Lula y la esperanza de salvar el planeta
18 de noviembre de 2022El periódico Frankfurter Allgemeine Zeitung, de Fráncfort del Meno, destaca el gran interés que despertó la presencia de Luiz Inácio Lula da Silva en la COP27, donde prometió que el mundo podrá confiar nuevamente en Brasil para luchar contra el cambio climático:
"Pocos países juegan un papel tan importante para la seguridad climática y alimentaria como Brasil, que posee la mayor selva tropical y, al mismo tiempo, se cuenta entre los principales productores de alimentos del mundo. Lula afirmó que la protección del medio ambiente y la agricultura no se excluyen. Recordó que Brasil ya le había mostrado al mundo la forma de frenar la deforestación. Se refirió a su propio período de gobierno, cuando la tala de bosques se redujo en un 83 por ciento entre 2004 y 2012, y la productividad agrícola de Brasil aumentó simultáneamente en más de un 70 por ciento. Esa tendencia comenzó a revertirse ya antes del inicio del gobierno del presidente Jair Bolsonaro.
En los últimos años, la tala del boque tropical volvió a aumentar sostenidamente. La falta de voluntad de Bolsonaro para frenarla y cooperar en materia climática aisló a Brasil.
Lula da Silva se propone volver a redoblar esfuerzos para proteger la selva tropical. 'Demostraremos, una vez más, que es posible generar bienestar sin provocar más daño al medio ambiente', dijo. Pero el desafío es grande”.
La esperanza verde
El matutino Süddeutsche Zeitung, de Múnich, destaca la importancia de que Lula viajara a la COP27 antes de asumir la presidencia:
"El simbolismo no podía ser mayor. Lo mismo vale para las expectativas. Ello obedece, por una parte, a que Brasil es considerado un país clave para combatir el cambio climático. El país sudamericano alberga cerca del 60 por ciento de la selva amazónica y una cantidad estimada de 390.000 millones de árboles. Estos absorben CO2 y contribuyen así a frenar el calentamiento global. (…)
Pero (a pesar de los logros la materia durante su presidencia) Lula tampoco fue un político ecologista, como se lo suele presentar ahora. Durante su gobierno, Brasil se abrió a la agricultura industrial, con plantas genéticamente manipuladas, y enormes terrenos fueron inundados para erigir una represa. Como protesta, finalmente renunció la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, una de las ambientalistas más conocidas de Brasil.
Ahora se la considera favorita para ocupar nuevamente el cargo que entonces dejó. En cualquier caso, parece tener asegurado un puesto en el gabinete de Lula. El simbolismo es claro: Brasil ha de retornar a esa política relativamente amigable con el medio ambiente que tuvo otrora. La pregunta es si lo logrará tan fácilmente. Porque la situación es hoy totalmente diferente de la de hace 20 años. La economía crece, pero la brecha entre ricos y pobres ha aumentado. Más de 30 millones de brasileños no tienen suficiente para comer. Mientras han cerrado numerosas fábricas, el lobby agrario ha ganado cada vez más poder”.
"Cero deforestación”
El rotativo Berliner Zeitung, de la capital alemana, apunta:
"‘Brasil está de vuelta'. Ese fue el mensaje de Luiz Inácio Lula da Silva, y los aplausos tras su discurso en la Conferencia Mundial del Clima fueron casi tan atronadores como los que se oyen en un estadio. Pero no hablaba de las cualidades de la selección brasileña, que pronto jugará su primer partido en el Mundial de Qatar. (…)
En su primer viaje al exterior después de su victoria, habló en Egipto sobre un tema aún más importante que el fútbol, que sacará a su país del aislamiento: ‘Brasil está dispuesto a volver a participar en el esfuerzo en pro de un planeta más saludable'. (…) El político izquierdista del Partido de los Trabajadores prometió cambios verdaderos para proteger la región amazónica de incendios y talas masivas. Su misión: ‘Cero deforestación'. Después de que el actual Gobierno aumentara la tala anual en un 75 por ciento, Lula quiere volver a poner a Brasil en la agenda climática”.
(ms)