La reina de los 99 globos
4 de abril de 2007La niña de los ochenta ha llegado al siglo XXI. A sus conciertos acuden tanto los adolescentes de la década de los 80 como los de hoy.
Símbolo de una generación
"Si tienes un minuto para mí, te voy a cantar una canción, de 99 globos, que vuelen hacia el cielo", cantaba Nena a los 22 años. Era 1982, el mundo estaba sumergido en plena guerra fría y Nena vivía en Berlín, uno de los lugares más amenazados por las divergencias entre este y oeste. Según la letra de su canción, los militares creen que los 99 globos son OVNIS e inician una guerra nuclear, después de la cual no queda nada. El mundo queda totalmente devastado.
Susanne Kerner, el verdadero nombre de Nena, logró expresar lo que sentía mucha gente en aquella época: el miedo a un conflicto bélico entre los dos bloques ideológicos. Y también rabia hacia los poderosos, en cuyas manos estaba el destino de los demás.
En números de ventas esta canción le valió discos de oro y de platino en muchos países. Incluso en Estados Unidos la versión alemana de los "99 globos" fue comprada más que 600.000 veces, antes de que se tradujera al inglés, en "99 red baloons". En Japón fue número uno durante semanas.
Nena era aún más que música. Demostró su rebeldía a las posturas absurdas de la alta política a través de la moda. Con minifalda de cuero roja y el emblemático peinado corto en el frente y largo en la nuca, creó su propio estilo punk. No se afeitaba las axilas, y hasta los modelos en París comenzaron a usar cintas en la frente al "estilo Nena".
Madre roquera
Aunque el paso del tiempo no ha dejado demasiadas arrugas en su cara, y el estilo joven todavía pega con sus más de 40 años, Nena, por supuesto, ha cambiado. Siendo madre de cuatro hijos, su segundo campo de actividad ahora es la música de niños.
En 1990 lanzó su primer disco con canciones infantiles alemanes. En 2001 fundó la empresa "Zwerkwerk Entertainment" que se dedica exclusivamente a proyectos para niños. Conjuntamente con su hermana Nane fundó una asociación civil que tiene el mismo nombre que una canción que escribió cuando quedó embarazada nuevamente, después de la muerte de su primer hijo Christopher Daniel en 1989: "Wunder geschehen", "Los milagros existen". La asociación se dedica a la ayuda de niños que viven en situaciones sociales difíciles.
Además Nena no ha perdido su influencia estética: lo mismo que en el ´83, las niñas alemanas pedían dos décadas después 'el mismo corte de pelo que Nena'.