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"Vamos a tener un proyecto autoritario en Honduras"

Sandra Weiß
24 de noviembre de 2017

Ismael Moreno, alias Padre Melo, es jesuita y director de Radio Progreso en Honduras, una de las pocas emisoras críticas del país centroamericano. En entrevista con DW analiza las elecciones que se celebran este domingo.

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Ismael Moreno, alias Padre Melo, es jesuita y director de Radio Progreso en Honduras
Ismael Moreno, alias Padre Melo, es jesuita y director de Radio Progreso en HondurasImagen: DW/S. Weiss

Las elecciones de este domingo (26.11.2017) en Honduras son particulares porque por primera vez se permite la reelección. Según la oposición, el fallo respectivo de la Corte Suprema, que reinterpreta la Constitución, es ilegal. Pero aún así, el actual presidente Juan Orlando Hernández tiene grandes posibilidades de quedarse en el cargo cuatro años más. Ismael Moreno, director de Radio Progreso, explica el trasfondo de los comicios y qué significan para el país y la región.

DW: Lo que sorprende es que el presidente Manuel Zelaya fue echado del gobierno en 2009 justamente por intentar reformar la Constitución para habilitar la reelección. Esta vez, no hubo mucha resistencia. ¿Por qué se permite a Hernández lo que no se permitió a Zelaya?

Padre Melo: Esta contradicción es aparente y demuestra la hipocresía de las élites políticas y empresariales. En 2009 las élites del país sintieron que sus intereses políticos, comerciales y financieros estaban en riesgo porque Zelaya progresivamente fue abriéndose a nuevas alianzas fuera de la tradicional con EE.UU. y sus transnacionales y fue tejiendo una alianza con los países del sur liderados entonces por Hugo Chávez en Venezuela. Las élites sentían que perdían el control sobre las decisiones del país. Por eso dieron el golpe del Estado. El pretexto fue la consulta de Zelaya sobre la reelección. Ocho años después, para estas mismas élites, Hernández les da seguridad. Ha logrado consolidar una alianza público-privada entre cinco grandes grupos económicos que representan unas 17 familias aliadas con transnacionales. Así tienen prácticamente el control de todo el país. Hernández es parte de estas familias. Frente a él, las otras ofertas políticas no dan las mismas garantías porque en la oposición aparece la sombra de Zelaya que es el símbolo del demonio.

¿Cuál es el balance de este primer gobierno de Hernández?

Es ambivalente. Formalmente ha reducido el índice de homicidios desde 90 asesinatos por 100.000 habitantes a unos 60. Ha establecido un proceso de extradición de líderes del narcotráfico con lo que ha ganado el respaldo del gobierno de EE.UU. Hay nuevas cárceles de alta seguridad, se depuró la Policía. Además hay estabilidad macroeconómica y seguridad para los inversionistas. Pero en la práctica, el ambiente de miedo sigue igual o peor que hace cuatro años. Los barrios siguen siendo zonas de extorsión. Las pandillas siguen teniendo el control territorial en coordinación con algunos altos oficiales de la Policía. Las estructuras de la criminalidad siguen intactas e íntimamente vinculadas con estructuras estatales. Hay mucha inestabilidad en la mediana y pequeña empresa por nuevos impuestos, el desempleo y la informalidad afligen a más del 50% de la población. Esos dos factores producen la migración de la juventud hacia EE.UU. y no se ha reducido aún con Donald Trump y la publicidad oficial de que las cosas están mejorando.

¿Sigue siendo un modelo excluyente entonces?

No solamente excluyente, pero un modelo que expulsa a su población juvenil. La migración no solamente ocurre por razones económicas, sino en los últimos años hay una población que emigra después de haber sido internamente desplazada.

¿De cuánta gente estamos hablando?

De 10 personas que migran, siete lo hacen por razones económicas y tres por razones de desplazamiento interno o por amenazas, especialmente de compañías que se dedican a la construcción de represas, a la minería o monocultivos como la palma africana. El campo sigue siendo fuente de conflicto y expulsión de campesinos a la periferia de las ciudades y de allí al extranjero.

