Migrantes en las sombras
16 de mayo de 2007No cruzan en rojo los semáforos; evitan tanto las estaciones como las entidades oficiales; no tienen cuenta bancaria. Trabajan y viven aquí, pero no constan en ningún lado. Son Ilegales, viven en las sombras. En un congreso organizado por Migranet -una red que conjunta diversas iniciativas ciudadanas y organizaciones no gubernamentales- se prefiere hablar de ellos como sin papeles. “No existen los seres humanos ilegales, ésa es una verdad tan irrefutable como sencilla”, dice a DW-WORLD Heiko Kaufmann, un especialista en temas de migración y asilo, activista de ProAsyl y AktionCourage.
Ellos viven y trabajan aquí, sus hijos asisten a la escuela, pero no tienen derechos jurídicos, ni sociales, ni médicos. Una nueva restricción del gobierno federal alemán pretende unificar para todo el país la obligación de denunciar a hijos de sin papeles que asistan a un plantel educativo; los hospitales y los médicos tienen la misma obligación. Con ello se está atentando contra derechos fundamentales del ser humano que constan en convenciones que Alemania ha suscrito. “Los derechos humanos son derechos constitucionales”, proclama la iniciativa Menschenohnepapiere y se une a la demanda general de este congreso, organizado por la Iglesia Evangélica de Bonn.
Las exigencias
El mínimo común denominador de todas estas organizaciones no sobrepasa ciertas exigencias fundamentadas en los derechos humanos. Su proclama es: No a la obligación de denunciar a los hijos de sin papeles en las escuelas, pues el derecho a la educación es un derecho fundamental; concesión de derecho a asistencia médica para los sin papeles y sus familias; y protección legal a los que presten asistencia a este tipo de personas, pues se trata de ayuda humanitaria. “Y de derechos humanos se trata aquí”, asevera Kaufmann.
Cien organizaciones, muchos matices
Más de cien organizaciones se encuentran bajo el techo de Migranet, así que cien o más serán los matices de los postulados de cada organización. Así, mientras el Centro Internacional para las Mujeres se especializa en ofrecer ámbitos de encuentro intercultural femenino –y a apoyar a las inmigrantes, también a las sin papeles, en su proceso de integración a esta sociedad-, otras como Medinet se especializa en poner a la disposición de necesitados una red de médicos que ofrece servicios gratuitos y anónimos.
Otras iniciativas, como Menschenohnepapiere, tiran de los hilos políticos y su objetivo final es lograr que una regularización. “En varios países vecinos -en Francia, Inglaterra, Italia, España- ha habido regularizaciones bajo determinadas condiciones. Para gente que se han integrado bien, que ha aprendido el idioma y sobre todo que gana dinero y podría pagar impuestos. Algo así queremos lograr, ése es nuestro objetivo final”, cuenta a DW-WORLD Eberhard Nies.
Muchas motivaciones
Nies, biólogo de Bonn llegó a trabajar voluntariamente para Menschenohnepapiere por coincidencia, “como la Virgen María al niño Jesús. Acudí a un evento del Centro Internacional de Mujeres, acerca de las maquiladoras de Ciudad Juárez. Un hombre de Ecuador habló conmigo y me contó que iban a formar una iniciativa. Ese hombre no tenía papeles y me preguntó si quería colaborar con su objetivo de velar por los derechos fundamentales de los sin papeles. Eso fue hace más de 3 años”, comenta y explica su motivación para perseverar en este arduo trabajo: “Mucho tiempo he vivido fuera del país y he sido extranjero. Y siempre fui bien tratado y quiero que los que viven en Alemania también se sientan así, independientemente de su permiso de estadía”.
Una inmigrante que pidió no ser identificada también colabora activamente en la iniciativa ciudadana cuenta a DW-WORLD: “el objetivo es que algún día todas las personas que están aquí sin papeles puedan integrarse y formar parte de esta ciudad. Que puedan vivir con tranquilidad, especialmente los niños que no tengan ese miedo a que algún día los echen del país y su futuro quede trunco”. Esta joven proveniente de los Andes ecuatorianos está hace siete años en Alemania, y su historia se parece a muchas otras: la situación del país, la falta de perspectiva laboral y económica fue el mayor impulso para salir. Ingenieros, arquitectos, secretarias, asistentes de médicos… todos trabajan limpiando casas, en las cocinas de los restaurantes, en los jardines. Todos de negro, sin papeles, todos en la sombra.
Organización en la sombra
Unos cuatro mil se calcula que hay en Bonn; entre medio millón y un millón y medio en toda Alemania. “La cifra es sólo hipotética”, explica Carola Nathan de Meschenohnepapiere, “la calculamos sumando los miembros de todas las asociaciones e iniciativas en Alemania”. La gente que vive aquí sin papeles se encuentra organizada en redes personales. “Nosotros las utilizamos para nuestro trabajo”, explica Nies, “el consejo de nuestra iniciativa consta de seis personas: 3 con papeles, 3 sin papeles. Los con papeles trabajan hacia fuera, los sin papeles trabajan hacia adentro pues no pueden exponerse a ser deportados”.
A ser deportados. Pues la ley de migración vigente –en contra de lo que proponen diversos estudios y lo estipulado en convenios de derechos humanos- no hace distingos: un sin papeles infringe la ley por no poseer estatus legal y no debe estar en el país. Diversas son las propuestas de solución integral para el asunto de la migración; sean como fueren, lo cierto es que de lo que aquí se trata es de derechos básicos: de educación y salud para seres humanos, también para los que viven en las sombras.