Premios Echo 2012 al pop alemán

A quienes laboran en la industria discográfica alemana les gusta pensar que la ceremonia de entrega de los premios Echo en la categoría pop pertenece a la misma liga que las galas del Grammy o los Brit Awards. Después de todo, a pesar de la crisis que aflige a este sector desde hace más de una década, el de Alemania es el tercer mercado más grande del mundo, en lo que respecta a la venta de discos y descargas de Internet. Sin embargo, ni el show business ni el star system germanos sobresalen internacionalmente como el estadounidense o el británico.

Y los alemanes lo saben. Entre 1984 y 1991, grupos como Nena (99 globos rojos), Alphaville (Big in Japan) y Scorpions (Wind of change) se hicieron populares en América Latina con una o dos canciones. Lustros más tarde, Rammstein y Tokyo Hotel se convirtieron en objeto de culto para millones de melómanos. Pero, hasta ahora, esas han sido las excepciones que confirman la regla. De ahí que cuando la Academia Alemana de la Fonografía otorga los premios Echo, los moderadores del evento tiendan a no tomarse el asunto muy en serio.

Como muestra, un botón: este jueves (22.3.2012), durante la vigésimo primera entrega del premio Echo, las animadoras del evento –la comediante Barbara Schönberger y la cantante Ina Müller– se dieron un apasionado beso francés que, más que una cita, era una parodia del ósculo que Madonna le dio a Britney Spears y a Christina Aguilera en la ceremonia de los premios MTV de 2003. Y así fue tomado por los televidentes en Alemania, como un gag.

Una noche para las estrellas alemanas

La pegajosa canción Still, de la banda punk Jupiter Jones, de Hesse, fue reconocida como el éxito radial del año 2011. El veterano cantante Udo Lindenberg recibió dos trofeos, uno como mejor artista pop/rock nacional y otro por el DVD del recital que grabó para la serie de conciertos acústicos MTV Unplugged, ideal para quienes quieran familiarizarse con el trabajo de uno de los artistas alemanes más longevos y queridos. Lindenberg acompañó a Jan Delay, prominente personalidad del hip hop alemán, durante la interpretación de su tema Reeperbahn.

No todos los que recibieron premios estuvieron presentes en la ceremonia; los nombres de Adele, Coldplay y Red Hot Chili Peppers, ganadores de estatura global, ni siquiera fueron mencionados. Por otro lado, no todos los que cantaron sobre el escenario terminaron la noche con un galardón en la mano. Y eso es así desde que la Academia Alemana de la Fonografía –el autodenominado Instituto Cultural de la Industria Musical Alemana– empezó a entregar el Echo en 1992, basándose en las ventas de discos de vinilo, cassettes y discos compactos.

Nadie sabe a ciencia cierta cómo se selecciona a los nominados para el Echo o a los receptores del premio; ese proceso es tan opaco como el de otras galas alemanas, en donde el criterio de elección parece ser la disponibilidad de estrellas mundiales de mediano fulgor o fama menguante. No es raro que en la tierra de Goethe se reconozca la trayectoria profesional de un artista que tiene años alejado de los escenarios, aprovechando que está de paso por Alemania y dispuesto a hacer una aparición tan especial como breve.

No obstante, el premio Echo al mejor video clip nacional fue elegido por los espectadores alemanes mediante el portal de Internet MyVideo. Este año, los amantes de los videos musicales votaron mayoritariamente por So mache ich es (Así lo hago), la primera producción conjunta de dos célebres raperos que hasta ahora se decían enemigos: Sido y Bushido. Músicos reconocidos, como los del grupo die Toten Hosen, y en ascenso, como los de Silbermond, aprovecharon la ocasión para presentar sus grabaciones más recientes.

Géneros pujantes, pero eclipsados

Los premios Echo en las categorías de música clásica y jazz se otorgan en otras ceremonias; el énfasis de la entrega de este 22 de marzo estuvo en la música popular. Cabe destacar que tendencias como el Schlager alemán y los géneros folclóricos tienden a quedar eclipsados por el pop, aún cuando el público que los consume fielmente es cada vez más numeroso. Helene Fischer volvió a ganar un Echo en la categoría Schlager y Andreas Gabalier se hizo merecedor de otro en la sección de la música folclórica que él se empeña en rejuvenecer.

La propia Ina Müller, quien moderó la entrega de los Echo, recibió un premio como mejor cantante femenina pop/rock nacional. Lena, la joven que triunfó en el Eurovisión de 2010 y se alzó con un Echo un año más tarde, fue la encargada de poner el premio al mejor nuevo artista nacional en manos de Tim Bendzko. Roman Lob, quien representará a Alemania en el próximo concurso de Eurovisión, también estuvo presente; sabiendo, eso sí, que es demasiado temprano para que le den un Echo.

David Guetta, considerado el DJ más sobresaliente del mundo en este instante, recibió un premio en la categoría Club/Dance, que acaba de ser creada. El sabor del espectáculo se vio condimentado con las presentaciones en vivo de la cantante estadounidense Katy Perry, el jamaiquino Shaggy, Marilyn Manson junto a los músicos de Rammstein y nuevos grupos alemanes de gran talento. El ganador del Echo en la rúbrica hip hop nacional, Casper, compartió el escenario con Kraftclub, de Chemnitz, una incipiente banda a la que le auguran muchos premios Echo a partir del año que viene.

Autores: Matthias Klaus / Evan Romero-Castillo
Editor: Enrique López