“La Justicia debe esclarecer crímenes de Colonia Dignidad"
24 de junio de 2017Un año antes del golpe militar, la alemana Petra Schlagenhauf estuvo cuatro meses en Chile por un intercambio estudiantil. La experiencia la marcó de por vida y selló el vínculo que mantiene con el país sudamericano y los derechos humanos. Experta en el tema de Colonia Dignidad, ha jugado un rol clave en los procesos que se llevan en Alemania contra Hartmut Hopp, quien fuera médico de la secta alemana en el sur de Chile y mano derecha del fallecido líder, Paul Schäfer.
Condenado por la justicia chilena a cinco años como cómplice de Schäfer en el abuso de menores, Hopp huyó de Chile antes de ir a la cárcel y vive en Alemania desde 2011.
DW: ¿Cuándo fue la primera vez que supo de la existencia de Colonia Dignidad?
Petra Schlagenhauf: en los años 70 sabíamos que había un campo de concentración y en 1977 me enteré del juicio por calumnias de Colonia Dignidad en contra de Amnesty International (AI), por una revista en la que esa organización denunciaba esos hechos.
¿Por qué no hubo acciones judiciales contra los líderes de la secta en ese entonces?
En ese tiempo a nadie se le ocurría usar la Justicia alemana para esos fines. La detención de Pinochet en Londres abrió la idea de buscar en nuestra legislación cómo juzgar a estas personas en Alemania, por la competencia para temas penales cometidos en el exterior. Entonces puse una denuncia que, después de 17 años, llevó a una condena en primera instancia de agentes de la DINA (la policía secreta de Pinochet) por tortura y otros delitos.
Usted sabe de procesos largos...
Sí, claro. La justicia a veces demora.
"El derecho chileno cumplió los requisitos"
Como ciudadano alemán, que constitucionalmente no puede ser extraditado fuera de la Unión Europea, el prófugo Hartmut Hopp no cumplirá nunca su condena en Chile. La única posibilidad es que Alemania ejecute la sentencia, lo que está en trámite. De acuerdo a la Ley de Asistencia Jurídica Internacional, la fiscalía competente del domicilio del condenado, en este caso Krefeld, representa al Estado chileno en este pedido frente al tribunal regional de esa ciudad, el que debe decidir si Hopp cumple su condena en Alemania.
Chile hizo la solicitud a fines del 2013 y hubo un período de consultas y trámites. La fiscalía demoró varios meses en decidir si era un pedido justo y lo presentó en el tribunal a comienzos del 2016, el que todavía no ha dictado una resolución.
¿Es normal que demore tanto?
Sí y no. La ley dice que solamente se pueden ejecutar condenas firmes de otro estado si se han cumplido los derechos básicos del imputado, como los de ser escuchado y tener una debida defensa. El argumento de la defensa de Hopp es que el juicio en Chile, que fue llevado por el derecho procesal antiguo chileno, no cumplió con esos criterios. Como nunca se había pedido la ejecución de una condena chilena en Alemania, el tribunal de Krefeld tiene que estudiarlo para ver si es lícito.
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En su opinión, ¿recibió Hopp un juicio justo?
Sí. El derecho procesal chileno cumplió los requisitos. Yo leí toda la sentencia de primera instancia, de más de 500 páginas, donde está descrito el camino de este juicio con todas las oportunidades en que Hopp declaró y el testimonio del juez que le explicó de qué se le encargaba.
¿Cuánto tiempo más podría demorar una resolución?
Eso no se puede saber. Si el tribunal resuelve que la condena es lícita, el defensor de Hopp ha anunciado que irá a la segunda instancia, que es la Corte Suprema del estado federal de Nordrhein-Westfalen. Y en caso de que ésta decida lo mismo, incluso cabe la posibilidad de una queja constitucional. En caso negativo, la fiscalía, en representación del estado chileno, puede recurrir a la Corte Suprema del estado. Podría tardar todavía varios años. Me parece demasiado tiempo, pero es una materia complicada.
