Europa quiere su próximo cuento de hadas
28 de noviembre de 2008Sería tan lindo, justo en los tiempos que corren. Una boda real de cuento de hadas, en medio de la crisis financiera, ablandaría el corazón de la gente y haría olvidar, al menos por algunas horas, las malas noticias sobre recesión, quiebras y despidos.
Sin embargo, las campanas anunciando un matrimonio no quieren tañer. Los descendientes de las casas reales europeas se niegan a pasar por el altar. Según la opinión de expertos en monarquía, los candidatos para casarse son: el príncipe Guillermo y Kate Middleton en Londres, el príncipe Alberto de Mónaco y Charlene Wittstock, así como la princesa heredera Victoria de Suecia y Daniel Westling.
La esperanza, de que haya una boda el año próximo, no se pierde.
¿Qué pasa con Guillermo y Kate?
En Londres se podría haber celebrado el enlace alrededor de la fecha de Navidad. En el verano (boreal), la prensa especuló con que el compromiso de Guillermo y Kate, ambos de 26 años, podría ser anunciado en diciembre. Sin embargo, la expectativa se desvaneció cuando el príncipe decidió hacer la carrera de piloto de operaciones de rescate.
Por el momento no hay tiempo para casarse, pese a que la pareja ya está junta desde hace cinco años. Kate, quien por su gran perseverancia fue apodada "Waity Katie" (Kate en espera), debe seguir teniendo paciencia.
Que aún no tenga un trabajo fijo y, para colmo, recientemente fuera fotografiada en una discoteca con ropa provocativa, es algo que no le gusta a la abuela de Guillermo, la reina Isabel II.
Según expertos en monarquías, una futura reina Kate debería estar involucrada en una organización benéfica. Recientemente hasta hubo rumores de una crisis entre Guillermo y Kate, debido a que no se los veía juntos.
En Mónaco, el príncipe Alberto se hace rogar. Pese a que ya cumplió 50 años, una edad en la que otros desde hace mucho ya estarían casados, todavía no se ha decidido a dar el paso.
Espera en Mónaco
Si bien Alberto y Charlene Wittstock, nadadora sudafricana, están juntos desde hace años, aún no tuvo lugar el varias veces anunciado compromiso.
En la gala de la Cruz Roja en Mónaco, Charlene apareció con la gracia de una princesa, según la prensa del corazón. Con su pronunciado escote, acaparó las miradas y les robó protagonismo a sus futuras cuñadas Carolina y Estefanía.
Tal vez haya algo de obstinación en el hecho de que Alberto postergue tanto su boda. El príncipe Rainiero de Mónaco, fallecido en 2005, había advertido a su hijo de que Mónaco no debía ser el lugar de residencia de un soltero que envejece. A raíz de ello, Alberto anunció que tenía previsto casarse, pero que sólo él iba a fijar la fecha.
La princesa heredera Victoria de Suecia, de 31 años, alimentó en otoño (boreal) las esperanzas de sus ciudadanos sobre una boda próxima. "Espero el día en el que pueda dar a conocer eso", dijo en una entrevista, en la que sin embargo no nombró a su novio Daniel Westling, de 35 años, con el que sale desde hace más de seis años.
"Al final espero que las personas confíen en que tomé la decisión correcta", añadió. De esta manera, con moderación digna de la realeza, se refirió indirectamente a los persistentes rumores, según los cuales el rey Carlos Gustavo considera que el dueño de tres gimnasios en Estocolmo no es suficientemente exquisito como para representar al país más grande de Escandinavia como posible príncipe Daniel, al lado de la reina Victoria.
En Suecia, esperanza
Sin embargo, Westling se mudó después de las vacaciones de verano a una residencia en el palacio de Drottningholm, en el que, además de Victoria, viven el rey y la reina Silvia.
Los leales a la Corona sueca y, ante todo, los fans de la querida Victoria esperan escuchar tal vez el próximo verano las campanas de boda.
Hasta entonces, Westling también habrá finalizado su formación especializada en idiomas y comparecencias ante medios.
El indicio actualmente más caliente para el anuncio de un compromiso es el 12 de marzo, el día de la fiesta onomástica de Victoria.
Tal vez se inspiren entonces otros miembros de otras casas reales y hacen felices a los súbditos de sus respectivos países.