Violencia juvenil e integración dividen a la clase política alemana
30 de diciembre de 2007Este mes no solamente se han registrado ataques racistas contra extranjeros o inmigrantes en Alemania. En pocos días han ocurrido además dos agresiones de gravedad perpetradas por jóvenes inmigrantes en contra de ciudadanos alemanes.
Sin piedad
La primera ocurrió en la ciudad de Múnich, el pasado día 22. En una estación de tren subterráneo de esa localidad, un jubilado de 76 años fue agredido de manera brutal por dos jóvenes, uno de origen turco, de 20 años de edad; y otro griego, de 17.
El hombre les había pedido que no fumaran en una zona donde está prohibido hacerlo. En respuesta, los jóvenes atacaron al alemán, lo patearon aún cuando se encontraba derribado, e incluso mencionaron la posibilidad de asesinarlo. Todo fue captado por cámaras de seguridad y las imágenes le dieron la vuelta al país.
"Alemán de m..."
Este domingo, en Gelsenkirchen, un hombre de 38 años presentó demanda por presunta agresión cometida por varios jóvenes extranjeros quienes lo habrían insultado además por ser alemán.
Desde el primer caso, la discusión pública cobró enormes dimensiones. El ministro presidente del estado de Hesse, el cristianodemócrata Roland Koch, afirmó que en Alemania “hay demasiados extranjeros criminales” y propuso que en casos similares los agresores sean expulsados del país.
Koch, que se encuentra en medio de una campaña política rumbo a su posible reelección com gobernante local, recibió apoyo conservador. El jefe de la fracción cristianodemócrata en el Bundestag, Volker Kauder, consideró que “el tema de la criminalidad a manos de extranjeros se ha convertido en un tabú” en Alemania. Dijo que los jóvenes extranjeros que cometan tales actos deberían ser internados en "campos de instrucción" en los que se apliquen medidas de terapia social.
El primer ministro de Baviera, Günther Beckstein, fue igual de lapidario. “Quien no se ha integrado y diga que desea matar a un alemán, no debe poseer ya el derecho de residir aquí”, afirmó.
"Populismo brutal"
Las críticas a tales declaraciones y propuestas no se han hecho esperar. El vicecanciller y ministro de Asuntos Exteriores, el socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier, calificó a las aseveraciones de Koch como parte de “un populismo brutal. Roland Koch sabe muy bien que el derecho penal para jóvenes en Alemania no es especialmente suave".
La ministra alemana de Justicia, Brigitte Zypries, señaló que "los jóvenes castigados con las penas más severas presentan un mayor índice de reincidencia que aquellos a los cuales se ha aplicado otro tipo de sentencias". El jefe del Partido Liberal en Hesse, Jörg Uwe- Hahn, indicó que „Koch gobierna en Hesse desde hace más de nueve años, así que sus condenas constituyen una crítica a su propia política de integración".
La polémica, como se ve, abarca terrenos delicados. Lo que nadie debate es que la cuota de criminalidad entre jóvenes inmigrantes en este país es superior a la de sus contrapartes alemanes.
La condena es unánime a los ataques específicos. Pero en cuanto a las causas de fondo, la propia clase politica sigue dividida y sin punto aparente de conciliación: mientras unos consideran que se trata de un problema penal y migratorio, otros opinan que las autoridades y la sociedad en su conjunto –incluidos los ciudadanos alemanes- deben compartir la responsabilidad en la solución de este aparente fracaso en las políticas de integración.