No hay censura para Berlusconi
14 de diciembre de 2010El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ganó la una moción de confianza en el Senado, como se esperaba, con pocas dudas : 162 votos contra 135. La votación en la Cámara Baja, por el contrario, que podría haberlo obligado a renunciar, se zanjó por sólo tres puntos a favor de su gobierno de centroderecha.
La votación decisiva tuvo lugar en la cámara de diputados, donde la oposición había presentado una moción de censura; allí Berlusconi ya no cuenta con mayoría desde que su socio Gianfranco Fini, rompiera con él. Este enfrentamiento tiene paralizada a la política italiana desde el verano. Sin embargo, varios diputados de Futuro y Libertad para Italia (FLI), la agrupación de Fini, no siguieron a su líder. Y, por segunda vez en la misma jornada, Berlusconi salvó el pellejo.
314 diputados votaron a favor del mandatario; 311 en contra. De haber perdido habría tenido que dejar en manos del presidente Giorgio Napolitano la tarea de designar un nuevo Gobierno o llamar a elecciones anticipadas, algo a lo que Berlusconi se ha negado rotundamente.
Un año de escándalos no es motivo para dimitir
Después de un año ensombrecido por escándalos sexuales y de corrupción y del término de una larga hermandad política con Gianfranco Fini, se auguraba el final o por lo menos un punto y aparte en la carrera política del magnate de los medios, de 74 años y cuyo cuño marca a Italia desde 1994. Pero, Berlusconi lo ha conseguido una vez más, con una intensa campaña de acuerdos a puertas cerradas. Y la jornada puede considerarse como un triunfo personal.
Ni las protestas estudiantiles multitudinarias, ni la crisis política, ni los escándalos, tampoco la mala situación económica por la que atraviesa el país, han podido con el primer ministro. Así, aunque hubiesen convocado a elecciones anticipadas, “éstas no significarían , de ninguna manera el punto final de la carrera de Berlusconi”, dice el politólogo italiano Gian Enrico Rusconi a la emisora Deutschlanfunk.
Analistas y periodistas coinciden en decir que el magnate mediático es la personalización de muchas características que a los italianos les gustan. Y cuando se trata de políticos, siempre se puede “negociar”. De compra de votos se habla. “Sólo intento que los parlamentarios que abandonaron nuestro partido por reincillas y celos vuelvan, y que le den a Berlusconi los votos con los que fue elegido para este cargo”, declara Mario Pepe, diputado del berlusconismo. .
Ratificación del berlusconismo
Berlusconismo es lo que se vive en Italia; esto más que la “democracia mediática”, como se suele denominar a la Italia dominada por la televisión en manos del zar italiano, es, según Rusconi, una `posdemocracia´. “Se trata de un proceso que ha dejado atrás a la democracia.”, con una legislación cortada a su medida, analiza el catedrático de la Universidad de Turín.
En ello, los medios tienen un papel preponderante, sí, pues “la gente quiere divertirse y ahí sale el alma italiana. La política es diversión”, afirma Rusconi. Y Berlusconi da de sí. Por otro lado, el sistema creado por el multimillonario milanés ha sabido dejar siempre satisfechas a todas las figuras políticas que lo ratifican en el poder. También la Iglesia lo sostiene, porque la apoya en diversos temas, a cambio “tolera los trastabilleos sexuales del primer ministro”, asevera Rusconi.
Como fuere, a pesar de que Luigi Bersani, jefe del opositor Partido Democrático, declare que „Italia está cansada del Gobierno de Berlusconi y quiere cambio“ y de que en las últimas jornadas y durante la votación decenas de miles protestaran en las calles de Roma, el sistema Berlusconi sigue en el poder.
El voto responsable
Es más, con Italia –con un endeudamiento total del 118 por ciento de su PIB- como siguiente candidato a acogerse al programa de salvataje de los socios europeos no falta quien opine, que para la UE, en este momento, Silvio Berlusconi representaría el mal menor: un vacío de poder y una concentración en elecciones provocaría mayor nerviosismo en los mercados financieros.
Así, haciéndose eco de esta crisis que él manejará con confianza renovada, Silvio Berlusconi llamó a la Cámara a cooperar constructivamente y a ser consecuentes con la confianza de los votantes: “todo lo demás sería irresponsable”, declaró.
En suma, esta jornada representaba su “día de la verdad”, como lo denominaba el diario digital alemán Focus online; y la verdad, es que aunque haya sido con las uñas, el primer ministro Berlusconi ha logrado, “rubricar una especie de inmunidad no escrita: in dubio pro Berlusconi”, concluye Deutschlanfunk.
Autora: Mirra Banchón (dlf/dpa/rtr)
Editor: Pablo Kummetz