Retrospectiva 2009: la Política Exterior en Alemania.
16 de diciembre de 2009En la política de seguridad alemana hay un tema dominante: la intervención militar en Afganistán. Ese fue también el gran desafío del año 2009 tanto para el viejo, como para el nuevo Gobierno. La política exterior jugó un papel preponderante durante los meses de campaña electoral.
Tras la victoria electoral de la coalición negra-amarilla a finales de septiembre, el liberal Guido Westerwelle pasó a ser nuevo ministro de Asuntos Exteriores. El político de la CSU, Karl-Theodor zu Guttenberg asumió el Ministerio de Defensa.
A finales de octubre de 2009, los trabajadores del Gobierno exterior se congregaron en el mayor salón del Ministerio para despedir a Frank-Walter Steinmeier, tras cuatro años de mandato. Con un poco de melancolía, Steinmeier cedió su lugar al jede del FDP (Partido Demócrata Liberal), Guido Westerwelle.
Un sueño para Westerwelle
Para Westerwelle fue un sueño hecho realidad: él quiso ser desde siempre minsistro de Asuntos Exteriores. Frank-Walter Steinmeier llevó la política exterior alemana por buen camino y por eso, quiso compartir su experiencia con su sucesor: “Tras estos cuatro años me he dado cuenta de una cosa: de lo grandes que son a veces las expectativas que en otras partes del mundo se ponen en nosotros. Debemos intentar satisfacerlas”, comentó Steinmeier.
El anterior ministro de Asuntos Exteriores pasó 406 días en el extranjero durante toda la legislatura: tanto en cumbres europeas, dónde luchó por el Tratado de Lisboa, como en Oriente Próximo, dónde no pudo hacer más que tomar buena nota de la suspensión de las negociaciones. Sin embargo, sus viajes no estuvieron exentos de dificultades. Steinmeier relató en su despedida cómo una vez tuvo que volar en un viejo avión del Gobierno con las puertas abiertas.
El hecho de que Guido Westerwelle haya reconocido abiertamente su homosexualidad puede haber levantado irritaciones en algunos países. Sin embargo, en Berlín no es ningún problema. Allí se prestó mucha más atención al contenido del programa del nuevo ministro.
Primer viaje, primera polémica
Ya en el primer viaje tras la toma de poder, Westerwelle depertó en Varsovia un escándalo para la coalición CDU/CSU. Allí Westerwelle comunicó a la “Federación de los Expulsados Alemanes” - una organización sin ánimo de lucro, que representa los intereses de los alemanes desplazadas de los territorios cesados a la Unión Soviética, Polonia y Checoslovaquia - que él no quería ver en su presidencia a Erika Steinbach. La diputada de la CDU es escandalosamente impopular en Polonia. Westerwelle abrió con sus declaraciones una confrontación con el partido de la coalición.
“Como ministro de Asuntos Exteriores, soy responsable de que las relaciones con los países vecinos no sean perjudicadas. Yo creo que los intereses de una sola persona deben ceder ante algo que puede traernos problemas con los países vecinos”, dijo Westerwelle refiriéndose a Erika Steinbach.
El hecho de que Erika Steinbach pretenda sentarse en el consejo de la fundación ha despertado fuertes críticas en Polonia y otros países, ya que Steinbach votó en contra del tratado de fronteras entre Alemania y Polonia en 1991. Después de una reunión entre Westerwelle y Steinbach, en la que no llegaron a ninguna solución, la canciller alemana deberá tomar una decisión.
Problemas en Afganistán
El ministro de Defensa Karl-Theodor zu Guttenberg (CSU) tuvo un comienzo difícil. Con 38 años, fue ministro de Economía durante unos meses antes de las elecciones y consiguió ahí una excelente reputación. También en sus primeras negociaciones como ministro obtuvo elogios. Él adecuó su uso del lenguaje a los soldados alemanes en Afganistan que hablaban de “guerra”, un término que su predecesor Franz Josef Jung trató de evitar a toda costa. “Los soldados soportan con frecuencia intensas batallas. El peligro, las heridas y también la muerte son omnipresentes. No debemos quitarle importancia a eso”, afirmó el ministro de Defensa.
Sin embargo, la retórica y el talento político de Guttenberg no lo protejen siempre de cometer errores. Diez días más tarde de su toma de poder, emitió un juicio precipitado sobre el fatal ataque aéreo, ordenado por el coronel alemán Georg Klein, sobre dos cargueros secuestrados por los talibanes en Afganistan.
La realidad es que hubo muchas víctimas civiles. Sin embargo, no toda la verdad salió a la luz. La oposición afirmó que la realidad había quedado oculta tras una cortina de humo, que el político del Partido Socialdemócrata Rainer Arnaold criticó tanto como el mismo bombardeo.
“No fue acertado solicitar apoyo aéreo cuando no había peligro inminente. Eso lo dicen claramente las reglas de la OTAN. No fue apropiado ni responsable lanzar bombas a un lugar donde se concentran tantas personas porque el riesgo de que mueran inocentes es latente”, dijo el político de la oposición.
Cuando se hizo manifiesto que el Ministerio de Defensa estaba en posesión de informes que él desconocía, Guttenberg despidió de inmediato al inspector general y a un secretario de Estado. Aunque Franz Josef Jung intentó quitarle hierro al asunto, la oposición reaccionó indignada. Jürgen Trittin, jefe de la fracción de los verdes reprochó a Jung: “Ellos no solamente nos han mentido, sino que también han ocultado información. Eso no es propio de una democracia”, dijo con contundencia. Al día siguiente, Jung abdicó de su cargo.
Comienzo difícil
No fue un comienzo fácil para el nuevo Gobierno, que paralelamente aún debatía la cuestión de cómo debía responder a la demanda de Barack Obama de comprometerse más en la intervención en Afganistan. En su discurso en el Congreso norteamericano en Washington, la canciller Angela Merkel recibió aplausos por su postura con respecto a Afganistan.
“Tendremos éxito si, al igual que hemos hecho hasta ahora, damos el siguiente paso en común. Alemania asume esta responsabilidad”, dijo a canciller.
Por lo pronto, el Gobierno Federal no ha hecho ninguna promesa a Obama. Según Westerwelle, todavía es muy temprano para hablar de una ampliación del contingente alemán. “Es un debate que gira en torno a si habrá una ampliación de soldados o no. Antes debería hablarse de otros objetivos, conceptos y estrategias comunes”, subrayó Westerwelle.
La estrategia debe ser decidida en la Conferencia Internacional de Afganistan, a finales de 2010. Antes el Gobierno alemán decidirá si envía más soldados a Afganistán.
Autora: Nina Werkhäuser / Ana Sánchez Granado
Editor: José Ospina Valencia