últimos dos años. Antes no lo tuvieron en cuenta y pensaron sólo en los beneficios a corto plazo", agrega Ritz.
Mientras que en Bangladesh y otros países se está viendo con preocupación cuán rápidamente se acerca el 1 de enero, para otros países el tiempo no pasa lo suficientemente rápido.
Bernd Schaaf, encargado de la región Asia-Pacífico en la Agencia Alemana de Comercio Exterior (BfAI), dice: "China y la India serán los países que más se beneficiarán de la eliminación de las cuotas. Se estima que China se quede con hasta tres cuartas partes del mercado mundial de telas y vestimenta."
Una ola de inversiones
Esa perspectiva ha desatado ya una ola de inversiones en la industria textil china. Sólo el año pasado, empresas extranjeras invirtieron en el sector nada menos que 4500 millones de dólares.
No obstante, ello no significa automáticamente que China pueda quedarse con todo el pastel. Previsoramente, durante las negociaciones para el ingreso de China a la Organización Mundial del Comercio (OMC), otros países impusieron una regulación especial.
Ésta prevé que si China llega a dominar por completo un mercado, el país afectado puede reintroducir el sistema de cuotas, por lo menos hasta el 2013.
EE.UU., por ejemplo, ya ha vuelto a imponer cuotas para la importación de toallas y camisas de seda chinas, luego de haber liberalizado antes de tiempo el comercio con esos productos. Luego de la liberación, la participación china en el mercado norteamericano había pasado del 9 al 65 por ciento.