Acusado por complicidad en abuso de menores
Mientras se resuelve este proceso, la justicia alemana lleva una investigación paralela por las denuncias que Petra Schlagenhauf puso en 2011 contra Hartmut Hopp, entre ellas, por complicidad en abuso de menores. Como no se puede condenar dos veces por el mismo delito, la abogada confía en que la Justicia alemana haga cumplir la sentencia chilena. Hopp es también investigado por administración de psicofármacos y por la desaparición y muerte de detenidos políticos.
¿En qué consisten estos juicios?
Yo defiendo a dos personas -una de las cuales murió- que debieron tomar psicofármacos durante muchos años, lo que fue una política de los jerarcas de Colonia Dignidad para dominarlos. Este es un delito de lesión corporal grave y Hopp es responsable como médico de la colonia. En cuanto a la desaparición de presos políticos, sabemos por testimonios en juicios chilenos que hubo asesinados por motivos políticos, pero no sabemos quiénes fueron.
¿Se puede comprobar la participación de Hopp en estos hechos?
No directamente. Hay testimonios y pruebas de que hubo colaboración de la jerarquía de Colonia Dignidad, entre ellos Hopp, con la DINA. En la discusión sobre la participación de guardias de campos de concentración en Alemania, hasta hace poco se exigía comprobar la participación directa en la muerte de otra persona, pero esto cambió con los últimos juicios, en que se dijo que bastaba la participación en el sistema.
¿Qué espera de la Justicia?
Sería una digna tarea de la Justicia alemana investigar la muerte de muchas personas asesinadas en la colonia por ciudadanos alemanes, de lo cual no hay ninguna duda, y asumir la responsabilidad de esclarecimiento histórico de lo que allí pasó. Muchas instancias alemanas no cumplieron su deber, incluyendo la misma embajada y el Ministerio de Relaciones Exteriores. No en vano el entonces ministro alemán de RR. EE., Frank-Walter Steinmeier, reconoció que los diplomáticos alemanes no actuaron debidamente. No puede ser que el esclarecimiento sea sólo tarea de las víctimas y los abogados.
Es vergonzoso de parte de la Justicia alemana, que naturalmente tiene más recursos que los privados. Comprendo que no es fácil, pero en vista de eso no entiendo que no le pongan más empeño, independiente de si al final se puede comprobar jurídicamente la participación de Hopp.
¿Es posible que Hopp no participara ni supiera de los delitos, como ha declarado?
Por supuesto que no. Lo normal era que los colonos no tuvieran libertad para moverse, ni papeles ni dinero, pero Hopp era de la jerarquía y fue sumamente privilegiado. Estudió en Santiago de Chile y en Estados Unidos, tenía dinero y pasaporte; viajó por el mundo abriendo cuentas y comprando propiedades. Era la persona de confianza absoluta de Schäfer, que tuvo contacto con Manuel Contreras (ex jefe de la DINA), según testimonios de ex agentes. Es impensable que él no supiera nada.
¿Y en cuanto a los abusos a menores?
Lo mismo. A mí me ha dicho Wolfgang Kneese, quien fue una de las pocas personas que logró escapar y lo hizo en los 60, que era un secreto a voces entre los jóvenes, que siempre le tocaba el turno a alguno con Schäfer y él supone que Hopp era parte de esto. Era del círculo más íntimo de poder, no puede declarar que no sabía lo que ocurría. Él defendió a Schäfer en los años 80 en Alemania, por la denuncia de tres personas que escaparon de la colonia. Declaró en el parlamento alemán, negó todo y calumnió a Wolfgang Kneese.
¿Cree que si el Parlamento alemán aprueba una reparación para las víctimas se puede impulsar el avance de los procesos judiciales?
Son dos temas distintos, pero es muy justo que las víctimas, que ya tienen bastante edad, problemas de salud y traumas psicológicos por el maltrato y el trabajo forzado, reciban apoyo económico de Alemania. Es un tema muy complejo, pero sería un gesto digno. Si las instancias alemanas hubiesen actuado como deberían, tal vez se habrían salvado años antes.
Autora: Victoria Dannemann (CP)