Ministro de Exteriores alemán defiende nueva estrategia para Afganistán
10 de febrero de 2010
"Nos guste o no, así es la situación", dijo ante el Parlamento el ministro de Exteriores, Guido Westerwelle, aludiendo a que en Afganistán hay un “conflicto afgano”. "Esta calificación legal de la situación objetiva de la misión de las ISAF tiene consecuencias en lo que respecta a las atribuciones de los soldados, la impartición de órdenes y la valoración de la conducta de los soldados desde el punto de vista penal", agregó el vicecanciller germano.
Hasta ahora, el gobierno alemán había evitado clasificar con exactitud la índole de su misión militar en suelo afgano. El ministro alemán de Defensa, Karl Theodor zu Guttenberg, rompió el hielo semanas atrás al afirmar que la situación en Afganistán era similar a una guerra.
Nueva estrategia
Westerwelle pidió el respaldo a los diputados para la nueva estrategia de Alemania en Afganistán, que consiste en duplicar la ayuda al desarrollo y reforzar las tropas para reducirlas gradualmente a partir de 2011 hasta la cesión del mando a los afganos. "No se puede seguir así eternamente, no es alternativa. Tampoco podemos simplemente irnos o mirar para otro lado", dijo el político liberal.
Westerwelle precisó que las tropas alemanas concentrarán sus esfuerzos en el entrenamiento de policías y soldados afganos. El número de efectivos dedicados a estas tareas aumentará de 280 a 1.400.
El gobierno de la canciller Angela Merkel dispuso en la víspera aumentar el contingente en 850 soldados de un máximo de 4.500 a 5.350, de los cuales una cuarta parte se encargará del entrenamiento de sus pares afganos. Para concretarlos necesita la anuencia de la mayoría del Parlamento, que renueva anualmente en votación el mandato.
Reinserción de ex talibanes
El gobierno alemán también ha ofrecido contribuir con hasta diez millones de euros (13,7 millones de dólares) anuales a un fondo para la reinserción social de rebeldes talibanes acordado el mes pasado en la cumbre de Afganistán en Londres.
Westerwelle se negó a fijar una fecha de retirada. "Hacerlo sería alentar a los terroristas y, por ello, un error", expresó ante el Bundestag.
Pese a que el gobierno de Merkel cuenta con una mayoría segura en el Parlamento, la mandataria busca el apoyo de la oposición ante la impopularidad de la misión afgana en la población de Alemania. Merkel solicitará la autorización de los parlamentarios a finales de mes. (dpa)