El asesinato de la ambientalista Berta Cáceres simboliza estos conflictos …

Efectivamente. Berta es el símbolo visible, pero detrás de ella hay muchos asesinatos más, comunidades enteras desplazadas por empresas en alianza con fuerzas privadas de seguridad, que actúan en nombre de la Policía o del Ejército. Esa es una de las razones por el aumento sostenido del presupuesto para seguridad y defensa. Estamos hablando del 50% del presupuesto nacional destinado a ese rubro, mientras la parte de educación y salud ha ido disminuyendo. Esto demuestra claramente la prioridad del gobierno.

Al mismo tiempo tenemos un gobernante con rasgos autoritarios y una Justicia dependiente. ¿Hay un riesgo de una deriva autoritaria en el segundo mandato de Hernández?

Actualmente los tres poderes del Estado dependen del Ejecutivo. Los 15 magistrados de la Corte Suprema, que se eligieron hace dos años, responden a una lista que elaboró Hernández. La agenda del Congreso es elaborada en Casa Presidencial. Existe el Consejo Nacional de Defensa y Seguridad presidido por Hernández. El reglamento que se elaboró en el 2012 en el Congreso, siendo Hernández su presidente, establece que todo lo que se acuerde allí, el único que lo implementa es el Presidente de la República. En la práctica se rompe el Estado de derecho porque todos los demás poderes quedan subordinados al Ejecutivo.

Ismael Moreno, alias Padre Melo.
Ismael Moreno, alias Padre Melo.Imagen: DW/S. Weiss

¿Hay otros riesgos en un segundo mandato de Hernández?

Hernández ha tomado control de todos los órganos de la contraloría del Estado como el Comisionado nacional de derechos humanos, el Tribunal Supremo Electoral, el Tribunal Superior de Cuentas y el Registro Nacional de las personas. Además tiene una alianza con los dueños de medios de comunicación. Es un compromiso de inversión en publicidad de manera que hay medios donde 70% de sus ingresos proceden de publicidad de Casa Presidencial. Su pertenencia a la élite del país hará que sus decisiones sean cada vez más personalistas. Vamos a tener un proyecto autoritario, una democracia autoritaria.

Parece ser un modelo que se está expandiendo en Latinoamérica, indistintamente de las ideologías. Pero la tolerancia del gobierno de Estados Unidos hacia estas derivas autoritarias parece ser diferenciada. En Honduras aparentemente aprovecharon el caos luego del golpe contra Zelaya para retomar el control.

Honduras se había escapado de sus manos por tres razones. Primero por el control del narcotráfico sobre el territorio y el Estado. Segundo, porque sus aliados tradicionales se fueron aliando con el crimen organizado. Y tercero, no había alternativas porque les faltaba una generación de relevo. Deciden entonces actuar directamente. Siempre EE.UU. ha intervenido en Honduras por lo frágil que es, pero nunca ha tenido una influencia tan grande como en esta última década. Ellos actualmente tienen que ver con las extradiciones y las advertencias a Hernández de que si no colabora, puede correr el riesgo de ser extraditado por estar involucrado en el apoyo al narcotráfico. Están metidos en ver cómo se elige a determinados actores en la sociedad. Están viendo cómo pueden desarrollar campañas de prevención de la violencia aliándose con diferentes sectores del país incluyendo las iglesias. Tienen que ver con la justicia y la Misión de Apoyo en la lucha contra la corrupción y la impunidad (MACCIH) organizada por la OEA. Están invirtiendo enormemente en la formación de gente nueva.

¿Cuál es su objetivo estratégico en el marco regional?

Honduras tiene fronteras con el Pacífico y el Atlántico, con Nicaragua, El Salvador y Guatemala y es un territorio estratégico. Mientras más calmado y bajo control esté, más capacidad tiene el gobierno de EEUU para impulsar políticas de cara a la región, al Caribe y hasta América del Sur. Además hay enormes recursos, se habla de reservas de petróleo en el Golfo de Honduras. La gente no importa, el territorio sí.

Autora: Sandra Weiss (VT)