Atmósfera distendida y buenos negocios
22 de mayo de 2006Sin corbata, la esperó a las 7.45 de la mañana en la entrada al parque. Y fue ideal, y quizás no casual, que al borde del camino hacia el desayuno compartido, algunos chinos realizaran ejercicios meditativos de Tai Chi.
Como en sus recientes visitas a Tomsk, en Rusia y Washington, también en Pekín fue objeto de todo tipo de halagos. Luego de Vladímir Putin y George W. Bush, ahora también los dirigentes chinos se esforzaron por desarrollar un buen contacto con la canciller.
En el foco de las conversaciones estuvieron, sin embargo, como en tiempos de Gerhard Schröder, el anterior canciller federal, los temas económicos. Paralelamente a la visita de Merkel fueron firmados en la Gran Sala del Pueblo 19 acuerdos económicos, por un volumen de varios cientos de millones de euros.
No cristalizaron todos los negocios
No obstante, algunos negocios no salieron como se esperaba. El consorcio BASF, que está negociando la ampliación de su fábrica en Nanjing con una inversión de varios cientos millones de euros, no llegó a un acuerdo con las autoridades chinas.
Tampoco las conversaciones sobre la construcción de otro tramo del tren magnético Transrapid trajeron resultado alguno. El Gobierno alemán no estuvo de acuerdo en subvencionar el tramo de 160 km entre Shangai y Hangzhou con cientos de millones de euros.
No obstante, el comercio bilateral alcanzó 63.200 millones de dólares el año pasado, convirtiendo a Alemania en el mayor socio comercial de China en la Unión Europea.
Con Merkel viajaron a Berlín el ministro de Economía, Michael Glos (socialcristiano), el ministro de Transporte (socialdemócrata) y máximos ejecutivos del sector privado alemán, que participaron en un Foro de Diálogo.
Merkel quiere ampliar toda la gama de relaciones con China: desde el intercambio juvenil, pasando por la cultura hasta la sociedad civil. Pero la canciller alemana planteó también cuestiones polémicas, como Irán y los derechos humanos.
No a armas atómicas para Irán
Merkel dijo que coincidió con Wen en que Irán no debería tener armas nucleares, pero no dio ningún indicio de si logró un consenso con Pekín sobre cómo convencer a Teherán de que abandone su investigación atómica.
"Hablamos sobre Irán y ambos estuvimos de acuerdo en que Irán no debería tener capacidad para fabricar armas nucleares", dijo Merkel a periodistas.
Las potencias occidentales, que creen que Irán aspira a fabricar armas atómicas, quieren que se apliquen medidas más firmes, como sanciones, para convencer al país de que abandone su investigación.
Protección de la propiedad intelectual
China y Rusia, miembros con derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, se han opuesto a adoptar acciones más duras.
Merkel, que en la oposición fue crítica con los esfuerzos por eliminar una prohibición de la Unión Europea sobre la venta de armas a Pekín, también planteó la cuestión de los derechos humanos y dijo que continuaría haciéndolo en futuras reuniones.
"He dejado claro que los derechos humanos son indivisibles," declaró. La canciller también logró que Wen le prometiera mejorar la protección de los derechos de propiedad intelectual, un estorbo crónico en las relaciones comerciales, y dijo que quería incrementar la cooperación con China también en el campo energético.