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Sociedad

Yad Vashem, contra comercio con memoria del Holocausto

9 de diciembre de 2019

Un empresario libanés adquirió objetos personales de Adolf Hitler en una subasta y los donó a una organización israelí, que debe entregarlos al Memorial de Yad Vashem.

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Este tipo de artículos no deberían estar en manos de particulares, sino en museos, en instituciones públicas, para evitar que nazis y neonazis los glorifiquen, consideran organizaciones judías.
Este tipo de artículos no deberían estar en manos de particulares, sino en museos, en instituciones públicas, para evitar que nazis y neonazis los glorifiquen, consideran organizaciones judías.Imagen: picture-alliance/dpa/M. Balk

En las próximas dos semanas, los objetos subastados llegarán a Israel. Fueron adquiridos a fines de noviembre por Abdallah Chatila, un empresario suizo-libanés, en una controvertida subasta cerca de Múnich. Chatila desembolsó alrededor de 600.000 euros por ellos.

Quería sacarlos de circulación, dice. "Muchas personas me han preguntado por qué hice eso, fue importante para mí que esas cosas no cayeran en manos equivocadas. Todos deberíamos apostar por más tolerancia", dijo Chatila en una conferencia de prensa en Jerusalén.

Y, entre aplausos, volvió a contar sobre la controvertida subasta. Tras el intento fallido de organizaciones judías para detenerla, todo fue muy rápido. Desde el lobby de un hotel en París, siguió el remate por teléfono, al mismo tiempo que trataba con un socio de negocios.

Al final, compró varios objetos personales, incluido un sombrero de Hitler, una caja de cigarros, un ejemplar de Mi Lucha con una dedicatoria a Hermann Goering y cartas personales. Dos artículos, sin embargo, llegaron a manos de otro comprador, a causa de un malentendido. No está claro cuáles fueron ni quién los adquirió.

Gesto sorprendente para Yad Vashem

"Fue una sorpresa y, sobre todo, un gesto muy generoso del Sr. Abdallah Chatila", dice Avner Shalev, director del memorial israelí Yad Vashem, en conversación con DW. "No sabíamos quién compraría los objetos, pero cuando supimos que el Sr. Chatila los había adquirido, fue una buena noticia".

El rabino Menachem Margolin, presidente de la Asociación Judía Europea, también se había registrado para la controvertida subasta de material devocional nazi, después de que fracasaran los intentos para detenerla.

Originalmente, había querido quemar esos objetos en el centro de Berlín, para mostrar que "ningún símbolo relacionado con Adolf Hitler debería perdurar", dice Margolin. Pero en lugar de ofertar, finalmente utilizó el dinero para un proyecto social. Y está muy agradecido de que todo se almacene en Yad Vashem en el futuro.

Recepción en Jerusalén: Abdallah Chatila (segundo de la izq.) con el presidente israelí Reuven Rivlin (c.) y Avner Shalev, director del Memorial Yad Vashem (segundo de la der.).
Recepción en Jerusalén: Abdallah Chatila (segundo de la izq.), con el presidente israelí Reuven Rivlin (c.) y Avner Shalev, director del Memorial Yad Vashem (segundo de la der.).Imagen: Getty Images/AFP/G. Tibbon

Chatila, quien también fue recibido por el presidente israelí Reuven Rivlin, dice que ha recibido muchas reacciones positivas. Algunas provienen también de su antiguo hogar, el Líbano, del que huyó con su familia a Europa cuando era niño, debido a la guerra civil.

"Algunos amigos libaneses me han dicho que están muy orgullosos de mí, pero hubo otros que me llamaron 'traidor' y me dijeron que no volviera al Líbano". Israel y el Líbano no han tenido relaciones diplomáticas oficiales y han librado guerras entre ellos. Chatila vive actualmente en Suiza y negocia con diamantes y bienes raíces.

Artículos nazis solo deberían mostrarse de forma limitada

También él tuvo inicialmente la idea de destruir las cosas, dice Chatila. Pero luego decidió donarlas a la organización israelí Keren Hayesod. En el futuro, se guardarán en el memorial del Holocausto Yad Vashem, en Jerusalén.

"Son objetos muy incómodos, también para Yad Vashem, pero en nuestra colección, por supuesto, tenemos asimismo objetos relacionados con los perpetradores", aclara el director Avner Shalev a DW. La misión de Yad Vashem es dar voz a las víctimas y preservar la historia judía durante el Holocausto.

Probablemente, las pertenencias de Hitler, consideradas "artículos devocionales" por quienes defienden la ideología nazi, no se muestren como una colección al público. Pero, en el contexto adecuado, artículos individuales podrían ser exhibidos en el museo para contar la historia de los perpetradores.

El comercio con los llamados "objetos devocionales" se considera muy problemático en Yad Vashem. "Estamos estrictamente en contra de cualquier comercio con objetos relacionados con el Holocausto, no importa si pertenecen a víctimas o perpetradores", asegura Shalev. Tales artículos no deberían estar en manos de particulares, sino en museos, en instituciones públicas, para evitar que nazis y neonazis los glorifiquen.

El hecho de que las cosas se mantengan ahora en Yad Vashem, también contribuye a que el recuerdo de lo sucedido se conserve para generaciones venideras. Lo que importa no es solo el recuerdo del Holocausto, sino también el aquí y el ahora, dice Chatila, quien, sin embargo, descartó la posibilidad de ofertar en subastas similares en el futuro. "Creo que hay que hacer algo contra lo que ha estado sucediendo en Europa en los últimos cinco años, contra el aumento del antisemitismo, del populismo y del racismo. Tenemos que hablar de eso".

(rml/cp)

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