Shimon Peres insta a castigar a los esbirros nazis que todavía vivan
27 de enero de 2010Hace 65 años, el ejército ruso liberó a los confinados en Auschwitz-Birkenau, el infausto sistema integrado por varios campos de concentración que ha pasado a la Historia como el más grande centro de exterminio erigido por el régimen nacionalsocialista alemán.
Este año, la conmemoración del aniversario ha cobrado un carácter simbólico particular en Alemania; por un lado, a causa de la presencia del presidente de Israel, Shimon Peres, en el Bundestag: se trata del primer presidente israelí en articular un discurso ante el Parlamento germano en tal fecha, que es, además, en la presente ocasión especialmente redonda. Y por otro, debido a la coincidencia de este ejercicio colectivo de la memoria con los crecientes temores de Israel de cara a al armamentismo nuclear iraní y con el juicio que se le sigue desde 2009 a John Demjanjuk, el ucraniano acusado de haber colaborado en el asesinato sistemático de 27.900 personas cuando era vigilante en el campo de exterminio de Sobibor, Polonia, en 1943.
Para completar las palabras de Peres, el historiador polaco Feliks Tych hizo un llamado que trascendió las paredes del Bundestag e instó a la comunidad europea a no desentenderse de un asunto hasta ahora poco discutido públicamente: la complicidad de los pueblos en muchos países del continente con los nazis.
“No ignorar nunca más”
En el marco de la ceremonia que tuvo lugar en el Parlamento alemán este miércoles (27.1.2010) para conmemorar a todas las víctimas del nacionalsocialismo, Peres exhortó a que se continúe llevando a juicio a los esbirros del nazismo que todavía vivan, pero no como un acto de venganza, sino como un recurso pedagógico, sobre todo dirigido a la generación más joven. “La juventud tiene que recordar, no debe olvidar y ha de saber lo que ocurrió”, subrayó el presidente israelí.
En lo que a las tensiones en el Cercano Oriente se refiere, Peres aludió al peligro implícito que suponen las plantas atómicas y los cohetes nucleares iraníes, describiendo al Gobierno de Mahmud Ahmadineyad como “un peligro para el mundo” e insistiendo en que Israel no puede sino rechazar “un régimen fanático que no respeta la Carta de las Naciones Unidas”. También pidió a la comunidad internacional que interceda y negocie con Irán: “Los dictadores sangrientos que se esconden detrás de máscaras demagógicas y difunden discursos asesinos no deben ser ignorados nunca más”, señaló Peres.
Lecciones no asimiladas
El presidente del Bundestag, Norbert Lammert, le garantizó a Peres el apoyo de Alemania, asegurando que los germanos no conocen la neutralidad cuando se trata de la seguridad y el derecho a la existencia del Estado de Israel. Igualmente enfáticas fueron sus palabras al referirse a Irán, “un país liderado por un régimen abiertamente antisemita”. A juicio de Lammert, “la comunidad internacional no puede tolerar una amenaza de esa índole”.
Por su parte, Feliks Tych, ex director del Instituto Histórico Judío de Varsovia –una institución académica especializada en la investigación de la historia y la cultura de los judíos polacos-, tomó la palabra en la Cámara para llamar la atención sobre un espinoso tema que describió como “la complicidad europea en los crímenes del Estado alemán”, enfatizando que las lecciones dejadas por el Holocausto no podrán ser asimiladas si éstas no entran a formar parte de la conciencia histórica europea.
Complicidad por acción y omisión
John Demjanjuk, por ejemplo, era uno de casi 120 vigilantes no alemanes en los centros de exterminio que ayudaron a los nazis a consumar sus crímenes contra la Humanidad. Y, como dice la edición especial de la revista alemana Der Spiegel dedicada a este tema, el juicio a Demjanjuk ha puesto a los colaboradores de los alemanes en el extranjero en el centro del debate: a los gendarmes ucranianos, a los policías letones, a los soldados rumanos, a los ferroviarios húngaros… la lista es larga.
Según Tych, en cada uno de los países europeos donde los nazis levantaron campos de concentración una parte de la población sacó provecho a las matanzas, colaboró para llevarlas a cabo o fue testigo simpatizante de las mismas. A los ojos del historiador polaco, el haber convertido esta complicidad con las fuerzas de ocupación alemanas en un tabú –desde el fin de la Segunda Guerra Mundial hasta hoy– es un serio problema que necesita ser solucionado.
Recordando a todas las víctimas
El día de la memoria a las víctimas del nacionalsocialismo es una fecha de conmemoración nacional en Alemania desde 1996. Cada 27 de enero se recuerda a las millones de personas que fueron perseguidas, torturadas y asesinadas por los nacionalsocialistas: los judíos, los cristianos, los gitanos, las personas con discapacidades físicas o mentales, los homosexuales y aquellas que pertenecían a la resistencia o tenían opiniones políticas adversas a la ideología nazi, prisioneros de guerra y desertores, ancianos y niños en el frente de batalla, los condenados a trabajos forzados, los científicos, artistas y periodistas no alineados con las divisas de Adolf Hitler.
Autor: Evan Romero-Castillo
Editora: Luna Bolívar Manaut