¿Motín a bordo del Gorch Fock?
20 de enero de 2011A bordo del buque escuela Gorch Fock “no hubo ningún motín”, quiso dejar claro Hellmut Königshaus, delegado para las Fuerzas Armadas del Parlamento alemán. El motín es un delito penado en Alemania con hasta 10 años de cárcel. De él han sido acusados cuatro aspirantes a oficiales de Marina que llevaban a cabo su instrucción en el citado barco. Con la supuesta revuelta abría el diario sensacionalista Bild Zeitung su edición de este jueves (20.01.2011).
La muerte de una cadete en noviembre de 2010, que cayó durante unos ejercicios desde lo alto de un mástil, “llevó a que algunos se dijeran: ‘tras este trágico accidente, no podemos volver como si nada hubiera pasado al día a día’. Eso no gustó a los oficiales”, explicaba Königshaus la versión que de los hechos ha redactado en una carta.
Hubo disputas, pero nada que pueda calificarse de motín, insistió el delegado. Los cadetes se habrían negado a volver a subir a los mástiles, pero ésta es una actividad voluntaria a la que no puede obligarse a ningún subordinado. La discrepancia con un oficial no equivale automáticamente a ejercer la rebeldía. Y por ley tiene todo soldado derecho a defenderse si cree que está siendo tratado injustamente por un superior.
Porque la acusación de amotinamiento es demasiado “vaga”, asegura la Fiscalía de Kiel, a quien le corresponde investigar el caso, no va a prestarle excesiva atención. La posible presión ejercida sobre los cadetes y otras acusaciones que ahora circulan, incluyendo una de abuso sexual, sí que serán, sin embargo, objeto de escrutinio.
De motín a abuso de autoridad
Al argentino puerto de Ushuahia ha regresado ya el Gorch Fock y allí atraca a la espera de que un equipo de investigación llegue desde Kiel. De motín de cuatro cadetes a abuso de autoridad por parte de los oficiales e incluso a situaciones de acoso sexual va virando la descripción de lo acontecido en el buque.
Los oficiales del Gorch Fock obligaban a los cadetes a subirse a los mástiles, cosa que ya no forma parte de la instrucción obligatoria. Después de la caída mortal de una compañera, cuatro de ellos se negaron, a lo que el mando militar del barco respondió justificando con un intento de motín su envío a casa. Así reza la acusación principal, entre la que se mezcla una situación bajo la ducha aún por esclarecer y la crítica de falta de tacto por parte de la comandancia: sólo dos días después de fallecimiento de la cadete se habría celebrado a bordo el carnaval.
“No tenemos ningún indicio de que en el Gorch Fock se haya cometido delito alguno”, recordó un portavoz de la Fiscalía. Esta instancia ya recopiló declaraciones entre la tripulación al perecer la joven y en aquel momento no encontró en el buque escuela más que “un ambiente tenso”.
Los frentes abiertos acorralan al ministro
El Gorch Fock no es un barco cualquiera. Es el orgullo de la Marina alemana. “El concepto en sí, el buque en sí, nada de eso se pone en cuestión”, recalcó Königshaus. No obstante, se esperan respuestas, y un hombre aparece estos días especialmente acorralado: Karl-Theodor zu Guttenberg, el conservador ministro de Defensa y uno de los políticos mejor valorados de Alemania.
Evidentemente, la oposición no va a desaprovechar el momento y pide a zu Guttenberg explicaciones, no sólo por el caso del Gorch Fock sino porque existen indicios de que el correo de los soldados alemanes desplegados en Afganistán podría haber sido leído antes de llegar a sus destinatarios y porque aún están por esclarecerse las circunstancias en las que un soldado alemán murió en este país asiático poco antes de Navidad.
Pero cada cosa a su debido tiempo. "Por mi parte no habrá juicios previos", aseguró zu Guttenberg con respecto al Gorch Fock, cuya estrategia ante tanto conflicto abierto parece ser hablar lo menos posible. En caso de que se demuestre que el proceder de los oficiales al frente del buque escuela fue incorrecto, “habrá naturalmente consecuencias", indicó el ministro.
LB/ dpa/ afpd/ ap
Editor: Pablo Kummetz