Ruedan cabezas en Airbus
3 de julio de 2006El copresidente francés de EADS, Noël Forgeard, retiró su sonada negativa a dejar la presidencia de EADS, que había expresado la semana pasada ante la Asamblea Nacional francesa. El dirigente tuvo que comparecer en el parlamento por la dudosa venta de acciones realizada tres meses antes de que Airbus anunciara un nuevo retraso en su entrega del gigante A-380.
El frágil equilibrio entre Francia y Alemania, países que dominan el accionariado de EADS, y la presión política y bursátil forzaron la dimisión de Forgeard y del alemán Gustav Humbert, presidente de Airbus. Se mantiene al copresidente alemán de EADS, Thomas Enders
Evitar daños mayores
Forgeard explicó que tomó la decisión "para poner fin a una situación que podía comprometer la solución de las dificultades actuales de Airbus y el desarrollo de EADS". El copresidente galo, que ocupó su cargo menos de un año, tras dejar las riendas de Airbus en manos de Humbert, ha estado en la mira pública desde que el 14 de junio la cotización de EADS cayera en picado, hasta un 26%, eliminando en un día 5.500 millones de euros del valor bursátil del consorcio.
Aquel día la empresa anunció un segundo retraso "de seis a siete meses" en la entrega del que debe ser el avión comercial más grande del mundo, el A-380. Las compensaciones a las compañías que no reciban a tiempo sus aviones pedidos podrían ascender hasta 3.000 millones de euros.
Forgeard, que siempre ha negado estar al corriente de tales retrasos antes de vender acciones por valor de 2,5 millones de euros, desvinculó su decisión de los problemas operativos de Airbus y de la polémica sobre el ejercicio de sus opciones de compra de acciones.
Forgeard será reemplazado por el actual presidente de la empresa nacional de ferrocarriles, SNCF, Louis Gallois, quien presidió Aerospatiale entre 1992 y 1996, una de las empresas que participaron en la creación de EADS en el año 2000.
Reparto de poder
Superada la crisis no habrá, en lo inmediato cambios en el equilibrio franco-alemán. Esta relación se traduce en una copresidencia de ambos países en el consejo de administración, en la dirección y en el accionariado.
El reto inmediato está en recomponer la estabilidad de este gigante europeo, marca que pretende representar a Europa. En un paso posterior los analistas sugieren que se supere esta estructura de mando que no hace otra cosa que reflejar una lucha de poder velada entre Alemania y Francia.
Esta burocratización excesiva sería parte de los motivos del retraso del avión insignia de Airbus, el proyecto comercial más ambicioso del grupo.