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Objetivo: cero CO2 en las centrales de carbón alemanas

Luna Bolívar Manaut5 de abril de 2007

Mantener activa una central carboeléctrica sin emitir a la atmósfera un solo gramo de CO2: ese es el objetivo de la planta piloto que hoy ha entrado en funcionamiento y que debe ser el futuro de la piedra negra.

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La central carboeléctrica de Schwarze Pumpe: en 2008 libre de contaminantes.Imagen: picture-alliance / dpa

En Alemania aún quedan varias centrales eléctricas de carbón. Su existencia es una y otra vez objeto de debate. "Asesinas del medio ambiente" es el calificativo que les otorga la organización ecologista WWF, que ha elaborado una lista de las diez centrales más contaminantes de Alemania y ocho de ellas son de carbón.

Según WWF, la central de carbón más sucia de Alemania lanza al aire 1.270 gramos de CO2 por kilovatio/hora, y 1.200 la que le sigue en el ranking: ésta una central de la compañía Vattenfall Europe, que dice haber dado con el modo de trabajar con carbón sin emitir CO2.

Del cielo al suelo

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El CO2 será conservado bajo tierra.Imagen: AP

El procedimiento se llama "oxyfuel". Los alemanes ya lo han patentado y esperan poder venderlo pronto a países como China y otros. En él trabajan desde 2005 las universidades de Cottbus y Dresden y la empresa Vattenfall Europe, un consorcio energético dueño de centrales de carbón en Alemania, Finlandia, Dinamarca, Polonia y Suecia.

Oxyfuel consiste en llevar a cabo la combustión del carbón, en lugar de con aire, con gas fuel y oxígeno. De ella se obtiene un CO2 de una pureza del 98% que, transformado en líquido es conservado bajo tierra, a una gran presión, en lugar de ser vertido a la atmósfera.

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La planta piloto costó 70 millones de euros.Imagen: AP

El trabajo de los científicos se centra ahora en comprobar cuál es la mejor manera de proceder a ese almacenamiento en las profundidades. La planta que han entrado hoy en funcionamiento son únicas en el mundo y han costado 70 millones de euros. El periodo de prueba actual servirá para comprobar la efectividad del proceso y la viabilidad del mismo.

Si todo sale bien, en mayo de 2008 la primera central carboeléctrica, la situada en Schwarze Pumpe, en el Estado de Brandemburgo, trabajará guardando el CO2 bajo sí. Habrá que esperar hasta el 2020 para que la producción de electricidad con carbón pero sin CO2 sea económicamente rentable y, finalmente, todas las centrales de Vattenfall deberán evitar los gases contaminantes.

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Mina de Vattenfall Europe.Imagen: dpa

¿Sin CO2?

Vattenfall habla de centrales de carbón libres de CO2 y de un éxito tecnológico que servirá para mejorar de una vez por todas las imagen de la piedra negra. Sin embargo, ya hay quien apuntilla la denominación y sosiega la euforia: "cuando dentro de unos años se haya comprobado que el gas líquido depositado en el subsuelo realmente permanece ahí, podremos hablar de centrales eléctricas que no generan CO2", dijo Eberhard Schaller, físico de la Universidad de Cottbus. Y, aún así, el CO2 no desaparece, sino que se transforma y conserva.

La Unión Europea, que se ha propuesto minimizar las emisiones de CO2 a la atmósfera en su zona, quiere que las centrales de carbón alemanas reduzcan, entre 2008 y 2012, la cantidad de gases contaminantes que vierten a no más de 453 millones de toneladas al año. En 2006, éstas centrales emitieron 471 millones de toneladas.

"El endurecimiento en las restricciones del CO2 que se puede emitir a la atmósfera sólo va dirigido contra el carbón y la economía del este de Alemania", se quejó Klaus Rauscher, directivo de Vattenfall.