Vuelve Latinale a Berlín
19 de octubre de 2013
Ricardo de Carvalho Duarte, alias Chacal, nacido en 1951 en Río de Janeiro, es uno de los precursores de la poesía marginal de Brasil, y es parte de la delegación de creadores literarios que llegaron a Alemania para representar a su país en la Feria del Libro de Fráncfort, en la que Brasil fue invitado de honor este año.
Chacal dijo que el movimiento marginal que comenzó en la industria musical y pasó por encima de las grandes compañías disqueras, rompió también el circuito tradicional del libro. "Nosotros mismos hacemos los libros y los distribuimos. No hay un editor, ni un librero ni un distribuidor", afirma Chacal en conversación con DW. Un proceso que con la digitalización se ha acelerado.
El poeta exhorta a impulsar con fuerza un sistema paralelo, que promueva el trueque de cosas y sea menos competitivo. "Tenemos que ayudarnos unos a otros y pasar por encima del sistema que explota y que excluye a las personas. Son las personas las que se están rebelando en Brasil y en todo el mundo", subrayó el también cronista, compositor de canciones y autor de obras teatrales.
Chacal y su compatriota Nicolas Behr (Cuiabá, 1958) fueron invitados especiales en la apertura y cierre de la inauguración del festival de poesía joven de América Latina, Latinale, que este año ha llegado a su octava edición. Los organizadores pidieron a poetisas y poetas que trajeran un objeto a Berlín que simbolice el camino hacia la poesía, lo que animó la velada en el Instituto Iberoamericano de Berlín.
Calavera mexicana
Augusto Rodríguez, nacido en Guayaquil, Ecuador en 1979, mostró al público una calavera miniatura, mascota e interlocutora del poeta. Como sus hermanos mayores le llevaban varios años, desde niño Augusto inventaba personajes que lo acompañaban. Le gustaba contar historias inventadas que vendía como verdaderas.
Su padre era chileno y un ávido lector que lo acercó a la poesía de Neruda. "Me di cuenta de que yo también podía escribir un poema y que tal vez ya lo tenía en la cabeza". Buenos poetas hay en toda América Latina, pero para él, la gran tradición poética latinoamericana está en Chile, en donde vivió parte de su niñez y juventud. "Sus temas y sus preferencias son muy universales. No sólo por Neruda, sino porque hay muchos poetas, hay algo que tiene la poesía chilena con lo que el lector o el escritor amante de la poesía siempre se queda enganchado", dice.
Los nombres le vienen como en cascada: Nicanor Parra, Jorge Teillier, Enrique Lihn, Gonzalo Rojas. La obra del joven poeta estuvo inicialmente inspirada por esos autores, y desde entonces ha pasado por muchas etapas. "Mi primera etapa fue la animal: Mientras ella mata mosquitos, la bestia que me habita, tantos contra un dinosaurio ebrio“, recuerda, y añade que de lo que se trataba era de transportar el lenguaje de la zoología a la vida cotidiana de los seres humanos. También ha pasado por el tema de las enfermedades como el cáncer, por varios casos ocurridos en su entorno.
El reloj del abuelo
Karen Sevilla (1983), San Juan, Puerto Rico, contó que llegó a la narrativa desde pequeña y a la poesía en su adolescencia, pero no fue sino hasta tenía unos 23 o 24 años cuando retomó la poesía como una actividad constante. Trajo el reloj de su abuelo para recitar un poema inspirado en los recuerdos que dejó en ella.
"Mis poemas suelen narrar historias. La totalidad de cada libro mío me gusta que sea una experiencia y que todo tenga un sentido. El orden, que los títulos dialoguen entre sí, que se vuelvan un todo, como un poema largo", afirma.
La poetisa, que ha recibido varios premios, contó que estudió y vivió durante casi tres años en Nueva York. "Ya había vivido sola en San Juan de Puerto Rico, pero fue difícil adaptarse al clima, a estar sola, a trasplantarme a otra isla en la que me sentía aislada y rodeada de gente. Escribir sobre eso fue una manera de exorcizar lo que me ocurría y de colectivizar esa experiencia.
Santa Nicole
John Jairo Junieles, periodista y escritor colombiano (1979), contó que en el Caribe colombiano en donde nació sus amigos lo llamaban "el vasito de leche", porque era el más blanco de todos. "Y ven que mi piel es tostada", dice. El poeta recordó que todos eran más bien pobres, pero aficionados al cine. "Íbamos al cine todas las noches y pasaban películas gringas en donde se veía a rubias como Nicole Kidman", dice mientras varias imágenes de la actriz australiana decoran la pared de la sala del Instituto Iberoamericano. Las mismas chicas llegaban luego como turistas y mis amigos y yo soñábamos con conquistar a alguien como Nicole Kidman. "Santa Nicole Kidman, llena eres de gracia", dice.
Junieles ha publicado novelas y libros de poesía y una colección de cuentos cortos, entre los que destacan "Todos los locos hablan solos" (2011) y "El amor también es una ciencia" (2009).
Para Gloria Dünkler (Pucón, 1977), autora chilena y bibliotecaria, el detonador de la creación literaria es la foto de sus abuelos, provenientes de Hamburgo, que llegaron a principios del siglo pasado a Chile como parte del programa para colonizar y pacificar la Araucanía. Las experiencias de los colonos alemanes emigrados a Chile como sus abuelos le han provocado en la poetisa y narradora una búsqueda identitaria. "Miles de personas como ellos pudieron atravesar los mares. Me interesaba motivar al lector a realizar sus propia búsqueda identitaria", dice Dünkler, que anunció que con el próximo viaje a Hamburgo, en el marco de su primer viaje al extranjero, se cerrará un círculo.
Gato gris
La argentina Laura Wittner, nacida en Buenos Aires (1967), contó que hace poco se encontró a una maestra de segundo grado que tenía en su billetera un cuento que le había escrito. "Nos quisimos mucho, al grado de que le puse a mi hijo su nombre, masculinizado". Wittner recuerdó que en realidad fue su padre quien le fomentó el gusto por la escritura. A los 18 comenzó a escribir poesía. La obra de Wittner ha sido traducida a varios idiomas. También es autora de cuentos infantiles como "Gato con guantes" (2009), que leerá en un barrio berlinés en español durante su visita a la capital alemana. "Es poesía a la antigua, con rima, con métrica y con un ritmo bien marcado. Espero que los niños lo toleren", dice y lo recita de memoria…
El gato gris era el gato de Ramón
Que vivía en un enorme caserón…
Cuando Ramón se mudó a un departamento
Gato gris no se puso muy contento
Toda la familia estaba preocupada
Porque gato gris ya no hacía nada.
Autora: Eva Usi, desde Berlín
Editor: Diego Zúñiga