Su próximo auxiliar doméstico podría ser un robot
9 de enero de 2009Dicho “entrenamiento” se logra implementando cámaras analíticas de fotografía y video, así como sensores acústicos y de medición de fuerzas con cuya ayuda el robot puede reaccionar al medio en el que se encuentre. Y como si esto fuera poco, los robots humanoides de la próxima generación tendrán que caminar en dos piernas manteniendo la estabilidad de una persona adulta que no puede estar tropezándose.
Robots al servicio de los humanos, no al contrario
Y ni hablar de los mecanismos de tracción y dirección que deben conducir con seguridad al robot exactamente allá a donde se le llama, porque se trata de que los robots estén al servicio de los humanos y no al contrario.
El que robots puedan atender a las personas como cualquier auxiliar doméstico es “sólo cosa de tiempo”, creen investigadores del Instituto alemán Fraunhofer para Técnicas de Producción y Automatización (IPA), con sede en Stuttgart. En un futuro no muy lejano existirá otra generación de robots verdaderamente útiles en el hogar y la oficina y no sólo juguetes que emiten ruidos o ladridos.
Rhoni aprende a caminar para su futuro trabajo
Rhoni, por ejemplo, es uno de los robots más modernos y flexibles de los últimos tiempos. Rhoni es un robot desarrollado por la firma H&S-Robots en Turingia, pero son los estudiantes de la Universidad Niederrhein, con sede en Krefeld y Mönchengladbach, los que le están enseñando a caminar para que pueda desempeñar su futura profesión de “auxiliar de ancianos”.
El Instituto Fraunhofer, por su parte, ha desarrollado ya la tercera versión de prototipos del robot Care-o-bot, que se presenta como un parco pero confiable servidor. Dicho asistente absuelve aún pruebas en un apartamento construido exclusivamente para él, con cocina, baño y sofá. El nuevo Care-o-bot le trae a usted la bebida que ordene y saca la basura cuando le oprima el botón correspondiente.
¿Se imaginó usted alguna vez una vida más tranquila?
“El servicio de bar que presta nuestro robot es perfecto”, cuenta Christopher Parlitz, el investigador que dirigió su desarrollo en el IPA. Pero aún hay un problema insalvable para que muchos más robots auxiliares puedan “concebirse” en serie: sus costos. El prototipo cuesta unos 250.000 euros.
Por lo pronto, uno de los robots ha sido enviado este invierno a realizar una especie de pasantía en un asilo de ancianos. Allí, en la práctica diaria, es donde la inteligente máquina puede demostrar que su fabricación vale la pena.
Más tiempo para los humanos
En el asilo, el robot auxiliar atiende a los ancianos en tareas rutinarias como la repartición de comidas y el transporte de objetos, como libros o actas, por ejemplo. Así, el personal puede dedicarse a otras tareas que (hasta ahora) sólo pueden realizarla personas; no porque requieran de más inteligencia, sino de más corazón.