Los pasos fronterizos y la migración en América Latina
5 de octubre de 2021Nada los ha detenido. Ni el endurecimiento de las condiciones de ingreso en los distintos países, ni la orografía adversa, ni los contratiempos meteorológicos, ni la pandemia. La migración en América Latina se ha intensificado, impulsada por la precariedad económica, los problemas de seguridad y las crisis políticas. Solo la situación en Venezuela ha generado más de cinco millones de migrantes, asumidos en su mayor parte (4,6 millones) por otros países de la región.
"Aunque la pandemia interrumpió muchas facetas de nuestra vida diaria, no detuvo los conflictos, la inseguridad y otras razones que obligan a las personas a huir de sus hogares. De hecho, en las Américas, el número total de refugiados y migrantes creció un 8 por ciento en 2020 en relación al año anterior", dice a DW William Spindler, portavoz de ACNUR para América Latina.
Dentro de la región se identifican dos movimientos principales. Uno se dirige hacia el norte, pasa o parte de Centroamérica, cruza México y su destino final es Estados Unidos. El otro es intrarregional, se produce entre los distintos países de América Latina y el Caribe. En los últimos años, ha estado marcado por los venezolanos, pero en él también hay colombianos y personas de otras nacionalidades.
Puntos de paso: hitos en una carrera de obstáculos
Los puntos de paso entre países son hitos en las travesías de los migrantes. Como en una carrera de obstáculos, deben ser superados para cruzar fronteras entre países y acercarse al destino final. El endurecimiento de las condiciones de ingreso de los distintos Estados, así como las restricciones debidas a la pandemia, no han puesto freno a la migración, sino que han hecho que la travesía sea aún más dura.
Si los migrantes no pueden atravesar los puntos de paso legales, lo hacen por caminos ilegales fronterizos, conocidos como trochas, asumiendo muchas veces un riesgo extremo para sus vidas. "Muchas personas se mueven a pie, utilizando cruces fronterizos irregulares y atravesando ríos, selvas, pasos de alta montaña y desiertos, así como cruzando el mar en embarcaciones no adaptadas para ese fin. Muchos pierden la vida en estas travesías o se exponen a graves riesgos, incluyendo la trata y tráfico de personas, la violencia sexual y de género, la explotación laboral y la extorsión por parte de pandillas y grupos criminales", advierte el vocero de ACNUR, William Spindler.
Los guías, también conocidos como coyotes, chuteros, chamberos o trocheros, reciben dinero para orientar a los migrantes durante el trayecto. Ofrecen sus servicios a cambio de distintas tarifas, que la gente, en su desesperación, paga. En muchas ocasiones, sin lograr con éxito su objetivo.
"Los únicos cruces seguros son los oficiales"
Hay puntos de paso conocidos por su singular dureza. En América Latina, muchos migrantes emprenden el cruce de la frontera entre Colombia con Panamá a través del Tapón del Darién, un área selvática y pantanosa que entraña numerosos peligros. No hay vías terrestres de transporte que atraviesen esta barrera natural entre ambos países.
"El Tapón del Darién es la parte más peligrosa de la travesía hacia Estados Unidos. Básicamente, todos los migrantes que se dirigen hacia Centroamérica deben atravesarlo. Allí hay bandas criminales que asaltan a los migrantes, agresiones sexuales y crecidas súbitas del río que arrastran a la gente, que muere ahogada. A muchos migrantes se les acaban las provisiones. En su travesía por la selva pueden resultar heridos o pueden ser abandonados por el grupo con el que viajan si no son capaces de caminar tan rápido como el resto", dice a Deutsche Welle Jessica Bolter, analista del Migration Policy Institute, con sede en Washington.
Por su parte, el vocero de ACNUR advierte que los únicos cruces fronterizos seguros son los oficiales. "En los últimos meses muchos países de la región han reabierto gradualmente sus fronteras a los refugiados y migrantes. ACNUR continúa pidiendo a los Estados que permitan el acceso al territorio y los procedimientos de asilo a las personas que han salido de sus países por la persecución, la violencia, las violaciones a sus derechos y los conflictos", dice William Spindler.