Rechazo internacional a la estrategia de Bush para Irak
28 de enero de 2007Este fin de semana, cientos de miles de personas tomaron parte en una manifestación convocada por 1.600 organizaciones que luchan por los derechos civiles en Estados Unidos. El encuentro se celebró en la ciudad de Washington y será, de acuerdo con los activistas, el primero de muchos que ocurrirán a lo largo y ancho del país.
La manifestación tuvo gran visibilidad por dos razones: una, la presencia de celebridades como Jane Fonda y Sean Penn; otra, el hecho de que coincide con una nueva fase en la que el presidente Bush no gozará de condiciones que le garanticen la automática aprobación de sus propuestas en el Congreso.
El lado alemán
De igual modo, este domingo expresó su opinión al respecto uno de los actores localmente más controvertidos en lo que concierne a la Guerra en Irak: el ex ministro de Asuntos Exteriores, Joschka Fischer. Éste se dio a conocer entre otras cosas por su aguerrida oposición a la guerra pero, según algunos, como funcionario de la antigua coalición entre el SPD y Los Verdes renunció a las posiciones pacifistas originales (tanto a las propias como a las de su partido).
Asimismo, aún está por aclararse cuánto sabía Fischer sobre la detención del turco-alemán Murat Kurnaz, ex prisionero de Guantánamo cuyo caso motivó una investigación parlamentaria en la que el propio ex ministro de Asuntos Exteriores fue interrogado.
Más soldados, menos soluciones
En un artículo para el Süddeutsche Zeitung, Fischer afirma que el nuevo curso de la administración Bush respecto de Irak "puede resumirse en tres aspectos: más tropas estadounidenses, más responsabilidad iraquí, y más entrenamiento estadounidense para más tropas locales."
El ex funcionario critica que, de este modo, "casi todas las propuestas de la Comisión Baker han sido ignoradas". Han sido varias las estrategias intentadas por el gobierno de Bush en Irak, y todas han fracasado, dice Fischer. Por eso, "poco o nada nos indica que este nuevo curso contribuirá a mejorar la situación, pese a la presencia de 21.000 soldados estadounidenses más."
En su análisis, el ex encargado de la política exterior alemana considera que, sin embargo, la nueva estrategia de Bush resulta de interés en lo que atañe al papel de Irán, Siria y los estados del Golfo Pérsico como aliados de Estados Unidos. "Un nuevo grupo de portaviones será estacionado en el Golfo Pérsico, y en tierra serán instalados misiles de defensa aérea tipo Patroit. Incluso el número de soldados adicionales rebasa con mucho las pretensiones de los generales".
Al gusto de neoconservadores
Ante ello, Joschka Fischer sentencia en su comentario: "La nueva estrategia se pliega a los devastadores principios de los neoconservadores. Irán está en la mira de la superpotencia, y este plan de acción recuerda hasta en sus mínimos detalles a la fase previa a la Guerra en Irak."
Si todo esto se concreta, aguardan grandes peligros a la región, según el ex funcionario alemán. "Una guerra con bombas contra Irán no hará más seguro a Irak, sino todo lo contrario. Tampoco se logrará estabilizar a la región, a la cual, en cambio, se sumirá en un caos. Lo mismo aplica para el soñado "cambio de régimen" en Irán. Con la estrategia de Bush, la oposición democrática pagará un alto precio, y el régimen se estabilizará."