Solidaridad y música con Salut Salon

Encantadoras, sexys, divertidas y virtuosas. Son sólo algunos de los epítetos con que han sido catalogadas las integrantes de Salut Salon, un cuarteto de cuerdas –dos violines, cello y piano- de Hamburgo que ha traspasado las fronteras con su música y su solidaridad.

El ensamble comenzó el año 2000 con Angelika Bachmann (violín) e Iris Siegfried (violín y voz) y luego se unieron Anne-Monika von Twardowski (piano) y Sonja Lena Schmid (cello). Todas destacadas intérpretes desde niñas, con un gran talento y rigurosos estudios de música.

Sobre el escenario, Salut Salon llama la atención por su particular estilo que encanta al público y lo involucra en el espectáculo. Además, por un repertorio que va más allá de lo clásico e incorpora otras corrientes, como la música latinoamericana, y que ellas disfrutan de principio a fin. “Tocamos mucho Astor Piazolla, también música de España y Colombia, por ejemplo –comenta Iris Sigried-. De alguna manera estamos influenciadas por América Latina. Es nuestro concepto: hacer la música que nos gusta”.

Pero esta influencia va más allá del escenario. Desde hace ocho años, Salut Salon apadrina la Escuela Popular de Artes (EPA) de Achupallas, una localidad de la costera ciudad de Viña del Mar. Es un sector de extrema pobreza, donde la EPA realiza actividades artístico-culturales y tiene a 200 niños becados estudiando música, arte, teatro y danza.

“Son familias con muchas necesidades económicas, en un sector de marginación social. Pero ellos ven esto como una vía de superación. La música potencia muy fuerte el desarrollo y los valores personales y es un enriquecimiento para el sector”, cuenta la asistente social alemana Michaela Weyand, quien junto a su marido, el guitarrista chileno Eduardo Cisternas, fundó la escuela en 1998.

La EPA se financia principalmente con aportes del organismo de cooperación internacional Kindernothilfe y a través de proyectos específicos en Chile, pero los fondos para el mantenimiento siempre son insuficientes y temen que en un plazo cercano la ayuda internacional podría desviarse a otros países.

Solidaridad en terreno

Salut Salon es uno de los principales donantes de la EPA. Más allá del aporte económico, los conciertos a beneficio y donaciones específicas como un autobús, su apoyo ha sido clave en el trabajo musical. Entre los hitos de esta cooperación está el viaje de ocho niños chilenos el 2004 a Alemania para tocar con la orquesta “Coole Streicher”, proyecto educativo musical del cuarteto con niños y jóvenes. Una experiencia inolvidable, en la que incluso tocaron junto a la Filarmónica de Berlín.

Al año siguiente, Salut Salon y la orquesta “Coole Streicher” viajaron a Chile. Se presentaron juntos en el Congreso Nacional, en el Teatro Municipal de Viña del Mar y crearon lazos que mantienen hasta hoy a través de correo electrónico o Facebook. “El trabajo con la gente es para nosotros muy emocionante. Alemania está lejos de Chile y es muy importante encontrarnos de nuevo”, dice Iris Siegfried.

En medio de su intensa agenda de conciertos, el cuarteto se hace un tiempo para ir a Chile regularmente. En sus visitas recorren las tomas de terreno en Achupallas y trabajan con los niños en su mismo barrio. A principios del mes de noviembre parten de nuevo. Durante diez días harán presentaciones en diferentes salas y, por supuesto, irán a trabajar con los niños de la EPA.

“Lo que amo de la actitud en Chile, y creo que es similar en América Latina, es que todos llevan el ritmo en la sangre. Bailan, cantan, no tienen vergüenza”, dice Iris Siegfried. Así son las sesiones en medio de los cerros o en la EPA, con los violines que asombran a los niños. En ese ambiente, siempre hay mucha comunicación y diversión. “Yo recibo más de lo que doy”, afirma Iris Siegfried.

Nuevas oportunidades, nueva vida

Las visitas y el intercambio con Salut Salon ha tenido un gran impacto en la escuela y las familias del sector. Les ha ampliado los horizontes, en un ambiente donde las oportunidades escasean. “Hay algunos que hoy son adultos. Uno nos dijo que fue muy importante para él que le permitiéramos hacer algo y por eso cambió y dejó las drogas”, cuenta Iris Siegfried.

Algunos alumnos tienen la oportunidad de seguir estudiando música y dedicarse a esta actividad profesionalmente. La violinista de Salut Salon destaca especialmente la historia de un joven llamado Víctor: “Tenía 14 años cuando lo conocimos y dos años después vino a Alemania. Hoy está casado con una de las integrantes de la “Coole Streicher” y estudia música en Hamburgo”.

Como ésta, hay muchas vivencias que demuestran el poder de la música y su capacidad para conectar a las personas, sin importar el idioma ni la condición social. “Para nosotras es muy importante seguir ayudando, buscando más personas que quieran aportar y concientizando para que apoyen este proyecto”, dice Iris Siegfried. El compromiso de Salut Salon con la EPA fue distinguido recientemente con la Bundesverdienstkreuz -la cruz al mérito-, que les entregó en Berlín el presidente federal Christian Wulff.

Autora: Victoria Dannemann

Editora: Claudia Herrera Pahl