Monumento a la reunificación alemana: ¿una historia sin fin?
27 de septiembre de 2023El 3 de octubre se conmemoran 33 años de la Reunificación alemana. El Monumento a la Libertad y la Reunificación debería haber estado listo en 2019, para el 30º aniversario, pero las discusiones políticas, la burocracia, las dudas sobre la seguridad y la falta de dinero hicieron que se pospusiera el inicio de la construcción.
Ahora, cuatro años después, todo sigue más o menos igual. La construcción comenzó en 2020, y el basamento histórico, en Berlín Mitte, delante del Foro Humboldt, donde una vez estuvo el Palacio de Berlín, está casi listo, según confirmó el estudio de arquitectura y diseño Milla & Partner, de Stuttgart, a petición de DW. También la carcasa transitable, elegida como diseño ganador en un concurso de 2011, popularmente conocida como "Balancín de la Reunificación” (Einheitswippe), y llamada oficialmente "Ciudadanos en movimiento”, está tomando forma. Según Milla & Partner, sus 32 segmentos de acero también esperan en una nave de producción en Renania del Norte-Westfalia para ser transportados a Berlín. Y, sin embargo, vuelve a surgir un problema.
No se terminará de construir en 2023
"El Monumento a la Libertad y la Unidad no estará terminado este año", afirma el director creativo Sebastian Letz, en entrevista con DW. "Hemos elaborado un plan para su implementación en 2024 y lo comunicamos al Ministerio de Cultura y Medios de Comunicación hace algún tiempo." Ahora corresponde a la ministra de Estado de Cultura, Claudia Roth (Alianza 90/Los Verdes), tomar decisiones. Un portavoz de ese ministerio respondió a DW que "todos los involucrados hacen esfuerzos para lograr una rápida terminación del monumento”.
El motivo de la demora en la construcción podría ser un nuevo aumento de los costos. Primero se dijo que serían 15 millones de euros; más tarde, 17 millones. Ahora esa suma podría ser aún mayor. Eso sospecha el publicista y ex activista de derechos humanos Andreas Apelt, de la Asociación Sociedad Alemana, de Berlín, algo que no lo hace "precisamente feliz”.
¿Motivo de felicidad?
Pero ¿hay todavía alguien que se sienta feliz en Alemania con la idea de un Monumento a la Libertad y la Reunificación en Berlín? La iniciativa original apuntaba a honrar la "alegría liberadora que provocó la caída del Muro, la felicidad histórica y las lágrimas de alegría".
En 2007, el Parlamento alemán decidió iniciar la construcción, financiada con fondos federales. Pero la Comisión de Presupuesto del Bundestag negó los fondos temporalmente y cuestionó el sentido del monumento. Más tarde, una segunda resolución, en 2017, selló el proyecto, que comenzó en 2020. Desde entonces, la construcción está en marcha. La carcasa transitable "Ciudadanos en movimiento” medirá 50 metros por 18 metros. Si las personas se mueven hacia uno de los lados, la rampa se mueve con ellos. La curvatura del cuenco pretende formar una especie de escenario, con el lema de los manifestantes de 1989 estampado en grandes letras doradas: "Somos el pueblo. Somos un solo pueblo" ("Wir sind das Volk. Wir sind ein Volk").
Calificada por algunos como "kitsch político" y "débil metáfora”, otros la elogian por su "fuerte simbolismo”. Algunos también criticaron la mezcla en el título de "Libertad y Reunificación”, ya que los ciudadanos de la RDA protestaban por libertad, pero no, en general, por la unidad con Alemania Occidental.
"El consenso se hace cada vez más difícil”
"¿Qué unidad se celebra allí?, pregunta, en entrevista con DW, Annette Ahme, de la asociación Historische Mitte. A su juicio, el ingreso incondicional de la RDA a la República Federal de Alemania, sin un debate constitucional que lo acompañara, fue un error, y el proceso de reunificación entre el este y el oeste ha fracasado. "¿Y ahora un monumento la consagrará?", plantea.
Ola Zimmermann, director del Consejo Alemán de Cultura, cree que falta el apoyo popular al monumento, cuyo simbolismo no es ya "adecuado a estos tiempos”, explica. Y comenta que la razón por la cual la construcción se ha demorado tanto es que, en definitiva, nadie quiere el monumento. Cuestiona, asimismo, que alguien lo necesite, en vista de las crecientes tensiones entre el este y el oeste de Alemania.
Según el profesor de Psicología Hendrik Berth, investigador de Transformación en la Universidad Técnica de Dresde, "tal vez se hubiera debido edificar un monumento rápidamente en 1991 o 1992. Cuanto más tiempo lleve, más difícil será encontrar algo que pueda lograr, aunque sea remotamente, algún consenso”, subraya. Considera poco probable que el monumento a la unidad tenga un efecto especial, al menos no como contribución a la continuación de la unidad interna.
Sin embargo, la unión entre Oriente y Occidente es inevitable para el ex activista de derechos civiles de la RDA Andreas Apelt. "La reunificación fue un golpe de suerte en la historia", afirmó Apelt. Después de todo, los manifestantes derrocaron una dictadura. "¡Tenemos que mantener este impulso de entonces, con todo el optimismo!”, afirma.
(cp/ers)