Mafia en Alemania: aún sin respuesta satisfactoria
17 de diciembre de 2008El pasado 16 de diciembre, cuando un escuadrón de 1.200 agentes detuvo a 94 personas ligadas a la mafia siciliana en Palermo y la Toscana, evitando el resurgimiento del Comité Provincial de la Cosa Nostra, muchos en Italia suspiraron con algo de alivio, aún sabiendo que sus rivales –la N'drangheta calabresa y la Camorra napolitana– siguen disfrutando de su apogeo.
En Alemania el suceso no causó mayor revuelo, pese a que los asesinatos del 15 de agosto de 2007 que conmocionaron a la comunidad de Duisburg ya deberían haber sacado de su ilusión a quienes creían que el de la mafia era un problema exclusivamente italiano. Peor aún, Bruselas parece no darse cuenta de que la apertura de las fronteras entre los países comunitarios podría propiciar la expansión de estructuras mafiosas en Europa central –y no solamente las italianas– si no se implementan medidas específicas para enfrentar a esta especial forma de crimen organizado.
Duisburg es sólo un síntoma
"Gomorra", el best-seller del escritor italiano Roberto Saviano que analiza como casi ninguna otra publicación el modus operandi de la mafia napolitana, fue lanzado en el mercado editorial alemán poco después de los asesinatos de Duisburg perpetrados por miembros de la N'drangheta de Calabria, haciendo del tópico un tema obligatorio en sus entrevistas con la prensa teutona. "La mafia empezó a extenderse por Alemania desde la caída del Muro de Berlín. Los empresarios de Alemania occidental nunca invirtieron en la oriental y, en su lugar, vinieron muchos extranjeros, sobre todo italianos", afirmaba Saviano en entrevista con el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung, agregando: "Y las empresas alemanas no tienen nada en contra de los inversionistas. Siempre que no estén obligados a saber de dónde viene el dinero, ellos lo aceptan con gusto".
Consultado sobre si a la mafia debería tratársele con la misma dureza con que se trata a los terroristas islamistas, Saviano sostuvo que esa sería quizás una buena lección para los mafiosos después del baño de sangre que tuvo lugar en Duisburg. "Lamentablemente el interés inicial por conocer los detalles de ese suceso parece haber desaparecido. Hay una tendencia entre los alemanes a hacer este tema a un lado, a dejar que los italianos se ocupen de él, cuando en realidad hace tiempo que este problema ha adquirido una dimensión europea".
Más allá de "El Padrino"
Buscando delimitar razonablemente el debate en torno al tema de la mafia, algunos especialistas sostienen que una organización criminal sólo puede ser calificada como mafiosa cuando la misma ejerce su influencia sobre una región específica, como las mafias de Nueva York y Chicago; cuando su rígida estructura jerárquica y sus normas para el resguardo de los secretos internos responden a tradiciones de muy vieja data, como las de la siciliana; y cuando sus actividades criminales oscilan entre el chantaje, la usura, el contrabando, las apuestas y los juegos de azar en general, y la manipulación de la otorgación de proyectos públicos, el tráfico de drogas, de cigarrillos y de personas, así como la prostitución.
Pero hay otras tendencias en el análisis de esta temática y voces expertas que se niegan a aceptar que el fenómeno de la mafia pueda describirse de una manera tan limitada; mucho menos en la era de la globalización. El jurista Wolfgang Hetzer, asesor del director general de la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF, en francés) –creada en 1999 por las instituciones comunitarias para proteger los intereses financieros de la Unión Europea–, es uno de ellos.
Mucho más que películas
Para él está claro que el crimen organizado no se reduce a la mafia tal como la idealiza el imaginario colectivo y que desde hace mucho tiempo se necesita de un marco legal que permita juzgar y castigar a los dueños de empresas cuando incurran en delitos financieros como los que suscitaron la crisis económica mundial.
"Debemos dejar de creer que los crímenes financieros y el crimen organizado son dos cosas distintas", comentaba Hetzer recientemente en el periódico alemán Das Parlament cuando, a la luz de los escándalos asociados a la crisis financiera internacional, se le preguntó si la mafia había tomado el control de Alemania. "La mafia al estilo de 'El padrino' es una imagen para los nostálgicos. En el crimen organizado las reglas se establecen con base en la eficiencia económica. Los asesinatos de Duisburg fueron más bien un accidente de trabajo. La violencia deja rastros, incrementa la probabilidad de una persecución policial y eso no es bueno para los negocios. Pero yo insisto: hay ámbitos de corrupción mucho más interesantes que el de la N'drangheta de Calabria”.