Francisco en Cuba: "No hay que exagerar las expectativas"
16 de septiembre de 2015"Que Cuba se abra al mundo y el mundo a Cuba", pidió en 1998 Juan Pablo II en la Plaza de Revolución. "El diálogo es el único camino", le insistió en 2012 Benedicto XVI, al cardenal cubano, Jaime Ortega, antes de agregar: "La Iglesia no está en el mundo para cambiar gobiernos, sino para transformar con el Evangelio el corazón de los hombres, y esos hombres cambiarán el mundo según la disposición de la Providencia".
El papa polaco devolvió a los cubanos el feriado de Navidad. Apuntaló unas recién restablecidas relaciones Iglesia-Estado. Condenó el embargo comercial de EE.UU. E intercedió por un centenar de presos políticos ante el entonces presidente Fidel Castro. El papa alemán llegó a la isla como “peregrino de la caridad”, para celebrar el 400 aniversario del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba. Se reunió con un nuevo jefe de Estado −con “mejores relaciones” con la jerarquía eclesiástica nacional que su antecesor−, pidió reformas relativas sobre todo a la participación de la Iglesia en la vida pública cubana y consiguió que el Viernes Santo fuese declarado festivo.
Ahora, movidos por diversos resortes que incluyen la mediación directa de Francisco, un papa latinoamericano, en el histórico deshielo de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, parece que los cambios se aceleran en Cuba.
Maquillaje, detenciones, indultos y acuerdos oficiales
Las calles por las que pasará el pontífice, las fachadas de sus iglesias y edificios más deteriorados, reciben pavimento, limpieza y una mano de pintura de última hora. En el programa de esta visita se incluye un encuentro con el Presidente Raúl Castro y se prevé otro con su hermano Fidel, así como misas multitudinarias en La Habana, Holguín y Santiago de Cuba.
Mientras la oposición denuncia "detenciones políticas" y aspira a una reunión con el pontífice que no está contemplada en la agenda oficial, el Gobierno cubano anunció un indulto masivo, que solo incluye a presos comunes y no a quienes hayan atentado "contra la Seguridad del Estado".
"Esperamos que pueda producirse un acuerdo a nivel de la Santa Sede con el Estado cubano sobre la Iglesia en Cuba, en el que se recoja todo lo alcanzado, se precise que eso se mantendrá para siempre y quede, además, un marco abierto para seguir adelante”, ha dicho por su parte el cardenal cubano, Jaime Ortega, a Palabra Nueva, la revista de la arquidiócesis que encabeza como arzobispo de la Habana.
Renovación de la fe y continuidad de la apertura
En la isla, a Francisco le espera un pueblo que según el recientemente fallecido Monseñor Carlos Manuel de Céspedes, prominente figura de la Iglesia y la cultura cubana, es “muy religioso, pero minoritariamente católico, en el estricto sentido de la palabra”. Las autoridades católicas sostienen que alrededor del 60 por ciento de los 11,2 millones de cubanos ha sido bautizado, aunque apenas el cinco por ciento asiste regularmente a misa. Protestantes, anglicanos, judíos, espiritistas, ortodoxos y hasta musulmanes se mezclan –en la sincrética religiosidad cubana– con religiones de origen africano como la santería, con las que se relaciona entre un 75 y 85 por ciento de la población.
Pero ninguna de estas religiones es tan institucional e internacionalmente poderosa como la Iglesia Católica. Así que, "el Gobierno espera, por supuesto, continuar revalorizándose internacionalmente", señala a DW el politólogo alemán Andreas Sommeregger, autor del libro "Soft Power y Religión. La Santa Sede en las Relaciones Internacionales". Pero el Vaticano, el propio Francisco, tiene también sus intereses, advierte.
Lea la entrevista completa a Andreas Sommeregger. Francisco en Cuba: "Otro éxito de la diplomacia vaticana"
"El papa se muestra amistoso y simpático como el párroco de un pueblo, quiere darle a la Iglesia un rostro más humano y piadoso. Pero la modernización de la Iglesia Católica avanza muy lentamente". En este sentido, el éxito de la mediación entre Cuba y Estados Unidos "es un punto a favor de la Iglesia Católica que, ya que no puede puntuar con su moral sexual, cuenta al menos con un claro éxito de su diplomacia", agrega.
"Creo que no hay que exagerar las expectativas", advierte Martin Hagenmaier, responsable para Cuba en Adveniat, la institución benéfica de los católicos alemanes para Latinoamérica "La Iglesia y los creyentes esperan que más personas se animen a renovar y expresar su fe. La sociedad toda tiene también expectativas muy altas en torno a la continuidad del proceso de apertura: aspira a que Francisco −que visita sobre todo países pobres y escucha a los necesitados− se posicione en relación con la situación de la gente, que los refuerce en sus aspiraciones de participar en el actual proceso de cambios, en vez de resignarse a él sin esperanzas", enumera Hagenmeier mientras advierte que "este es un proceso que lleva tiempo".
Lea la entrevista completa a Martin Hagenmaier. Francisco en Cuba: "Un puente entre América Latina y Estados Unidos"