Centroamérica: el efecto perverso de los monocultivos
16 de mayo de 2013La palma africana, con unos 54 millones de toneladas de aceite producidos en 2011, se ha convertido en el favorito entre los aceites vegetales por su bajo costo y fácil transformación. Para ampliar el cultivo de la también llamada palma aceitera, se desplaza a comunidades indígenas y campesinas de sus tierras en Centroamérica, mientras que en Asia y África mueren las selvas tropicales y animales salvajes como los orangutanes, tigres y rinocerontes.
El aceite de esta planta es ingrediente de uno de cada dos productos utilizados en la alimentación y la industria, y en los últimos años el auge de agrocombustibles ha desatado una expansión voraz de su cultivo en regiones cálidas y húmedas desplazando al banano, la piña y el coco.
En Centroamérica se han agudizado históricos conflictos por el acceso a la tierra. Sobre todo en Honduras, en donde, tras el golpe de Estado en 2009 contra Manuel Zelaya, poderosos terratenientes se afanan por ampliar sus latifundios para destinarlos al cultivo de palma africana. En la región del Bajo Aguán, los campesinos y sus demandas por el acceso a la tierra no son obstáculo. Se estima que más de un centenar de campesinos, sindicalistas y defensores de derechos humanos han sido asesinados en la región. Los crímenes siguen impunes.
"Grito por la tierra"
El documental “Grito por la tierra” presentado en Berlín por su autor, Giorgio Trucchi, pone en manifiesto las distorsiones provocadas por los monocultivos en el Bajo Aguán en Honduras, que se extienden a buena parte de Centroamérica. El corresponsal de la organización Rel-UITA, techo de 80 sindicatos agrícolas y de la alimentación de 17 países latinoamericanos, advierte que el auge del neoliberalismo que promueve la no intromisión del Estado en la economía, ha dejado a comunidades campesinas en Honduras y Guatemala en total desprotección.
Laureado por su labor de denuncia y en favor de los Derechos Humanos tras el golpe en Honduras, Trucchi advirtió que uno de los primeros efectos de la concentración de tierra en unas cuantas manos es un alto índice de pobreza, que se observa tanto en Honduras como en Guatemala. Según cifras de la CEPAL un 67% de la población hondureña de 7.7 millones es pobre. “Entre ellos 3.5 millones de personas padece pobreza extrema, es decir, vive con menos de un dólar diario”.
“Otro efecto de la expansión de monocultivos es la pérdida total de la seguridad alimentaria”, señala Trucchi. “En Guatemala la producción de trigo ha caído en un 80%, la de frijol, arroz y maíz ha bajado entre un 22 y un 27%”. Estos países que antes eran autosuficientes ahora dependen de las importaciones a Estados Unidos.
Etanol destinado a la Unión Europea
“Actualmente un 87% del etanol que produce Guatemala es destinado a la Unión Europea, por lo que de recibir luz verde un tratado de libre comercio entre la Unión Europea y Centroamérica ejercerá aún más presión sobre los campesinos en la región, al reducir a un 0% los aranceles de importación”, advierte Trucchi.
“En aumento de la demanda de agrocombustibles se traducirá en Honduras en una mayor represión, más asesinatos, desalojos, así como de una creciente militarización en el Bajo Aguán”. El experto señala que además, hay una criminalización de la protesta. Los latifundistas son dueños de los medios de comunicación y éstos presentan a los campesinos como terroristas ante la opinión pública.
Trucchi advierte que pese a la situación adversa los campesinos siguen organizándose y hay cosas que se pueden hacer. El documentalista recuerda cómo a raíz de una campaña impulsada por la organización Salva la Selva, el banco alemán DEG suspendió en 2011 un financiamiento de 20 millones de dólares a la empresa Dinant, argumentando violaciones a los derechos humanos en la zona. Así mismo se espera una delegación del Banco Mundial para investigar la situación de cara a un crédito de 10 millones de dólares que ha quedado en suspenso.
Nicaragua, ejemplo en el subcontinente
En Nicaragua, en donde también crece el monocultivo de palma africana, la diferencia es que hay una intervención activa por parte del Estado con programas sociales, créditos a los campesinos y la creación de sindicatos. Se trata del país de América Latina y el Caribe que más ha reducido la desnutrición y el hambre entre 1990 y 2012 por lo que recibirá un reconocimiento de la FAO durante la próxima conferencia mundial del organismo en junio.
Autora: Eva Usi
Editora: Claudia Herrera Pahl