Adiós DaimlerChrysler. Hola Daimler AG
4 de octubre de 2007Publicidad
En su encuentro con más de seis mil accionistas, celebrado en plena capital alemana, el Consejo Directivo y el Consejo de Vigilancia de lo que hasta ahora se conoció como DaimlerChrysler AG propusieron la nueva denominación del consorcio.
El cambio de nombre es necesario ante el fracaso del matrimonio entre Daimler Benz y Chrysler, cuyos inicios se remontan al año 1998.
Hola, Daimler AG
No obstante la sensación de espontaneidad, el periódico Frankfurter Allgemeine Zeitung señala que „el momento en el que ambos nombres se separan ha sido calculado con exactitud. En la noche del jueves se desmontará el actual letrero, y en su lugar se colocará otro que diga Daimler AG ».
El diario afirma que la transición está en marcha desde hace tiempo, con un equipo especial de 200 personas dedicado exclusivamente a los asuntos relacionados con este proceso. “En los talleres se reparten decenas de miles de uniformes nuevos y en las calles se cambian las señales. Se reimprimen por toneladas documentos y tarjetas de presentación. También fue necesario modificar 170.000 buzones de correo electrónico ».
A este ritmo parece sonar el himno fúnebre de uno de los mayores productos de la globalización. Y las trompetas que truenan con mayor intensidad son las de aquellos que, desde 1998, auguraban en fracaso de la enorme fusión.
Un fin para muchas aventuras
Se decía, desde entonces, que habría un choque de trenes entre las culturas corporativas de Alemania y Estados Unidos. En este último país, el idilio entre Daimler Benz y Chrysler fue mal recibido, ante la amenaza de pérdida de empleos.
En todo caso, los resultados no fueron los que se esperaban. El arquitecto de la fusión, el alemán Jürgen Schrempp, dejó la presidencia de DaimlerChrysler en julio de 2005 y fue sustituido por Dieter Zetsche.
Pero lo hizo no sin antes emprender nuevas aventuras como la adquisición del 37 por ciento de Mitsubishi Motors Corporation, y el 10 por ciento de Hyundai Motor Company.
La despedida fue con pena y gloria al mismo tiempo. Se dijo, por una parte, que el consorcio había obtenido logros extraordinarios durante la era de Schrempp; por otra, se le criticó que en este lapso el valor de la acción del consorcio hubiera descendido de 101 a 35 euros.
Eficiencia vs. innovación
Como quiera que sea, el cambio ha traído consigo una recuperación en el valor accionario de DaimlerChrysler. Pero ello se dio a través de medidas poco agradables, como el recorte de 8.500 empleos en Mercedes y otras 6.000 posiciones administrativas.
La separación de Chrysler sería parte de esta estrategia de saneamiento, en un mundo corporativo muy distinto al de las megafusiones de finales de siglo.
¿Qué le espera a Daimler AG, ya sin el peso de su consorte? “La empresa no solamente necesita visiones nuevas. Zetsche debe mantener a la empresa en la cima de la industria automotriz desarrollando tecnología y productos innovadores”, escribió la especialista Susanne Prueß en el mencionado FAZ.
Está por verse si Zetsche, además de un eficiente elemento de rescate, es también capaz de responder a los retos de la rebautizada empresa.
El cambio de nombre es necesario ante el fracaso del matrimonio entre Daimler Benz y Chrysler, cuyos inicios se remontan al año 1998.
Hola, Daimler AG
No obstante la sensación de espontaneidad, el periódico Frankfurter Allgemeine Zeitung señala que „el momento en el que ambos nombres se separan ha sido calculado con exactitud. En la noche del jueves se desmontará el actual letrero, y en su lugar se colocará otro que diga Daimler AG ».
El diario afirma que la transición está en marcha desde hace tiempo, con un equipo especial de 200 personas dedicado exclusivamente a los asuntos relacionados con este proceso. “En los talleres se reparten decenas de miles de uniformes nuevos y en las calles se cambian las señales. Se reimprimen por toneladas documentos y tarjetas de presentación. También fue necesario modificar 170.000 buzones de correo electrónico ».
A este ritmo parece sonar el himno fúnebre de uno de los mayores productos de la globalización. Y las trompetas que truenan con mayor intensidad son las de aquellos que, desde 1998, auguraban en fracaso de la enorme fusión.
Un fin para muchas aventuras
Se decía, desde entonces, que habría un choque de trenes entre las culturas corporativas de Alemania y Estados Unidos. En este último país, el idilio entre Daimler Benz y Chrysler fue mal recibido, ante la amenaza de pérdida de empleos.
En todo caso, los resultados no fueron los que se esperaban. El arquitecto de la fusión, el alemán Jürgen Schrempp, dejó la presidencia de DaimlerChrysler en julio de 2005 y fue sustituido por Dieter Zetsche.
Pero lo hizo no sin antes emprender nuevas aventuras como la adquisición del 37 por ciento de Mitsubishi Motors Corporation, y el 10 por ciento de Hyundai Motor Company.
La despedida fue con pena y gloria al mismo tiempo. Se dijo, por una parte, que el consorcio había obtenido logros extraordinarios durante la era de Schrempp; por otra, se le criticó que en este lapso el valor de la acción del consorcio hubiera descendido de 101 a 35 euros.
Eficiencia vs. innovación
Como quiera que sea, el cambio ha traído consigo una recuperación en el valor accionario de DaimlerChrysler. Pero ello se dio a través de medidas poco agradables, como el recorte de 8.500 empleos en Mercedes y otras 6.000 posiciones administrativas.
La separación de Chrysler sería parte de esta estrategia de saneamiento, en un mundo corporativo muy distinto al de las megafusiones de finales de siglo.
¿Qué le espera a Daimler AG, ya sin el peso de su consorte? “La empresa no solamente necesita visiones nuevas. Zetsche debe mantener a la empresa en la cima de la industria automotriz desarrollando tecnología y productos innovadores”, escribió la especialista Susanne Prueß en el mencionado FAZ.
Está por verse si Zetsche, además de un eficiente elemento de rescate, es también capaz de responder a los retos de la rebautizada empresa.
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