Alemanes “crean” robot con dedos y sensibilidad emocional
1 de enero de 2011Pi4 Workerbot parece un obrero de fábrica: fuerte y de constitución industrial, cabeza cuadrada, dos grandes brazos y un torso metálico en el que guarda todas sus fuerzas electrónicas.
Este “trabajador del siglo XXI” tiene además tres cámaras: una en la frente con que la reconoce objetos y un monitor con pantalla en la que muestra su “estado de ánimo”. Su gusto o su disgusto. Las otras dos cámaras las lleva a cada lado de la cabeza, a manera de grandes orejas con las que inspecciona su entorno.
Un controlador insobornable
Desarrollado por la empresa Pi4 Robotics y el Instituto Fraunhofer para Sistemas de Producción y Diseño de Tecnología, con sede en Berlín, Pi4 Workerbot fue concebido para tareas de inspección y trabajos de ensamblaje automatizado en fábricas.
Los ingenieros demuestran cómo Pi4 inspecciona 9 pequeñas piezas de metal del motor de tracción de un auto francés. "Se trata de piezas con una superficie compleja y el robot busca diferentes posiciones de la pieza”, explica a Deutsche Welle, Matthias Krinke, gerente de la empresa berlinesa, nueva en el sector.
El robot observa detenidamente las piezas con sus cámaras desde diferentes planos en busca de defectos de fabricación o rayones. Pi4 pasa la pieza a la otra mano para mirar su parte inferior. Las partes “buenas” las selecciona en un recipiente a su izquierda, las “defectuosas”, a su derecha.
El robot obrero puede incluso realizar con cada mano, y al mismo tiempo, una tarea diferente.
Quien no dice lo que siente es malentendido
Pi4 está “creado” para expresar lo que “siente”: si el trabajo le parece demasiado lento, mira con cara de aburrimiento; si las temperaturas ambiente son muy altas, su cara se enrojece casi como la de cualquier persona.
Además de ello, a los jefes de taller les basta con mirarle la cara a Pi4 para saber si los productos en elaboración han sido producidos de acuerdo a las respectivas normas de calidad. “Si uno lanza una mirada a su cara sabe inmediatamente el resultado de la inspección”, agrega Krinke. Así que para entender a este obrero del siglo XXI “no se necesita ni siquiera leer un manual, porque él se comporta como un humano”, asegura el científico alemán.
“El avance de este robot radica en que Pi4 puede manipular cosas y posee un sentido de lo que palpa”, recalca Manfred Hild a Deutsche Welle, toda vez que esta es la tarea más difícil que pueda ejecutar un robot humanoide. Hild es jefe de investigaciones neuro-robóticas de la Universidad Humboldt, de Berlín.
Obreros a 264.000 euros la unidad
El trabajador bueno cuesta. Esto también vale para las máquinas que emulan a los obreros. Cada robot vale 264.000 euros, aunque en el futuro los trabajadores de este tipo podrían ser también alquilados, prestados o intercambiados, de acuerdo a las necesidades. Al fin y al cabo, pueden trabajar 24 horas al día, todos los días de la semana. ¿Exigencias de días feriados, prestaciones sociales o sindicatos? Nada de eso.
Autor: Cinnamon Nippard / JOV
Editor: Enrique López