Mercosur: desarrollo desigual
21 de julio de 2006Gran revuelo provocó la presencia de Fidel Castro en la XXX Cumbre del Mercado Común del Sur, Mercosur, en la ciudad de Córdoba, Argentina. Al encuentro de los miembros del bloque de integración más desarrollado de Latinoamérica, fundado hace quince años por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay acudieron también los presidentes de Venezuela, Chile, Bolivia y Cuba.
La llegada de Fidel Castro, precedida por rumores y especulaciones sobre su participación, era esperada por un enjambre de periodistas. Castro se cubrió del sol con la mano al bajar del avión, para identificar de dónde provenían los gritos, algunos desgarrados, de los periodistas que lo reclamaban a escasos metros, pero el máximo líder desapareció sin decir palabra.
Señal de unidad
La chispa incendiaria del presidente venezolano, Hugo Chávez, no quitó protagonismo a Castro. Chávez destacó la importancia de la incorporación de su país al Mercosur, y aprovechó la ocasión para repetir sus diatribas contra Bush y recordar que Simón Bolívar y José de San Martín fueron los primeros antiimperialistas.
"La invitación a Castro es más bien una reacción a las críticas de los medios de comunicación que afirman que no se puede mezclar a Castro con los más pragmáticos. Es una señal simbólica y no más", dice en entrevista con DW-WORLD, el director del Instituto de Estudios Iberoamericanos con sede en Hamburgo, Klaus Bodemer.
"No puede esperarse demasiado de esta cumbre porque casi todos los esquemas de integración están en una crisis estructural y política y esto también vale para el Mercosur, el proceso de integración más avanzado. Es una crisis estructural que tiene que ver con la profundización y la ampliación", dice Bodemer. El experto alemán afirma que el ingreso de Venezuela y al ampliación del Mercosur a los países andinos aumentan los problemas de coordinación y consenso político.
"Sería muy difícil conciliar lo que quiere Chávez y Evo Morales, con lo que quieren los más pragmáticos como Bachelet, Lula o el mismo Kirchner", dice Bodemer. "Es una señal política para contrarrestar la imagen de división en América Latina".
Los pequeños, relegados
Paraguay y Uruguay se quejan de que después de 15 años desde la fundación del bloque de integración no han tenido beneficios. "Una queja totalmente justificada", responde Bodemer, pues los dos grandes, Argentina y Brasil, han manejado muchos asuntos de manera bilateral. "Mercosur no ha tomado en cuenta el desarrollo desigual entre los miembros, ni tampoco ha considerado a todos sus miembros en los procesos de decisión", explica. El experto recuerda, por ejemplo, el enfrentamiento entre Argentina y Uruguay en torno a las papeleras. Pese a que el Mercosur cuenta con un mecanismo para dirimir conflictos, Argentina lo ha trasladado a nivel multilateral.
Es comprensible que Uruguay busque otras alternativas a través de negociaciones bilaterales. "No es lo ideal, sería preferible que los bloques de integración negocien de manera Inter-regional, pero en la vida real y en el caso concreto de Uruguay y Paraguay, que quieren negociar bilateralmente, es una respuesta al mal funcionamiento del esquema de integración. Un país tan pequeño como Uruguay, dependiente del mercado internacional tiene que diversificar sus relaciones económicas como lo ha hecho Chile, por ejemplo", explica Bodemer.
¿Profundizar en vez de expandir?
Mercosur necesita un debate en profundidad sobre el camino a seguir, subraya Bodemer. En el proceso de integración hay numerosas cuestiones en juego, desde la soberanía hasta las reglas a seguir. Todo eso exige una profundización del debate sobre temas muy conceptuales, en donde entra también el interés de Venezuela. "Tienen que discutir los principios básicos que comparten y, en el caso concreto de Venezuela, el concepto de democracia que defiende y propaga Chávez es muy difícil de consensuar con el modelo de democracia del Mercosur. Es necesario un profundo debate sobre la ampliación y la profundización y sobre el respeto de las reglas que ya existen, eso , quizás, es lo más importante", subraya.
Sin embargo el encuentro ofrece oportunidades de diálogo, incluso sobre temas espinosos y vitales para los países participantes aunque no sean tratados oficialmente, como la dependencia del gas por parte de Chile o la vieja aspiración de Bolivia de tener una salida al mar. "La solución a estas cuestiones es muy compleja pues en juego están los intereses nacionales, pero yo creo que Kirchner (quien suministra el gas a Chile), Bachelet y Evo Morales van a aprovechar este encuentro para charlar sobre el tema", concluye.
El Dr. Klaus Bodemer es Profesor y Director del Instituto de Estudios Iberoamericanos Hamburgo. Sus áreas principales de trabajo son América Latina, centralmente el Cono Sur (Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay) y la Unión Europea.