¿Quién da más, quién contamina menos?
2 de febrero de 2004
Con el fin de reducir las emisiones de gases contaminantes y proteger la ecología mundial, la Unión Europea desarrolló el concepto del comercio de emisiones tóxicas. Las industrias de la UE reciben acciones de emisión, es decir, derechos de contaminación, que pueden comerciar como en la bolsa. Aquellos que contaminan menos pueden vender sus acciones, los que contaminan más pueden comprarlas. El inicio del comercio de acciones de emisiones está programado para enero de 2005. El gobierno alemán deberá presentar a Bruselas los datos de 2600 empresas y el número de acciones que le corresponde a cada una de ellas hasta fines de marzo.
El problema es que las empresas y los ministerios no logran ponerse de acuerdo. Ya surgen los rumores en el sentido de que el canciller Gerhard Schröder intervendrá para que se logre presentar un plan de acción nacional hasta el próximo 31 de marzo.
La vieja canción: Industria contra ecologistas
El proyecto de la discordia fue presentado recientemente por el ministro de Ecología, Jürgen Trittin. Esta propuesta prevé que la industria alemana reduzca sus emisiones de gases tóxicos un 7,5 por ciento adicional hasta el 2007. El ministro Trittin basa su demanda en un compromiso pactado con la industria en junio de 2002, en el que se estipula que se reducirá la emisión de dióxido de carbono en 45 millones de toneladas hasta el 2010. La industria se opone y afirma que en el 2002 el gobierno prometió que no castigaría a la economía con nuevos esfuerzos de reducción de emisiones.
Mientras que los industriales se sienten víctimas de un trato injusto, los ecologistas están indignados pues, en su opinión, se ha dado mano libre a la industria y cumplido todas sus demandas. En opinión de los ecologistas el precio de las acciones se reducirá a cero si la concesión de acciones se vincula a las necesidades específicas de la industria, es decir, que todos reciban el monto de acciones que cubran sus necesidades de contaminación.
Que Bruselas espere
Dentro de la industria misma no existe consenso. La industria del carbón demanda anular del proyecto presentado por el ministro Trittin, las ofertas para aquellos que opten por el gas natural. Otros consorcios demandan derechos especiales de contaminación como recompensa por el abandono de la energía nuclear. El único consenso es el rechazo unánime de la industria del concepto presentado por el Ministerio de Ecología. La Asociación de la Industria Alemana (BDI) incluso sugiere anular la fecha acordada con Bruselas hasta que se logre una solución.