Steinmeier debuta en Pekín
22 de febrero de 2006La importancia que China tiene para Alemania está más allá de cualquier duda. De partida, es su principal socio comercial en Asia y las empresas germanas han invertido más de 10 mil millones de dólares en ese país de apabullante crecimiento económico. Ciertamente, la visita de presentación que realiza el ministro de Relaciones Exteriores alemán a Pekín tiene un alcance mucho más amplio. Pero la economía subyace y marca notoriamente el tenor de los vínculos bilaterales.
¿Cambio de tono?
El nuevo gobierno alemán, desde luego, lo ha de tener tan presente cono sus antecesores. De eso están seguras también las autoridades de Pekín. Pero, con Angela Merkel, el tono podría variar, como ha ocurrido ya en el caso de las relaciones con Moscú, donde la canciller se mostró mucho más fría e incluso tomó contacto con organizaciones críticas que el presidente Putin no ve con buenos ojos. ¿Hasta qué punto podría ocurrir algo similar en Pekín? Eso está por verse. Por lo pronto, el ministro Steinmeier ha incluido en su agenda un encuentro con organizaciones no gubernamentales chinas, principalmente del área del medioambiente, que las autoridades locales vigilan con ojo crítico.
Intereses en Irán
Para Alemania, sin embargo, lo medular es abordar el tema de la responsabilidad política internacional que le corresponde a China. Y no se trata de nociones generales, sino de situaciones muy concretas, comenzando por el conflicto que se ha generado en torno al programa nuclear iraní. Pekín rechaza la idea de aplicar de sanciones contra Teherán si no cede a las demandas internacionales de renunciar al enriquecimiento de uranio, y persigue en este tema sus propios intereses.
De hecho, Irán reviste gran una importancia para las crecientes necesidades chinas de abastecimiento energético. En octubre del año 2004, ambos países suscribieron un acuerdo marco para la venta de gas iraní a China durante los próximos 25 años. Y, aparentemente, estaría próximo a cerrarse otro negocio, en virtud del cual el consorcio petrolero estatal chino Sinopec podría explotar un gran yacimiento de hidrocarburos.
Materia de discusión hay pues de sobra para esta visita de Steinmeier a China, sin olvidar el tema de las sospechas de "piratería tecnológica" que circulan en medios germanos y la ya tradicional mención de casos de derechos humanos que preocupan a Alemania. Pero todo lo que haya que hablar se hablará sin olvidar el trasfondo de los intereses económicos que ligan a ambos países y que también la canciller Angela Merkel tendrá que tener presente cuando acuda a Pekín a fines de mayo.