Museo Gunzenhauser: casa nueva para arte alemán
30 de noviembre de 2007Las obras de Alfred Gunzenhauser son un ejemplo único del arte alemán del siglo XX, la colección en manos privadas más importante sobre suelo germano, dicen los entendidos. Cuando Ingrid Mössinger, directora de las galerías públicas en la ciudad de Chemnitz, en el este de Alemania, se enteró de que Gunzenhauser buscaba un museo para sus obras, no lo dudó un segundo. Armada con una batería de diapositivas, Mössinger logró convencer al pleno del Ayuntamiento de que Chemnitz tenía que iniciar la batalla por esos cuadros.
El de las diapositivas parece ser un truco que Mössinger domina bien: “ahí los políticos ya no pueden decir que no”, revela. La situación de partida no era fácil. La caja de caudales de Chemnitz pasa por dificultades financieras. Y pese a todo, el “Museo Gunzenhauser” fue aprobado. De los nueve millones y medio de euros que ha costado el proyecto, ocho de los cuales se han invertido en convertir un antiguo banco en una casa de exposiciones, la ciudad contribuye con 2,9 millones de euros.
Avanzando siglos
Una escalera de un rojo profundo recorre las cuatro plantas del edificio. En las tres superiores están ubicadas las colecciones permanentes, en la planta baja hay espacio para las exposiciones especiales y para hacer un recorrido por la pasión artística de Gunzenhauser. Es lo que el muniqués deseaba: tener un museo propio. Por supuesto que Chemnitz no fue la única ciudad interesada por sus cuadros, pero ninguna otra pudo ofrecer más que lo que Gunzenhauser no quería: “un par de salas en un museo ya existente”.
De este modo, candidatas como la flamante Múnich vieron como los tesoros de Gunzenhauser iban a parar al este alemán. En total, casi 2.500 obras, expresionistas, informales, pertenecientes a la corriente llamada Nueva Objetividad, forman parte de los fondos de este nuevo centro. Obras en muchos casos nunca vistas por el público general, la mayoría de las veces expuestas sólo en contadas ocasiones. “Con este museo, en Chemnitz hemos avanzado siglos”, dice orgullosa Barbara Ludwig, alcaldesa de la ciudad.
Otto Dix y otros
Su experiencia como soldado en la I Guerra Mundial lo marcó profundamente. Los horrores vividos en el campo de batalla se harían patentes en muchos de sus cuadros y, de algún modo, acompañarían su pintura para siempre. Con la llegada de Hitler al poder, estuvo entre los primeros profesores de arte que el nacionalsocialismo apartó de sus empleos. Pero, principalmente, Otto Dix es uno de los pintores alemanes más destacados y sus cuadros el corazón del nuevo Museo Gunzenhauser.
Con 290 obras, la colección de Otto Dix propiedad de Gunzenhauser es la mayor del mundo, aunque el Museo de Arte de Stuttgart oponga que la que cuelga en sus paredes es la “más relevante”. Además de este artista, Conrad Felixmüller, Alexej von Jawlensky, Gabriele Münter, Lovis Corinth y Paula Modersohn-Becker son, entre otros, pintores de renombre con un importante número de obras en el nuevo Museo Gunzenhauser.