Prueba de fuego para la OMC
27 de julio de 2004Todos proclaman su voluntad de evitar un nuevo fiasco como el de Cancún y sacar adelante las negociaciones de la Organización Mundial de Comercio (OMC) sobre la liberalización del comercio mundial. Buenas premisas para la conferencia que se inicia este martes, en Ginebra, a la que acudirán más de 140 delegaciones. Al menos es lo que podría pensarse a primera vista. Pero, como suele ocurrir, el problema está en los detalles. Y en la defensa que cada uno hace de sus propios intereses.
Europa pide reciprocidad
Las diferencias no pudieron ser superadas en vísperas de la cita, considerada crucial para la llamada Ronda de Doha e incluso para el futuro de la OMC. Ni siquiera dentro de la Unión Europea hay un pleno acuerdo, pese a que los ministros del ramo se esforzaron por mostrarse optimistas al cabo de un encuentro preparatorio sostenido en Bruselas. Una vez más, la manzana de la discordia es el sector agrícola. La reunión fue convocada a pedido de Francia, el socio europeo más reacio a aceptar la eliminación de las subvenciones a las exportaciones agropecuarias. Y aunque París no logró restringir las facultades de negociación del representante de la UE en el foro ginebrino, queda claro que no cederá fácilmente.
El Comisario Europeo de Comercio, Pascal Lamy, reafirmó la importancia de que, pese a los reparos franceses, la UE mantenga su oferta de reducir paulatinamente a cero las subvenciones a la exportación de productos agrícolas. A su juicio, está en juego la credibilidad en el escenario internacional. Pero también subrayó que Europa sólo estará dispuesta a eliminar tales subvenciones con la condición de que también los socios comerciales den pasos equivalentes. En la mira está, sobre todo, Estados Unidos, que aún no ha definido en qué monto piensa recortar las ayudas a su propio sector agrario.
Las prioridades de Alemania
El ministro alemán de Economía, Wolgfang Clement, indicó por su parte que el capítulo agrícola no debería acaparar excesivamente la atención. Para Alemania, lo principal es la apertura de los mercados a los bienes industriales y los servicios. Y este punto no ha sido suficientemente considerado, a su juicio, en la propuesta presentada por la OMC.
Los ministros europeos coincidieron en que dicho documento aún debe ser mejorado. No obstante, Clement lo considera una "base" útil para las conversaciones. Lo importante, a juicio de Alemania, es que las negociaciones tengan éxito esta vez y se consignen avances "en favor de los países en vías de desarrollo" y del crecimiento de la economía mundial. Buenas intenciones no faltan. Pero nada permite asegurar a estas alturas que habrá acuerdo en Ginebra.