Un recuerdo especial
8 de septiembre de 2011Publicidad
Guardando un silencio solemne, los miembros de la asociación Bomberos Germano-Estadounidenses y Amigos se han congregado para abrir el cofre que han estado esperando desde hace tanto tiempo; adentro, cubierto con la bandera de Estados Unidos, descansa una viga de acero de 1,80 metros, un fragmento de la estructura que mantuvo en pie al World Trade Center (WTC) desde su construcción, a finales de los sesenta, hasta su destrucción, tras los ataques terroristas perpetrados en Nueva York el 11 de septiembre de 2001.
Por dentro, el cofre está forrado en terciopelo rojo; allí se encuentra una nota que reza: “Empacado con respeto por neoyorquinos”. La viga en cuestión luce oxidada y a ella siguen adheridos trozos de hormigón, pero su superficie se siente inesperadamente lisa, considerando las inclemencias a las que ha estado expuesta. “Por fin… Tener por fin esta pieza original del World Trade Center en Alemania nos da un buen sentimiento”, dice el director de la asociación binacional de bomberos, Martin Zimmermann.
Oberviechtach y su amistad con Nueva York
En su ciudad natal, el poblado bávaro de Oberviechtach, se erigirá un monumento alrededor de la viga de acero para conmemorar los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. Zimmermann no estaba en Nueva York en aquel momento ni conoce a ninguna de las víctimas, pero Oberviechtach sostiene relaciones amistosas con la metrópolis norteamericana desde 2007, cuando una delegación de la ciudad bávara participó en la Steuben Parade, la tradicional fiesta de calle de los inmigrantes alemanes de la Gran Manzana.
Zimmermann, miembro del cuerpo de bomberos local, aprovechó aquella oportunidad para establecer contacto con bomberos neoyorquinos. “Nosotros estamos unidos por nuestro servicio al prójimo”, explica el bávaro de 39 años. “Esa camaradería une a la gente a escala internacional”, añade orgulloso, recordando el impacto que produjo en él y en sus compañeros de viaje la visita a Ground Zero, el vacío que quedó en el corazón de Nueva York cuando el World Trade Center fue destruido.
Un pedazo de las torres gemelas en Alemania
Fue entonces cuando surgió la idea de levantar un monumento alusivo. En Oberviechtach se enteraron de que fragmentos originales de la estructura del World Trade Center eran puestos a disposición de proyectos conmemorativos una vez cumplidos los estrictos requisitos y tanto el Gobierno de la ciudad alemana como los amigos de la asociación de bomberos germano-estadounidenses ayudaron para que la solicitud pudiera tramitarse lo antes posible.
Las gestiones duraron dos años, pero la espera valió la pena: la viga identificada con el código “H-31a“ es el único fragmento de las “torres gemelas” de Nueva York traído a Alemania. De momento, el valioso trozo de acero se encuentra en las instalaciones de la armada estadounidense en la localidad bávara de Vilseck. El grupo binacional de bomberos insistió en que la viga fuera transportada a ese lugar primero para involucrar en el proyecto a los alrededor de 30.000 solados estadounidenses estacionados en el Alto Palatinado.
El poder de los símbolos
El gesto ha sido apreciado por los soldados. “Creo que es algo bueno”, dijo uno de ellos, explicando que la conmemoración en Baviera de lo ocurrido aquel 11 de septiembre en Nueva York es una evidencia de la solidaridad que existe entre Alemania y Estados Unidos. La viga pasará de las manos de soldados estadounidenses a las de soldados alemanes el próximo domingo (11.9.2011), en el marco de una ceremonia especial. Luego será transportada de la instalación militar en Vilseck a la ciudad de Oberviechtach.
La viga se colocará sobre una base de granito y estará flanqueada por dos bloques de vidrio de dos metros de altura, réplicas de las torres gemelas de Nueva York que, de noche, serán iluminadas con luces rojas, blancas y azules, en alusión a la bandera estadounidense. El monumento, concebido por Rainer Wild, ex comandante del cuerpo de bomberos de Oberviechtach, será inaugurado el 1 de octubre.
Autor: Marcel Kehrer / Evan Romero-Castillo
Editor: Enrique López
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