La Unión Jihad Islámica insiste en "castigar a los infieles"
12 de septiembre de 2007Si bien la aparición de la Unión Jihad Islámica (UJI) resultó ser una sorpresa para la mayoría de los ciudadanos residentes en Alemania, sobre todo por su método de reclutar a personas conversas a la fe musulmana, para los servicios secretos fue la confirmación de una tendencia conocida.
Durmiendo con el enemigo
Desde principios de este siglo, el aparato alemán de inteligencia comenzó a ocuparse del llamado Homegrown-Terrorismus; es decir, de actividades terroristas originadas dentro de la propia comunidad germana, y no de una amenaza externa producto del “choque de civilizaciones”.
Fue de este modo como la llamada UIJ entrenó a dos de los tres sospechosos de haber planeado atentados contra objetivos estadounidenses y alemanes, en un plan que fue frustrado por el aparato alemán de seguridad.
La agrupación fue fundada, al parecer, en el año 2002. Su estructura consiste en una red cuyo núcleo se ubica en Uzbekistán, y mantiene contacto con al Kaida. Para 2005, la UIJ ya tenía un largo expediente en los servicios de inteligencia internacionales y apareció por vez primera en la lista de grupos terroristas del Departamento de Estado de Estados Unidos.
Alemania, amenazada
En Europa, la actividad de la UIJ era conocida desde finales de 2006. A principios del presente año, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) lanzó una primera advertencia al gobierno de Berlín, en cuanto a que Alemania podría ser objeto de un atentado de grandes proporciones a manos de este grupo.
El planeado ataque, como se sabe, no ocurrió. Pero todo indica que la UIJ podría insistir en su estrategia terrorista. Este martes, expertos de los servicios alemanes de inteligencia detectaron un comunicado en el que la Unión Jihad Islámica expone sus objetivos : hacer explotar en Alemania la base estadounidense de Ramstein, así como oficinas diplomáticas de Estados Unidos y Uzbekistán, de donde procede esta facción.
Sería un castigo "por la injusta y brutal política de estos países hacia los musulmanes y el Islám", dice el documento. En concreto, se fustiga a Alemania por utilizar la base aérea de Termez -Uzbekistán- como punto de enlace para el traslado de tropas germanas hacia Afgánistán.
Una vez frustrados estos ataques en tierras alemanas, la UIJ amenaza además con llevar sus pretensiones hacia otros puntos del planeta. “Aquello que nuestros hermanos intentaron, será llevado a cabo en otras partes del mundo”, decía el comunicado.
La mano que mece la cuna
Así las cosas, en Alemania el debate prosigue sobre la mejor manera de hacer frente a éste y otros posibles grupos terroristas que utilizan el mejor escudo: ciudadanos locales que en apariencia nada tienen que ver con el Islám. Este miércoles, el vicecoordinador de la Unión Cristianodemócrata en el Bundestag, Wolgang Bosbach, insistió en que es necesario un registro de los alemanes conversos al Islám.
La dirigente de Los Verdes, Claudia Roth, afirmó que tal iniciativa "es contraria al diálogo entre las culturas y absolutamente incompatible con los principios de la Ley Fundamental." A esto, Bosbach respondió que no propone un principio de sospecha general, "pero no estoy dispuesto a cerrar los ojos a la realidad tan sólo por buscar lo políticamente correcto."
A nivel internacional, sin embargo, la mira está puesta en los estrategas de la UIJ y otras facciones: esas "manos que mecen la cuna" y que siguen prófugas –al parecer en Paquistán- mientras sus "hermanos" son interrogados en celdas occidentales.