Un pragmático presidente de los obispos alemanes
12 de febrero de 2008El máximo representante de la Iglesia Católica en Alemania, arzobispo de Friburgo, es considerado moderado y capaz de conciliar posiciones encontradas. Como nuevo primus inter pares fue elegido por mayoría entre los 69 obispos alemanes y asumirá su cargo el próximo lunes (18.02.08).
Zollitsch nació en Philippsdorf (hoy Bački Gračac, Serbia), en el seno de una familia de los alemanes que a partir del siglo XVII se asentaron en la región como colonizadores invitados por los monarcas de la época. En 1946, poco después del fin de la II Guerra Mundial, los alemanes fueron expulsados de esos territorios.
Los Zollitsch se refugiaron en Alemania. El actual arzobispo estudió teología y en 1965 fue ordenado sacerdote. En 1974 hizo un doctorado en teología católica y desde ese año hasta 1983 dirigió el Colegio Borromeo de Teología en Friburgo, Alemania. En 2003 fue nombrado arzobispo por el Papa Juan Pablo II.
Excelente moderador
Zollitsch está considerado un obispo pragmático —ni liberal ni halcón— y alguien que no deja las cosas para mañana. De él no se pueden esperar una revolución en la Iglesia Católica alemana. Pero es un excelente moderador, y por lo tanto conciliador, que toma a sus interlocutores siempre en serio.
De 69 años de edad, Zollitsch es un buen primer obispo de transición después de la era Lehmann al frente de la Conferencia Permanente. En sus primeras declaraciones resaltó su proximidad teológica y humana con el popular obispo de Maguncia, que regresa a su diócesis: “continuaré la labor de Lehmann”, dijo.
El obispo de Friburgo resaltó explícitamente que en su nuevo cargo aspira a que la Iglesia permanezca activa en la discusión social, su voz sea escuchada y realice adelantos en la aproximación ecuménica: “cuanto más cooperen entre sí las confesiones cristianas, más dignas de confianza serán los cristianos en Alemania”.
Sucesor de un liberal
Su tarea no será fácil. Karl Lehmann estaba considerado la voz y la conciencia liberal del catolicismo alemán. Querido por los fieles y respetado por amigos y adversarios. Así lo demuestran también sus varias reelecciones, que en total sumaron 21 años al frente de los obispos alemanes.
Lehmann nunca hizo ostentación de su dignidad ni de su proximidad al poder político. En su discurso de despedida no nombró a ningún político ni interpretó ningún suceso de tal forma que debiera agradecérsele a él: ni la unión de las dos Conferencias Permanentes de Obispos después de la reunificación de la Alemania Federal con la Alemania Oriental, ni la jurisdicción laboral eclesiástica, ni el buen clima de diálogo entre teólogos y obispos, la Iglesia y la cultura, Bonn y Berlín, sacerdotes y legos, ni la mirada en perspectiva hacia el 500 aniversario de la Reforma en 2017 (“no hay alternativa al movimiento ecuménico”).
Zollitsch asume por lo tanto un cargo en el que una y otra vez se le comparará irremediablemente con su prestigioso antecesor. Un desafío y una posibilidad de desarrollar un perfil propio: el nuevo presidente podrá tomar siempre como referencia a Lehmann, lo que no es poco.