Los “Pantalones muertos” más vivos que nunca
13 de julio de 2008Los miembros del grupo andan rondando los cuarenta o ya los pasaron, están casados y tienen hijos. El grupo existe desde 1982 pero, para ellos, la edad no es motivo para colgar las guitarras. Este año están realizando una gira por Alemania ,que han extendido debido al éxito y a la demanda de nuevas presentaciones.
Con sus giras se han ganado un enorme grupo de admiradores en todo el mundo. La energía que transmite el cantante Campino y el espectáculo que ofrece la banda sobre el escenario ya son legendarios.
El éxito del grupo se ha mantenido constante a lo largo de los años. Han grabado cuatro discos que recibieron premios de platino. Sus albums Ein kleines bisschen Horrorschau (Un poquito de show del horror), Opium fürs Volk (Opio para el pueblo) y Kauf mich!(¡Cómprame!), por mencionar algunos, han ocupado los primeros lugares en el ránking de éxitos de Alemania.
Sus características musicales y la fuerza del grupo le han permitido dar conciertos en toda Europa, en los EE.UU, Canadá y Argentina. Especialmente con ese país latinoamericano tienen una relación muy fuerte. Existe un gran grupo argentino de aficionados a la banda y Buenos Aires es un destino siempre presente en sus conciertos.
Su estilo de música no ha cambiado mucho. Dominan los ritmos rápidos y los acordes fáciles, típicos de la música de Punk-Rock. Sus letras tocan temas tan diversos como la política y el racismo, pasando por el fenómeno del fútbol. Muchas de las canciones de Die Toten Hosen tienen un aspecto cómico y crítico.
Al principio fueron dos cuerdas de bajo
Cuando empezaron, probablemente nunca se hubiesen imaginado que un día serían uno de los grupos más famosos de Alemania. Los grupos ingleses y estadounidenses de punk-rock despertaron la obsesión musical de los seis chicos que en 1982 se unieron para fundar Die Toten Hosen. Aunque todos habían tocado en bandas de punk-rock antes, nadie, según Campino, sabía realmente cómo tocar un instrumento. Andi, el bajo, tocaba con solamente dos cuerdas en su instrumento.
Esa actitud de aprender todo de manera autodidáctica era típica en la anárquica escena del punk-rock. Por eso, ya en el año de su fundación, se animaron a grabar un disco y a dar conciertos en toda Alemania.
Su primer éxito comercial fue Hier kommt Alex, en 1988. Después toda la historia sigue el camino del éxito. Salen en la radio y en la televisión, producen otros discos y dan conciertos en salas completas.
Un accidente fatal
Trágicamente, en el auge de su carrera entran en una de las crisis más grandes de su vida como grupo musical. En el año 1997 tocan su milésimo concierto en el estadio de fútbol de Düsseldorf ante 60.000 personas. En un tumulto delante del escenario muere una joven de 16 años. El grupo está consternado y cancela todos los conciertos durante seis meses. Con el tiempo han logrado elaborar lo que pasó . El fatal accidente quedó grabado en su memoria, pero pudieron seguir con la música.
Notable es la afición de los roqueros por el fútbol. Son los hinchas más famosos del Fortuna Düsseldorf, que juega en la tercera división alemana. Su simpatía es tan grande que ahora son patrocinadores del club. En los años noventa recolectaron dinero en sus conciertos para financiarle al Düsseldorf un jugador estrella. Sin embargo, Campino, cuya madre es inglesa, es hincha del FC Liverpool y de la selección inglesa, y no debió disfrutar tanto de la Eurocopa 2008, en la que Inglaterra no participó.
Nuevas carreras
Parecería que en los últimos tiempos la vida artística del cantante de los Toten Hosen está enfilando hacia otros derroteros. Desde 2006 desempeña el papel de Mackie Messer en la Ópera de tres centavos de Bertold Brecht, en un teatro de Berlín. Y el año pasado Campino participó en Palermo Shooting, la nueva película de Wim Wenders. La película se estrenará en los cines alemanes en otoño de este año y ya fue nominada para una Palma de Oro en el festival internacional de Cannes. Pero los fans de los Toten Hosen no tienen qué temer. No van a perder su cantante. “Es sólo un pasatiempo”, asegura Campino. Los Pantalones Muertos siguen llenos de vida.