Pequeña guía del carnaval alemán
3 de febrero de 2005Mientras al otro lado del mundo, en latitudes más cálidas como Brasil, están preparando su colorido carnaval para mediados de febrero, los alemanes están listos para comenzar su propio festejo desde el 3 al 9 de febrero. Ni las bajas temperaturas invernales detienen a los germanos a celebrar en la calle y bares con una cerveza en mano, de preferencia la oriunda de Colonia, “kölsch”.
Más que sólo una excusa para tomar copas demás, esta fiesta es una catarsis nacional. Un ejemplo de ello son algunos chistes políticos muy sinceros, que nacen de labios de los humoristas carnavalescos.
La noche de las mujeres en Colonia
“Weiberfastnacht” es para muchos el mejor día de todos en una de las ciudades más carnavaleras del país. El jueves 3 de febrero es la noche en que las féminas demuestran que son todo menos “el sexo débil”. Ya desde la mañana empieza su “reinado”. Acuden disfrazadas a sus trabajos y pobre de los hombres que se les crucen, porque tijeras en mano les cortan las corbatas. La broma no es menor. Se calcula que 200 mil corbatas son “mutiladas” cada año.
El origen de esta peculiar costumbre no es el deseo de castración, que muchas veces se emplea como explicación. Wolfgang Herborn, investigador del instituto de historia de Renania, argumenta que la corbata es un símbolo de estatus y cortarla representa igualdad. "Durante el carnaval todos son iguales". Se recomienda, entonces, a los hombres usar ejemplares que quieran desechar, porque el que no use corbata durante este día será identificado como forastero o, peor aún, como aguafiestas.
En realidad pocos son los que realmente trabajan durante esta primera jornada del carnaval. En vez de ello se dirigen hacia el centro de Colonia, lugar clave, porque aquí es donde se inaugura la fiesta exactamente a las 11.11 horas de la mañana. Desde este momento todos comienzan a moverse al compás de las canciones típicas de esta época y gritan “¡Kölle alaaf!” ("¡Qué viva Colonia!").
Otro highlight colonés es el día lunes 7 de febrero, llamado “Rosenmontag” ("lunes de rosas"). Se destaca por un desfile que recorre el corazón de la ciudad. Es recomendable llevar una bolsa grande para guardar todos los dulces que de seguro le llegarán volando desde los carros alegóricos. Cerca de 140 toneladas de confites son repartidos entre la muchedumbre. Las palabras mágicas para atraer esta dulce presa son "¡Kamelle! Kamelle!", lo que significa “¡Caramelos! ¡Caramelos!”.
Düsseldorf ataca
La eterna competencia de Colonia es Düsseldorf. Bromas van y vienen entre los ciudadanos de ambas urbes carnavaleras. Incluso, la cerveza que toman es otra. En esta parte del río Rin se llama alt y no kölsch. La fiesta callejera del 6 de febrero, seguida del desfile del día siguiente, son los eventos destacados en Düsseldorf, donde podrá apreciar a los ciudadanos exclamando con fervor su saludo carnavalero: “¡Hellau! ¡Hellau!”.
El sur también se desordena
Carnaval es carnaval, aunque en Baviera, por ejemplo, se llame Fasching. El objetivo es el mismo: pasarlo fenomenal y olvidarse de los problemas. Si usted tiene planeado una visita a Múnich por estos días no se puede perder los bailarines Schäffler. Esta agrupación folclórica sólo se presenta cada siete años y este año coincide con el carnaval. Su fundación data de 1517 cuando una plaga mató a miles de bávaros. La danza alegre de los Schäffler nació para mostrarle a la gente que ya era seguro salir a las calles y disfrutar nuevamente la vida.
La capital no se queda atrás
Berlín no sólo es el corazón de Alemania, sino que desde hace algunos años ha ganado fama con sus festejos en el centro de la metrópoli. Este 6 de febrero podrá apreciar los carros alegóricos desde las 12.11 horas del día, que se desplazarán por las avenidas Straße des 17. Juni y Unter den Linden hacia la plaza Schlossplatz.
Para gustos más refinados y exigentes, Berlín también ofrece un carnaval veneciano en la Ópera el 5 y 6 de febrero a las 19.30 horas.
Y si prefiere escapar de la locura
Payasos, brujas y también disfraces insólitos son los que desfilarán con tambaleo por casi todo el país. Si esto es mucho para usted, qué mejor que una isla como Helgoland. Ubicada en el Mar del Norte, es la mejor candidata para el escape. Con su eslogan “zona libre de tonteras” esperan atraer a todos los que prefieren no unirse a la fiesta.
Ofrecen paquetes especiales con alojamiento, paseos y relajación en aguas termales al aire libre. Pero si a usted sí le gusta la parranda, no se puede perder el carnaval en todas sus dimensiones y por qué no, para recuperarse también le recomendamos una relajante visita a la isla.