Olvidos de Occidente

Se celebró el 50 aniversario del levantamiento popular en el Tibet. El acontecimiento y las reacciones del gobierno chino son analizados por la prensa de este miércoles.

Desde Augsburgo, el Augsburger Allgemeine analiza la situación desde la siguiente perspectiva: “Muestra inseguridad, y no fuerza, que la dirigencia china aísle al Tibet del resto del mundo, así como que realice desfiles militares y construya un ‘muro contra el separatismo', según el jefe de Estado y de partido, Hu Jintao. China, que por otra parte es tan susceptible, no le hace un favor a la imagen del país en el exterior. Pero en algún momento, aunque no de manera inmediata, Pekín deberá revisar su comportamiento hacia las demás minorías oprimidas. Esto, a menos de que prefiera encapsularse, con graves consecuencias para su economía.”

Apoyo moral

El Badische Zeitung, de Friburgo, opina lo siguiente: “Así como el Tibet se ha ganado el apoyo moral de Occidente, de igual modo la comunidad mundial debe abstenerse de culpar a todos los chinos por los pecados de su gobierno. Muchos de ellos sufren tanto como los tibetanos los efectos del irrespeto a las libertades y los derechos humanos. La única diferencia es que no tienen a su Dalai Lama.”

Grandes retos

En Suiza, el Neue Zürcher Zeitung escribe sobre esta misma situación: “El gran reto consiste en encontrar caminos para sacar adelante la modernización sin provocar demasiada ruptura o tensión social. Si los chinos llegan a darse cuenta de que no podrán lograrlo sin respeto a la profunda religiosidad de los tibetanos y al papel de los claustros, se habría ganado mucho. Puede decirse acerca del Tibet lo mismo que para Taiwan: la bota militar no es capaz de resolver el problema; primero habría que ganar confianza y, con ella, una base de apoyo para aplicar políticas más constructivas.”

Olvidos de Occidente

En Milán, el Corriere della Sera aborda el cincuentenario del levantamiento popular en el Tibet: “Primero, Hillary Clinton viaja a China y ‘olvida' la opresión a la que son sometidos los enemigos del régimen de la república popular. Luego, la Corte Internacional de La Haya se ve inundada de críticas por haber emitido una orden de arresto contra el presidente de Sudán, Omar al-Baschir. Ahora, el tema de Tibet regresa a la actualidad en medio de un silencio casi total por parte de los gobiernos. Ahí es donde radica el verdadero problema. Occidente se autocensura y menosprecia así el enfrentamiento entre intereses concretos. Si el mundo occidental no representa una serie de valores comunes que lo identifiquen, pone en riesgo su propia existencia.”