La UE y los caprichos de los mercados
14 de enero de 2011Portugal, miembro de la eurozona, ha hecho los deberes: por medio del ahorro, el Estado puso coto al nuevo endeudamiento, dejándolo a un nivel tolerable. La consolidación está bien encaminada. Pero, a pesar de eso, Portugal debe pagar a los inversores intereses extremadamente altos por sus títulos públicos. “Los inversores se guían por su instinto gregario”, dice Michael Breuninger, del Instituto de Economía Mundial de Hamburgo. “Es una profecía autocumplida”, señala.
Al resultar tan difícil prever riesgos futuros para determinados países, la mayoría de los analistas y agencias de rating siguen utilizando métodos conocidos, es decir, se reafirman mutuamente en sus estimaciones negativas, y logran ganancias con la venta de seguros de crédito contra impago. “Es un círculo vicioso de desconfianza”, opina, por su parte, el economista suizo Charles Wyplosz en el Financial Times de Alemania.
¿Cómo romper el círculo vicioso?
Grecia e Irlanda cayeron en el remolino, pero los problemas económicos de ambos países son muy diferentes. Ahora, las apuestas van contra Portugal, que presenta otro tipo de panorama. Los próximos candidatos podrían ser Bélgica o España. En la eurozona, que cuenta con 17 Estados miembros, hay algunos políticos que intentan romper este círculo vicioso tratando de trasladar el riesgo a toda la eurozona.
De acuerdo con el primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, la eurozona debería emitir títulos públicos para que los países grandes puedan proteger a los pequeños, y la solvencia de Alemania tenga efectos benéficos también para Portugal y para otros candidatos al rescate económico. De este modo, cree Juncker, se lograría tranquilizar a los mercados a largo plazo y también evitar que se especule contra los miembros más débiles de la eurozona.
Alemania sigue rechazando bonos comunes de la zona euro
Hasta el momento, el paquete de rescate de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional no dio por resultado intereses más bajos para los bonos públicos. Grecia tiene que pagar por dinero fresco en los mercados lo mismo que al comienzo de la crisis financiera, antes de que se ajustara al paquete de auxilio.
Y países con buen rating, como Alemania, Países Bajos y Finlandia, rechazan la creación de eurobonos, es decir, títulos de deuda pública de la eurozona. Según argumenta la canciller alemana, Angela Merkel, estos bonos comunitarios disminuirían levemente la solvencia de Alemania, aumentando así los intereses para este país. Con la emisión de eurobonos se instauraría oficialmente una comunidad de responsabilidad económica o unión de transferencia, lo cual nunca debería suceder, según piensa el Gobierno alemán.
Pero este argumento no es del todo sincero, ya que, con el instrumento financiero de rescate, la Unión Europea no hace otra cosa que emitir títulos de deuda pública comunitarios. Sólo que, teóricamente, su valor está limitado, por el momento, a 440 mil millones de euros. A eso se suman otros 60 mil millones del presupuesto de la Comisión Europea y 250 mil millones del Fondo Monetario Internacional.
¿Hay que aumentar el paquete de rescate?
Dado que los Estados de la eurozona no se han decidido a emitir bonos públicos, el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, aboga por que se aumente el paquete de ayuda a 1 billón de euros. Así se señalizaría a los mercados financieros, piensa Rehn, que la Unión Europea está dispuesta a proteger a cada uno de sus Estados miembros de la incapacidad de pago. Y con una medida como esa también se estaría comprando tiempo para instrumentalizar la solución a un problema de fondo, es decir, a la dependencia de los grandes inversores y de los caprichos de los mercados a los que están sometidas las economías públicas.
El tiempo apremia
Por ahora, el paquete de rescate se aplicará hasta el verano de 2013. Después de esa fecha se deberá contar con una instancia duradera, sobre cuya estructura se está debatiendo vehementemente. La Comisión de la UE y muchos Estados miembros están de acuerdo con que, luego de 2013, se haga participar a los inversores privados de eventuales pérdidas por insolvencia de títulos públicos, esto es, que participen de la conversión de deuda.
Hasta ahora, la Unión Europea garantiza que eso no suceda. Después de 2013, los mercados financieros probablemente intenten por todos los medios evitar comprar bonos públicos de países financieramente débiles. También por ese motivo podría ser necesario emitir bonos comunes a todos los Estados de la eurozona. Así, se protegería a los débiles, pero Alemania y otros países miembros pagarían los platos rotos.
Al final, esa estrategia podría resultar, empero, más barata que acoger a todos los Estados en peligro de bancarrota bajo el manto imaginario del paquete de rescate y tener que seguir enfrentando nuevos ataques de la especulación.
Por otra parte, los mercados financieros no son una comunidad de conspiradores maléficos que urden planes conjuntamente, sino que se trata sobre todo de grandes inversores, bancos importantes y grupos aseguradores muy conocidos que ganan bien gracias a los intereses de los bonos públicos y a los seguros contra pérdidas de cambio y ventas cortas. En sus países de origen, estas personas e instituciones pagan impuestos y crean puestos de trabajo, lo cual debe ser tomado en consideración por los Gobiernos de la Unión Europea.
Si los mercados se guiaran sólo por datos económicos, en realidad, el objetivo de las especulaciones deberían ser países como EE. UU. o Japón, cuya deuda total es mayor que la de muchos países de la eurozona. A Michael Breuninger, del Instituto de Economía Mundial de Hamburgo, le parece alentador que China y Japón hayan anunciado que quieren comprar títulos de deuda del paquete de rescate de la UE, ya que eso es una señal positiva para los inversores.
Autor: Bernd Riegert/ Cristina Papaleo
Editor: Pablo Kummetz