Zé Roberto superstar
27 de septiembre de 2009Hablar de un jugador “nuevo” en el caso de Zé Roberto es una verdad a medias: mentira porque el talentoso mediocampista completa actualmente su onceava temporada en la Bundesliga, a la que llegó en 1998 contratado por el Leverkusen; verdad porque en los registros aparece como “nueva” adquisición del Hamburgo, club que lo recibió con los brazos abiertos después de que el Bayern Munich se negara a ofrecerle una renovación de su contrato por más de un año.
Es más acertado hablar de un “viejo conocido”: conocido, porque no hay en Alemania quien no sepa de la calidad, la profesionalidad y la disciplina de Zé Roberto; viejo porque a sus 35 años, él está en una edad en la que muchos de sus colegas o ya se han retirado, o están quemando sus últimos cartuchos, o ya empezaron a disfrutar en la vida privada lo que les dejó la profesional. El incansable brasilero ni siquiera piensa en algunas de esas opciones porque su cuerpo responde a las exigencias del fútbol alemán de igual manera (incluso se podría decir que mejor) que el de sus compañeros de equipo en Hamburgo, donde el promedio de edad es de 24,8 años, una diferencia de una década.
Con el equipo a cuestas
El Hamburgo, su club desde el verano, es el actual líder del campeonato; jugadas 7 jornadas lleva cuatro en la primera posición y Zé Roberto ha sido el hombre encargado de tirar del lazo que arrastra esa maquinaria. Sus 3 goles (casi a la par con el lesionado delantero Paolo Guerrero que completó 4, y los mismos que el atacante Mladen Petric) y 4 asistencias, han sido decisivas a la hora de desempatar la cabeza de la tabla, donde el Leverkusen iguala en puntos al Hamburgo pero es superado por la diferencia de goles.
Este fin de semana Zé Roberto volvió a marcar la diferencia; después de que su equipo –sin él durante el segundo tiempo- fuera eliminado de la Copa Alemana por un modesto club de tercera división, consiguió defender el liderato ante el Bayern con un triunfo 1-0. El pase de gol fue del brasilero, sus fintas fueron las responsables de quebrar la defensa rival y su labor de contención frenó el desdoblamiento al ataque de los volantes enemigos.
Ya Zé Roberto había anunciado que el enfrentamiento contra su ex club era para él “algo especial, un partido que quiero ganar”. El sábado abandonó el estadio cómo la figura de la cancha en medio de la ovación de los asistentes; los aficionados del Hamburgo orgullosos y los del Bayern con nostalgia.
Fichaje obligado
Para las directivas del Hamburgo fue un golpe de suerte poder contratar a Zé Roberto. El brasilero, cuyo vínculo laboral con el Bayern venció el verano pasado, se había planteado tres prioridades: “seguir jugando al fútbol, hacerlo en un gran club, y que esto suceda en Alemania, el país de mis hijos y en el que mi esposa se siente a gusto”. Él hubiera preferido quedarse en Munich, donde aún reside su familia, pero allí no se le ofrecieron perspectivas a mediano plazo.
En el Bayern la edad de Zé Roberto pesó a la hora de ofrecerle un contrato: “Fichar a un jugador de 35 años por dos temporadas más no hace parte de la política del club” dijo Uli Hoeness al finalizar el partido en Hamburgo, revelando que la partida de nacimiento jugó un papel más importante que el rendimiento en la cancha, pues el brasilero había sido el futbolista más constante durante el frustrante torneo 2008/2009. En aquel entonces se pensaba en refuerzos para el Bayern y el defensor argentino Martín Demichelis había declarado “el mejor de ellos sería conservar a Zé Roberto”; ayer Philipp Lahm dijo “lamentablemente no soy yo el encargado de los fichajes”, y desde hace días el retirado delantero del Bayern, el brasilero Giovane Elber, se queja de que “fue un error vender a Zé Roberto”.
El Hamburgo, en cambio, no se dejó asustar por los 35 años del brasilero, muy por el contrario, pagó por él 4 millones de euro e inmediatamente lo incluyó en el plantel titular sin reservas en torno a la edad. La inversión y la confianza están pagando sus dividendos.
Otra vez a la selección
Zé Roberto se ha propuesto este año alcanzar dos metas, la primera de ellas es ganar títulos con el Hamburgo, bien sea la Bundesliga o la Liga Europea (antes Copa UEFA); el segundo es ir al Mundial 2010 en Sudáfrica con el seleccionado del Brasil, al cual renunció en el 2007, poco antes de la Copa América en Venezuela, para poder regresar al fútbol alemán pues uno de los requisitos del Bayern para volverlo a contratar, luego de haber estado una temporada en su país jugando para el Santos, fue que el volante no tuviera que viajar constantemente.
“Renunciar a la selección ha sido el error más grande de mi vida, cada vez que Brasil juega me siento frente al televisor y me duele en el alma no poder estar con ellos. Hoy mi sueño más grande es poder ir a otro Mundial con mi selección” declaró Zé Roberto en entrevista con la revista “Sport Bild”. Por la forma como está jugando en Hamburgo ese sueño tiene muchas probabilidades de hacerse realidad.
Autor: Daniel Martínez
Editor: Claudia Herrera Pahl