"Alemania, un país de la mafia"
9 de febrero de 2009Hace mucho tiempo, la mafia italiana atravesó sus fronteras y se convirtió en una empresa de alcance global. Debido a que su organización se asemeja a la de cualquier consorcio internacional, se habla de una “nueva mafia”, que también tiene, para sus diversos clanes, sucursales en Alemania. Para la mafia, éste es un país atractivo para vivir, trabajar e invertir, informa el periodista Jürgen Roth, especialista en el tema. Su nuevo libro, “Alemania un país de la mafia” se presenta en estos días.
El padrino de Leipzig
El autor asevera que en Bei Toni, San Remo y Súbito –todos restaurantes italianos de Leipzig- se puede encontrar a Giovanni, al que se lo conoce como El Padrino. Su especialidad es el negocio inmobiliario, la construcción y los automóviles. Éstas y otras informaciones de la recién publicada obra provienen, según el autor, de informes secretos, en los cuales se habla claramente de que Giovanni pertenece a la Cosa Nostra, el legendario clan siciliano.
No sólo en Leipzig; supuestamente, en casi todos los estados federados alemanes la mafia ha tejido sus redes. “Tanto Ndrangheta calabresa como la siciliana Cosa Nostra y, parcialmente en ciertas regiones, también está la Camorra”, apunta Roth.
Negocios en tierra de nadie
Los años subsiguientes a la caída del Muro fueron especialmente interesantes para la mafia italiana, pues en aquella situación políticamente turbia hubo mucho inmueble y mucho terreno para comprar e invertir. Según el autor, que a la sazón lleva diez títulos publicados sobre el tema, 100 mil millones de dólares provenientes de la mafia fueron invertidos ahí. El dinero provenía de la droga, la prostitución forzosa y de extorsiones. En la lista de sobornos se encontrarían también políticos alemanes. Que la mafia invirtió fuertemente en restaurantes, paraísos de vacaciones y hoteles en la costa del mar Báltico, lo asevera también la periodista alemana Petra Reski, quien –viviendo en Italia- se ha visto amenazada debido a sus investigaciones.
¿No les consta?
Sin embargo, la Policía de Leipzig declara no tener datos al respecto: “no nos constan hechos delictivos que hayan sido perpetrados por organizaciones mafiosas, tampoco nos consta que existan en Sajonia redes mafiosas que llevan a cabo negocios ilegales”, declara Silvaine Reiche, portavoz de la Policía de Sajonia. Contrariamente, en un informe de la Oficina de lo Criminal (BKA) se señala “doce grupos dominados por italianos que tienen relaciones con la mafia”. Acerca de las regiones en donde actúan, la BKA no puede dar información: es confidencial.
De la corrección de sus informaciones no duda el periodista Roth; provienen de un informe extra oficial que la BKA realizó en 2008. “Erfurt es un punto clave para la Ndrangheta; Weimar y Leipzig también”, asegura Roth. ¿A quién creer entonces? ¿Exageran los periodistas? En la prensa se afirma con cierta regularidad que los investigadores italianos tachan a sus colegas alemanes de pecar de inocentes.
En cuanto a la falta de las evidencias que dice necesitar la Policía alemana para actuar, según cuenta Reski en su libro Mafia, Nicola Gratteri, el fiscal italiano encargado de la investigación de las siete muertes en un restaurante italiano en Duisburgo, asevera: “Los alemanes creen que la Ndrangheta no existe en Alemania… y si no actúan, en algunos años podría ser muy tarde”.