Primeros atentados suicidas en Europa occidental
13 de julio de 2005
Todo indica que fueron cuatro los autores materiales de los atentados con bomba en Londres. Su apariencia al llegar a Londres era la de cualquier joven turista que va de paseo a la capital. Después de exactamente 38 minutos de viaje, arrivaron a las 8 y 20 de la mañana a la estación central King's Cross en plena hora pico, cuando cientos de miles de personas van a sus trabajos y los escolares a sus colegios. Todos llevaban un morral o mochila de estilo militar, como cualquier otra persona.
Las cámaras de observación registraron su presencia tan pronto como descendieron del tren procedente de Luton. Nada los hacía sospechosos en una urbe cosmopolita como Londres donde se hablan casi todos los idiomas. Las grabaciones los muestran charlando entre sí. Hasta ahí la situación era la más normal del mundo.
Sólo media hora más tarde estallaron las 4 bombas, 3 en los estrechos túneles del metro y una en uno de los típicos buses rojos de dos pisos.
Jóvenes "casi" normales
Tres de los jóvenes terroristas vivían en la norteña ciudad de Leeds: Hasib Hussein de 19 años de edad, Shehzad Tánger de 22 y Mohammed Sadique Khan de 30. La identidad de la cuarta persona, probablemente, de Luton, aún no ha sido establecida con certeza.
Entre los escombros del bus siniestrado en la Plaza Tavistock, los agentes encontraron la licencia de conducción y la tarjeta de crédito de Hasib Hussein. A su familia le había dicho que partiría para Londres con amigos.
Los terroristas parecen pues haber salido del mismo seno de la sociedad británica de hoy. Shehzad Tanweer, otro de los autores materiales, era, al parecer, hijo del dueño de un restaurante de "Fish and Chips", el más popular y casi emblemático plato inglés de pescado y papas fritas en una buena dosis de grasa. Shehzad no era cualquier desadaptado sin educación y ajeno a la vida del país en que había nacido. Este joven estudió deportes y amaba el Cricket, el deporte nacional de los británicos… y los pakistaníes.
Mohammed Sadique Khan, el joven que se inmoló en la estación subterránea de Edgware Road estaba casado y tenía un bebé de apenas 8 meses de edad. Pero ahí no termina la paradoja: Khan atendía a incapacitados.
Entrenamiento para matar(se)
Todo indica que la planeación de los atentados fue más allá de escoger la hora y el lugar del crimen. Amigos de Tanweers cuentan que él había viajado en los meses anteriores a Afganistán y Pakistán. Las autoridades deducen de ello que, probablemente, fue a recibir entrenamiento por parte de Al Qaeda.
La pista principal para llegar a los autores materiales la dio la familia de uno de los jóvenes. Poco después de escuchar la noticia de los atentados, lo reportó a la policía como desaparecido.
El Consejo Musulmán de la Gran Bretaña expresó estar "en estado de choque". Iqbal Sacranie, su secretario general, ofreció "toda la cooperación a las autoridades" y declaró que "nada puede justificar los malignos acontecimientos".
¿Quiénes serán y dónde atacarán los próximos?
De confirmarse plenamente que dichos jóvenes obraron con toda la intención de morir en los ataques, estos serían los primeros atentados suicidas en Europa occidental. "Un hecho alarmante", según expertos, porque entonces "tendríamos que contar con que hay más gente dispuesta a morir por matar a otros".