Los ponen a temblar
9 de enero de 2007La mañana del pasado 6 de enero, la tierra volvió a temblar en Basilea, Suiza. Un movimiento telúrico como ése, de magnitud 3,1 grados en la escala de Richter, es cosa de todos los días. O por lo menos, lo es para el equipo de investigaciones geotérmicas conocido como "Deep Heat Mining", algo así como "Minería al calor extremo".
Estimulación subterránea
Los científicos trabajan en un proyecto basado en "trabajos de estimulación", que no cumplen ninguna promesa de orden sicalíptico, pero en cambio podrían en el futuro ayudar a prevenir daños causados por grandes terremotos.
Aunque es más célebre por otros atractivos, como su reconocida feria de arte, Basilea es también un territorio montañoso donde suelen ocurrir temblores de tierra. Los registros hablan de movimientos de hasta 6,5 grados. Pero éstos son naturales. El que la tierra se moviera en esa localidad en pleno Día de Reyes fue, en cambio, un temblor inducido a base de inyectar agua en el subsuelo.
Complicada solución
Uno de los grandes misterios del planeta Tierra consiste en encontrar la manera de predecir los terremotos y prevenir sus daños. El equipo científico suizo recurrió al único método que actualmente se encuentra en etapa experimental: la liberación artificial de energía con inyecciones de agua en grandes cantidades. Se recurre así a la tesis clásica, según la cual es posible evitar un gran temblor de tierra si antes se producen otros de mucha menor dimensión.
La ecuación parece sencilla: dividir en muchos episodios la energía que se acumula bajo la superficie terrestre. Pero las cosas se complican en el método.
Los científicos suizos creen que es posible evitar temblores de tierra si se "estimula", a través de las mencionadas inyecciones, determinados puntos del subsuelo donde se concentra la liberación de la energía. Hasta ahora, esto sólo se ha logrado de manera accidental.
Lo más por lo menos
Otro problema es el número de incidentes necesarios para liberar la energía de un gran terremoto. Por ejemplo, un temblor de grado 4 sólo puede ser evitado si se inducen 30 movimientos menores. Así que la necesidad de precisión se ve incrementada casi exponencialmente, en lo que constituye uno de los grandes retos para el equipo científico de Basilea.
Pero éstos no pierden la esperanza de encontrar pronto una solución a los grandes enigmas que se esconden bajo la superficie de la Tierra. Quizá el secreto se encuentra debajo de la ciudad suiza donde, por lo pronto, puede decirse que mientras tiemble la tierra, mejor.